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La revolución del NewSpace: el comercio del espacio, al alcance de todos

  • La exploración espacial está viviendo una transformación en los modelos económicos y en su comercialización
  • España se ha consolidado como uno de los territorios punteros en la revolución del NewSpace

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La revolución del NewSpace: el comercio del espacio, al alcance de todos
El MIURA-1 durante su viaje espacial

Explorar el espacio ya no es una utopía para las pequeñas y medianas empresas. Hasta hace relativamente poco, su acceso estaba reservado a grandes instituciones como la NASA o la ESA, que tenían el capital, las herramientas y los recursos necesarios para llevar a cabo proyectos espaciales. Sin embargo, ahora la industria aeronáutica está sumergida en una nueva era, el NewSpace, que ha convertido el espacio en un entorno comercial, abriendo sus puertas a compañías emergentes de todo el mundo.

Una nueva economía espacial

Estas organizaciones continúan siendo algunas de las grandes referentes del sector, pero gracias a esta nueva economía se ha producido una diversificación de los actores que participan en el sector espacial. No solo es posible crear una start-up, sino que las empresas ya no dependen de gobiernos ni de grandes contratistas, pueden trabajar independientemente y ser ellas mismas las que participan, en una etapa u otra, en el desarrollo de misiones.

La llegada de nuevos jugadores en la explotación del cosmos ha sido clave para que se produzca un salto cualitativo en el desarrollo de productos. Como explica en 'El Cazador de Cerebros' el subdirector general de Política y Estrategia Aeroespacial del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, Héctor Guerrero, durante la carrera espacial hacia la Luna, en los años 60, los proyectos se desarrollaban con dos objetivos principales: por un lado, controlar con satélites qué hacía el enemigo (tanto ruso como norteamericano), y, por otro, enfocado en las telecomunicaciones y la innovación científica, en saber cómo es el espacio y el mundo que nos rodea.

A raíz de la incorporación de nuevas organizaciones dedicadas a esta industria, ahora todos los implicados pueden explotar más el gran abanico de aplicaciones que ofrece el cosmos, trabajando en proyectos tan variados como observar la Tierra, mejorar las telecomunicaciones y la navegación, realizar investigaciones científicas muy variadas o incluso gestionar de forma más eficiente el territorio. 

Más pequeño, más barato y más innovador

Gracias al abaratamiento de costes, a la simplificación de las gestiones, el perfeccionamiento de los procesos de producción y el desarrollo de nuevas tecnologías, la consolidación del NewSpace es hoy una realidad. En este sentido, uno de los elementos que más ha participado en la democratización del espacio es el de los nanosatélites. Se desarrollan generalmente a partir de un estándar, el CubeSat, unos cubos creados en 2023 por el catalán Jordi Puig-Saurí (California Polytechnic State University) y Bob Twiggs (Stanford University). Tienen una estructura similar a la de las piezas de Rubik, miden unos 10 cm y pesan alrededor del kilo. Al ser tan pequeños, su construcción es mucho más económica, rápida y avanzada que los grandes satélites, y permite no solo acoplar más de uno, sino incorporar también componentes como cargas, sensores o cámaras, adaptando cada estructura a sus funciones de uso. Los cubesats son muy útiles para la recolección de datos de todo tipo desde las órbitas terrestres bajas.

La revolución del NewSpace: el comercio del espacio, al alcance de todos

Un nanosatélite

Antes de que la humanidad llegara a la Luna ya “se había aterrizado muchas veces con sondas automáticas y había satélites en torno a la órbita terrestre”, como apunta el experto, pero para lanzarlos se necesitaban cientos de millones de euros, muchos años en construirse y unos recursos poco asumibles para cualquier empresa. Lo sabe muy bien Raúl Torres, cofundador de PLD Space, la empresa ilicitana que lanzó el primer cohete privado de Europa, el MIURA-1. "El precio se calcula como el salchichón, por kilo. Ahora está en torno a los 15.000 y 18.000 euros, no es tan prohibitivo como antes", comenta. El MIURA-5, el vehículo en el que están trabajando, tendrá un coste de unos diez millones, cuando esté completamente cargado, mientras que el Ariane 5, la lanzadera europea más potente, que este año será reemplazada por el Ariane 6, superaba los 170 millones.

La expansión del nuevo espacio hacia los planetas llegará a la Luna

Gracias a esta democratización del uso del espacio, desde la era Newspace, la cantidad de cohetes enviados al espacio se ha disparado, alcanzando un récord de 223 lanzamientos en 2023, y de los cuales el 65% fue operado comercialmente. La perspectiva de futuro es muy prometedora, y en los próximos años “se van a seguir mandando masivamente muchos sistemas, sobre todo de comunicaciones en órbita baja”. Además, Guerrero apunta al inicio de la actividad privada del Newspace en la Luna. Aunque se encuentra en un estado primigenio, con la primera misión privada exitosa, la Odysseus, “la expansión del nuevo espacio hacia los planetas llegará a la Luna, y dentro de tres o cuatro décadas, seguramente a Marte”, concluye el director del PERTE Aeroespacial.