El “Banco Central del saber” en el Paseo de Recoletos de Madrid
- El “Banco Central del saber” en el Paseo de Recoletos de Madrid
- Antes de fundar la Biblioteca Pública, Felipe V ya era todo un coleccionista del conocimiento
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Hasta que Felipe V no creó la Real Biblioteca Pública, sólo existían algunas privadas y fue la pasión por los libros, la cultura y el conocimiento lo que le llevó a compartir su propia colección. El monarca quería que todo el mundo pudiera acceder a ella, que el saber fuera parte de la identidad de este país y un elemento importante para la política.
La Biblioteca Nacional es un depósito de todo lo publicado en España. Actualmente acumula más de 35 millones de documentos, desde manuscritos a “memes” de internet, pasando por discos de pizarra, partituras, audiovisuales, carteles, cómics o mapas... La mayor parte del depósito se encuentra en la segunda sede, en Alcalá de Henares.
La invencible arma del conocimiento
Parte del presupuesto para sacar adelante el proyecto de la Real Biblioteca Pública se consiguió gracias a los impuestos del tabaco. También se nutrió de las colecciones que habían acumulado los reyes, algunas bibliotecas de nobles y las que incautaron de los perdedores de la Guerra de Sucesión.
También la decoración del Salón del Patronato proviene de varios lugares, en un viaje por la historia. Las librerías pertenecían al palacio de Godoy, las alfombras proceden de la Real Fábrica de Tapices y las lámparas de la Real Fábrica de Cristales de la Granja. Y la Sala Cervantes en sus orígenes se empleaba en exclusiva en la colección más importante del mundo dedicada al genio de las letras.
La mujeres que leen
Este monumento es posterior a Felipe V, alrededor de ciento cincuenta años después, Isabel II coloca la primera piedra de lo que es hoy la Biblioteca Nacional. La Real Biblioteca Pública se abrió al público en 1712, pero sólo se abrió al público varón. Ilustrado o noble de la Corte del Rey.
A las mujeres se les permitió el acceso en 1837 y Antonia Gutiérrez fue la primera mujer que pudo consultar un libro. El gran salón de lectura se encuentra en el corazón del edificio, la sala María Moliner, con capacidad para más de trescientos lectores y que todavía conserva el mobiliario original.
Se llama así en honor a una imprescindible bibliotecaria y probablemente, a la única mujer que ha hecho un diccionario del Español. "Cogí un lápiz, una cartilla y empecé a esbozar un diccionario que yo proyectaba breve, unos seis meses de trabajo, y la cosa se ha convertido en 15 años", declaró María Moliner cuando presentó su obra.