Invictus: La mayor locura por amor que ha hecho el actor Fernando Gil

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‘Invictus, ¿Te atreves?’: La mayor locura por amor de Fernando Gil

¿Quién no ha cometido alguna vez una locura por amor o atracción? El actor y cómico Fernando Gil ha vivido varias y durante el estreno del programa 'Invictus, ¿Te atreves?' este lunes en La 1, confesó cuál ha sido su mayor locura amorosa.

Imagen de Susi Caramelo, Joan Capdevila y Fernando Gil en 'Invictus, ¿Te atreves?'

Durante uno de los juegos del programa, los concursantes del equipo rojo —Susi Caramelo, Fernando Gil y Joan Capdevila— debían adivinar las mayores locuras que habían hecho por amor Angelina Jolie, Álvaro Morata y Pablo Puyol. Antes de que pudieran responder, la presentadora, Patricia Conde, decidió indagar en las experiencias personales de los invitados.

‘'Más que hacer una locura, me pasó una locura’', comenzó relatando Fernando Gil. "Volvía de una actuación en Barcelona, cuando mi pareja de aquel entonces me llamó porque tenía furor uterino".

El actor se dirigió a la casa de su pareja en un coche alquilado. Al aparcar y salir del coche, se dio cuenta de que había dejado el móvil dentro. Al intentar recuperarlo, el coche se bloqueó. 

La única solución que se le ocurrió al actor, fue romper la ventanilla del coche alquilado. Tras varios golpes, consiguió romperla y recuperar el móvil. Pero la historia no terminó ahí. Gil, alzó la vista y se encontró con tres coches patrulla de la policía.

Imagen de Fernando Gil en 'Invictus: ¿Te atreves?'

'‘Creo que me hice un poco pis’', ha confesado Gil. La policía lo acusó de estar robando en el coche, por lo que el actor tuvo que contar toda la historia a los agentes, quienes no terminaban de creerle, ya que Gil tenía ya su móvil en la mano.

El giro final de la historia llegó cuando uno de los policías reconoció a Gil por uno de sus trabajos. Hecho al que se sumaron otros compañeros que también lo reconocieron, lo que le salvó de una multa.

‘'Me salvé por ser cómico’', concluyó Fernando Gil, cerrando esta anécdota que refleja la más loca de sus experiencias amorosas, en la que no faltó ninguna aventura, incluida la orina.