La Moderna: doña Carla ha sido terriblemente asesinada
- Doña Carla ha desaparecido y todos están pendientes de que aparezca
- Íñigo es acusado como sospechoso de su desaparición
- Disfruta de todos los capítulos de La Moderna en RTVE Play
Doña Carla de Morcuende lleva desaparecida unos días y la preocupación de todos aumenta por momentos. Tanto doña Bárbara, su madre, como Matilde, Íñigo y Jacobo, dudan del paradero de la dueña de las galerías y de lo que le pueda haber pasado. Mientras la primera piensa que su hija ha sido secuestrada por Íñigo Peñalver, los segundos creen que doña Carla ha huido del país.
Íñigo promete acabar con Carla
Hace unos días, Íñigo se enteraba por su amigo Jacobo de que el accidente que sufrieron Matilde, él y Clarita, había sido provocado. Los cables de los frenos y la dirección del volante habían sido manipulados y, tras un encontronazo con uno de los hombres del detective Medina que le seguía, consiguió ver el maletero lleno de herramientas que se podían usar precisamente para eso.
Jacobo no dudó en acudir a denunciarlo a la policía, pero también fue a contárselo a su amigo Íñigo. El problema de todo esto fue que Íñigo se sintió superado por la situación y perdió los nervios. Sin pararse a pensarlo, acudió a casa de Carla y la amenazó. “Si tengo que matarte con mis propias manos, lo haré”, le dijo el dueño del Madrid Cabaret a Carla en el propio jardín de su casa. Una amenaza que le traería problemas sin él llegar a imaginarlo.
Doña Carla no era la única presente en ese jardín, también estaban Fabio del Moral y doña Bárbara, que trataron de separarlos, al igual que hizo Jacobo cuando llegó más tarde. A pesar de la intervención de ambas partes, el daño ya estaba hecho. Íñigo había amenazado a Carla de muerte, y aunque él no lo sabía, estaría firmando su sentencia de muerte.
La desaparición de Carla empeora todo
El fiscal Herrera llamó a Peñalver para comunicarle que iban a detener a Carla por tentativa de homicidio por el accidente que tuvieron Matilde, Clarita y el propio Íñigo. Todos en la casa de Íñigo celebraron el final de Carla, que volvería a estar entre rejas, y esta vez probablemente para no salir jamás. Pero Jacobo no las tenía todas consigo, él ha sufrido el que más la crueldad de Carla atado y denigrado cuando estuvo en el cobertizo secuestrado, y sabe que la viuda de don Jaime es capaz de cualquier cosa.
No sabríamos decir si esa duda de Jacobo ha sido profética, pero lo cierto es que poco han tenido que celebrar tras esa noticia, ya que cuando el fiscal Herrera fue a detener a doña Carla a su casa se encontró una sorpresa: Carla había desaparecido bajo arresto domiciliario.
Registraron la casa de arriba abajo, pero no había ningún rastro de Carla. Toda su ropa y sus pertenencias seguían en su cuarto, al igual que su pasaporte. Esto hará que la principal hipótesis parezca improbable, y es que, si Carla hubiese huido de España, habría necesitado su pasaporte. Todos se preguntan dónde está, pero para encontrarla, la mejor opción es dejar investigar al inspector Giménez.
Un descubrimiento lo cambia todo
Cuando doña Bárbara es interrogada por el inspector Giménez, ella no duda en acusar a Íñigo de la posible desaparición de su hija. Ella misma se ha encargado de relatar lo sucedido el otro día en el jardín y de asegurar que el propio Íñigo amenazó con matarla.
El inspector Giménez ha negado que esa sea la opción más probable, pues todo apuntaría a una fuga por la complicada situación de Carla con la justicia. Sin embargo, también ha acudido a interrogar a Íñigo que no ha tenido más remedio que reconocerlo. “En ese momento estaba furioso, pero no pensaba hacerlo”, le ha dicho Íñigo al inspector. “No se deben tomar esas palabras en serio, se dijeron en un momento de nervios…”, ha dicho Matilde interrumpiendo la conversación entre el inspector y su marido. “Y precisamente por eso empiezan muchos crímenes”, ha dicho Giménez sentenciando a Íñigo.
Unas horas después han encontrado un cadáver en el río sin identificar y el inspector Giménez ha acudido a casa de doña Carla para hablar con doña Bárbara y darle la noticia. “Ha aparecido un cadáver en el río”, le ha explicado el inspector. “¿Carla?”, ha preguntado Bárbara incrédula. “No tenemos certeza, pero se sospecha que sí”, ha afirmado el inspector Giménez. La cara de doña Bárbara no ha dejado dudas, el final de Carla podría ser este.
Sin embargo, ha sido Jacobo Morcuende quien ha acudido a altas horas de la noche a casa de Matilde e Íñigo para confirmar la mala noticia a la pareja. "Siento presentarme a estas horas. Vengo de hablar con un amigo que trabaja para la policía. Han identificado el cadáver, han confirmado su identidad. Se trata de Carla", ha terminado diciendo el que se hacía pasar por el hijo de don Jaime. Las caras de Matilde e Íñigo denotaban preocupación, y no es para menos, a partir de ahora todas las miradas se centrarán en ellos y en su posible implicación en la muerte de doña Carla.