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Las fuentes de Felipe V en la Granja de San Ildefonso

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Fuente del Real Sitio de San Ildefonso

Felipe V descubrió en un viaje los bosques segovianos de Valsaín y se enamoró del lugar. Decidió comprar los terrenos, la granja y la ermita a los monjes Jerónimos para crear un lugar único en España: la Granja de San Ildefonso, dónde Teodoro Ardemans siembra la semilla de esta joya de Segovia, con un pequeño palacio barroco.

El rey echaba de menos su hogar en Francia, deseaba evocar ese lugar tranquilo apartado de la ciudad, con vegetación jardines y fuentes de agua que ayudaban a calmar sus “nubes de tristeza”.  Las obras avanzaron con rapidez y en apenas tres años, en 1723, el palacio pudo ser bendecido y habitado.

El corazón verde del palacio

La casa y los jardines son los protagonistas de una historia de amor y el agua es el lazo que les une. La construcción de los jardines incluye la de un estanque de ciento cuarenta y seis hectáreas, conocido como “El Mar”, con el que se abastecen las veintisiete fuentes de los jardines. El Mar se sitúa con una diferencia de cincuenta y dos metros de cota respecto al palacio y esa distancia la aprovecha el agua al bajar y desplazarse por los catorce kilómetros de tuberías que transmiten la presión desde el siglo XVIII.

Tanto es así que con ayuda de la gravedad y de estas “arterías”, se consiguió que el chorro de la fuente de La Fama alcanzara los cuarenta y siete metros de altura. El triple que la fuente más alta del palacio parisino y un auténtico espectáculo de agua que aún hoy, como desde hace tres siglos, sigue sorprendiendo.

Real Sitio de San Ildefonso

Real Sitio de San Ildefonso

El lugar de descanso de Felipe V

Felipe V utilizaba el palacio para sus descansos estivales o escapadas, lo convirtió en residencia permanente cuando abdicó en favor de su hijo Luis I, pero sólo lo disfrutó ocho meses. El joven rey falleció y el monarca de cuarenta y cinco años tuvo que volver a ponerse la corona sobre sus hombros.

Felipe V quiso ser enterrado en el Real Sitio de San Ildefonso

El monarca dijo que no quería ser enterrado en el panteón de reyes del Monasterio del Escorial. Deseaba ser enterrado en la Granja y aunque falleció en el palacio del Buen Retiro, sus deseos se cumplen. Y cuando fallece su mujer Isabel de Farnesio se entierra aquí con él. Ambos tenían una unión especial, coincidían en sus pasiones por el arte, los libros, el conocimiento... Hacían todo juntos, incluso descansar eternamente.