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¿Cómo se trató Felipe V “la melancolía?

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Reales Alcázares de Sevilla
Reales Alcázares de Sevilla

Luis I falleció tan sólo ocho meses después de acceder al trono, por lo que su padre Felipe V tuvo que abandonar su “jubilación” para reinar por segunda vez con más de cuarenta y cinco años. La familia real eligió como residencia el Cuarto Alto de los Alcázares en Sevilla y desde entonces es la residencia real, en uso, más antigua de Europa. 

Se desconocen los verdaderos motivos por los que eligió esta ciudad, pero se dice que la familia real confiaba en que el cambio de aires le ayudaría a superar su “mal de melancolía” o depresión, aunque a pesar del lustro que pasó en la capital andaluza, nunca lo consiguió…

Su llegada y la de sus más de seiscientos sirvientes supuso una revolución en Sevilla, no todos los días se traslada la familia real a tu ciudad y esto provocó un impulso arquitectónico con efecto domino, que nos ha regalado construcciones como la Real Maestranza de Caballería, la Real Fábrica de Tabacos o el conjunto monumental de San Luis de los Franceses.

Barroco hasta la cúpula

El diseño de Leonardo de Figueroa se inspiró en Roma, y la convierte en una muestra única del barroco español a la sevillana. Su fachada es toda una sorpresa ornamental que quita el hipo y el juego de luces y la combinación cromática de su interior, hacen que el espacio parezca más grande de lo que es. 

San Luis de los Franceses ha sobrevivido a muchas cosas durante los años, como ser incendiada en la Guerra Civil. Y menos mal, porque sino no podríamos disfrutar de tesoros como la capilla doméstica, un lugar oculto tras el retablo mayor durante 300 años porque los fieles no tenían accesos a esta zona privada de la orden de los jesuitas

Iglesia San Luis de los Franceses

Entre los campanarios se encuentra la corona del templo la enorme cúpula de más de trece metros de tambor circular y cubierta con tejas vidriadas en color blanco y azul. El juego visual barroco consigue que parezca que está soportada por dieciséis columnas salomónicas. Pero, en realidad, está sostenida sobre cuatro pilares que albergan capillas laterales

Toda esa exageración, las columnas que no sujetan nada, el exceso… Era más que un estilo también era propaganda Esta “joya sevillana” es fruto de la libertad artística y estilística de la Sevilla del siglo XVIII.