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España, referente de la nueva era de la exploración espacial

  • La industria espacial española destaca por su diversidad de proyectos, la capacidad innovadora y el talento humano
  • El NewSpace implica una oportunidad para dar un nuevo enfoque a la comercialización y el uso del espacio

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España, referente de la nueva era de la exploración espacial
Render en 3R del futuro MIURA-5.

El sector del NewSpace está experimentando un desarrollo sin precedentes a nivel internacional. Esta nueva economía, en la que se ha globalizado el acceso a la exploración del cosmos y se ha abaratado el desarrollo de misiones espaciales, ha permitido impulsar un abanico enorme de proyectos ambiciosos.

En el Newspace, se diferencian dos tipos de compañías, principalmente, según el tipo de aplicación que cubren. Por un lado, está el “upstream spacetech” que aglutina los programas orientados en el hardware, es decir, de desarrollo de componentes para la industria, como serían los cohetes o los satélites. Por otro lado, está el “downstream spacetech” que se centra en las aplicaciones que las misiones espaciales tienen en la Tierra, como la recogida de datos sobre una materia determinada. O, dicho de una forma más sencilla, lo que se envía al espacio y lo que se recibe de él.

Un sector muy reciente pero que crece sin pausa

Dentro de este contexto de auge de la carrera espacial, es necesario destacar el papel de España, que, a pesar de tener todavía una industria incipiente, se está consolidando en la industria aeronáutica. La diversidad de enfoques, el talento humano, la ubicación y el soporte de instituciones y gobiernos ha convertido nuestro país en el lugar perfecto para su impulso. 

En un sector capitaneado por empresas gigantes como SpaceX, es difícil hacerse un hueco y marcar diferencia, pero los emprendedores españoles ya están materializando sus primeros hitos, como el lanzamiento del MIURA 1, el primer cohete privado de Europa en ser lanzado al espacio. Es fruto de la empresa ilicitana PLD Space, creada en 2011, una época en la que la sola idea de que una start-up fabricara cohetes era casi impensable. 

Como comenta su cofundador, Raúl Torres, “cuando la fundamos íbamos a fondos de inversión, y de cada diez empresas, nueve buscaban financiación para productos digitales, y nosotros un cohete”. Sin embargo, lo lograron. En 2023 el MIURA 1 despegó de Huelva, estuvo unos minutos en microgravedad y descendió hasta aterrizar en el Atlántico. Ahora, Torres y su equipo trabajan en una nueva lanzadera espacial, el MIURA 5, que transportará satélites hasta su órbita.

España, referente mundial de la nueva era de la exploración espacial

Un nanosatélite de la empresa Fossa Systems

Otro ejemplo es Fossa Systems (Madrid), la compañía española con un mayor número de satélites en órbita baja. Fundada por Julián Fernández cuando tenía 16 años, está especializada en IoT (Internet de las cosas) y trabaja con satélites más sencillos que por sus potenciales aplicaciones complementan a los tradicionales. En este campo también se encuentra Alén Space (Vigo), la primera en poner en órbita un CubeSat español, Xatcobeo, y centrada actualmente en el diseño, la fabricación y la operación de estos sistemas.

En Pontevedra se halla UARX, una de las seis empresas del mundo que fabrica un dispensador de propulsión propia, imprescindibles para liberar cada satélite en la órbita que le corresponde. También destaca la madrileña Ienai Space, que ha diseñado el primer propulsor iónico para nanosats y CubeSats. Se trata de un producto con mucho potencial de futuro, porque permite alargar la vida útil de estos materiales, además de evitar el despilfarro de materiales y recursos y el aumento de basura espacial. Quien también se dedica a los sistemas de propulsión es Arkadia, especializada en motores con combustibles renovables. La empresa castellonense, creada en 2020, ya trabaja con la Agencia Espacial Europea (ESA).

España, referente de la nueva era de la exploración espacial

Xavier Llairó, de Pangea Aerospace, con el motor aerospike que han diseñado.

En una línea parecida se encuentra Pangea Aerospace (Barcelona). Esta startup ha logrado diseñar el grial de los motores de cohetes, un motor aerospike que, gracias a la fabricación 3D y la geometría invertida, es un 15% más eficiente que los otros. Esto permite tener un 40% más de carga útil y reducir mucho su coste. Tanto Ienai como Pangea han conseguido retos que la NASA ya había intentado plantear sin éxito. 

Más allá de la producción satelital

Cabe destacar que el dominio de España en este sector no se reduce exclusivamente a la producción de satélites, sino que ha surgido una constelación de empresas con nichos muy variados e igualmente prometedores. En el ámbito de las telecomunicaciones también se están produciendo grandes avances. Las constelaciones de última generación de las barcelonesas Aistech Space y Sateliot y de la madrileña Startical son clave para los servicios de vigilancia y comunicación, que van desde optimizar temas de logística o de riego de cultivos a supervisar infraestructuras, controlar la migración animal o el riesgo de incendios, entre muchos otros. 

La bilbaína Satlantis, por su parte, afronta un reto fascinante, pero complicado: detectar fugas de metano con cámaras colocadas en los satélites. Para ello, ha creado una tecnología que permite a los vehículos salirse de su órbita para seguir el tubo donde hay el escape. En materia tecnológica, encontramos Lobelia Earth (Barcelona), que genera algoritmos para extraer la información de los satélites referente a temas de cambio climático, y FentISS (Valencia), enfocada en el software.

Existen otras muy concretas: la sevillana Solar Mems, líder en sensores solares de alta precisión para el sector espacial; Prosix (San Sebastián), que fabrica estructuras con composite, un producto de fibra de carbono muy resistente y ligero que es de gran utilidad para construir satélites; o DHV Technoloy, manufacturera de paneles solares para aplicaciones espaciales. Y en un territorio como España no podía faltar un sector dedicado al turismo espacial, encabezado principalmente por dos empresas, EOS-X (Sevilla) y Zero 2 Infinity (Barcelona).

Sin duda, España no solo tiene el potencial para transformar el NewSpace, sino que también ofrece una diversidad muy interesante en cuanto a las aplicaciones y los sectores en los que se enfocan las empresas e incluso en su ubicación geográfica, repartida por todo el territorio. Así, la industria espacial española podría aportar nuevos horizontes en la exploración del cosmos y ser protagonista de los avances futuros.