Una sociedad sometida por la desinformación y los medios de comunicación
- Los medios de comunicación han cambiado el objetivo de informar a los ciudadanos por el de sesgar la verdad para marcar la opinión pública
- El filósofo Carlos Javier González explica cómo los poderes económicos dirigen la ideología de la gente en 'Para Todos La 2'
Los medios de comunicación han cambiado sus prioridades en las últimas décadas. Antes, el objetivo era informar. Ahora, la meta es atraer el máximo de audiencia y sesgar la verdad con la finalidad de dirigir la opinión pública hacia intereses económicos y/o políticos.
En la actualidad, el mundo del periodismo busca constantemente sembrar la duda y el enfrentamiento para que no haya debates, y pide implícitamente a los consumidores que se identifiquen con un ideario. Es decir, que se queden con un bando, como si de una guerra se tratase. En 'Para Todos La 2', el filósofo Carlos Javier González explica cómo la desinformación propagada por los medios de comunicación impide a los ciudadanos pensar por sí mismos.
El algoritmo y las burbujas de filtro
El algoritmo es un mecanismo digital que funciona basándose en datos recopilados de forma masiva para mostrar al consumidor contenidos acorde a esa información que obtiene de él. La realidad es que las empresas y los poderosos buscan con esta herramienta dirigir a la gente hacia intereses económicos y políticos, con el objetivo final de estandarizar el comportamiento de la sociedad.
Lo más grave de todo esto es que este guarismo exime a la gente de pensar y de tomar decisiones. Las burbujas de filtro son el medio con el que el algoritmo introduce al consumidor en una cápsula informativa que refuerza sus creencias y elimina todo aquello que pueda ser diferente. No hay posibilidad de que la gente tenga un pensamiento propio porque no reciben ideas diversas y porque no conciben nada que sea divergente.
La desinformación y los guetos ideológicos
La manipulación de la información por parte de los medios de comunicación supone que se formen guetos ideológicos que se enfrentan entre ellos. Cada gueto se compone de personas que comparten un ideario común y se niegan a escuchar todo aquello que sea contrario o que ponga en duda esa manera de pensar. El resultado es que la gente tiene su propia realidad en función al sesgo ideológico que le haya proporcionado el algoritmo y las burbujas de filtro, que a su vez promueven los titulares tendenciosos de un periodismo que está al servicio de intereses comerciales y políticos.
Los individuos quedan encerrados en su gueto y solo aceptan la información que sea acorde a la realidad que se les ha impuesto. Todo ello resulta una herramienta de los poderosos para manipular las conductas de la sociedad para que esta sea moldeable y predecible. El algoritmo, las burbujas de filtro, la desinformación y los guetos ideológicos son las cuatro patas que sostienen la ciudadanía sometida e ignorante que construyen las élites a merced de los medios de comunicación.