El canon científico: José Manuel Sánchez Ron elige 100 libros

• El catedrático José Manuel Sánchez Ron selecciona los 100 libros más importantes de la ciencia en 'El canon oculto'
• Aristóteles, Galeno, Copérnico, Galileo, Newton, Einstein, Dawkins, Schrödinger, Fossey o Sagan están en la lista

Página Dos - José Manuel Sánchez Ron y el canon literario científico

El canon literario —una selección de libros seleccionados que han trascendido por su calidad u originalidad— es relativamente común en todas las culturas, también en la civilización occidental. El canon científico, sin embargo, resulta mucho menos usual. El catedrático y doctor José Manuel Sánchez Ron ha querido subsanar ese vacío con El canon oculto (Crítica), un ensayo en el que el académico reúne y comenta los 100 libros de ciencia más importantes de la historia.

Sánchez Ron, que es miembro de la Real Academia Española desde 2003, se licenció en Ciencias Físicas por la Universidad Complutense de Madrid, y doctoró después por la Universidad de Londres. Así cuenta el nacimiento del libro: «En los cánones aparece literatura, filosofía o historia, pero raramente la ciencia, con la excepción de El origen de las especies, de Charles Darwin. Como si los libros de ciencia no pudieran dar placer y sabiduría al lector.»

En el canon de Sánchez Ron aparecen títulos de entre muchos otros, clásicos como Aristóteles, Ptolomeo o Galeno; pioneros como Copérnico, Galileo o Newton; científicos con tanto carisma que pasaron al imaginario pop, como Einstein, Dawkins, Schrödinger o Sagan. También nombres más contemporáneos, como Rachel Carson, Dian Fossey, Steven Hawking y Oliver Sachs.

Muere Carl Sagan (1996)

¿Cómo hizo la selección? Sánchez Ron lo explica así a ‘Página Dos’: «He procurado seleccionar libros que sean lo más ‘accesibles’ posible al común de los lectores. Si la buena literatura nos muestra nuestras miserias y grandezas, la ciencia nos revela que somos capaces de ir más allá de lo imaginado. Nos hace reflexionar profundamente sobre lo que en realidad somos.»

El catedrático comparte otra reflexión; la buena literatura se va renovando generación tras generación. Lo mismo debería ocurrir con los grandes libros de ciencia, ya que esta no es estática, y evoluciona y se corrige constantemente.