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Con Adrienne Chaballe | De tapas por España

Valencia, la ciudad de la luz de Sorolla y de los mercaderes de sedas

  • Adrienne Chaballe descubre joyas monumentales como la Lonja de la Seda y el Museo de Bellas Artes
  • De tapas por España se emite cada domingo a las 17:55 horas en La 2 | Disponible en RTVE Play

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La Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia
La Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia

Valencia, la urbe mítica a orillas del Mediterráneo, es el último destino que descubre Adrienne Chaballe en esta primera temporada. Puerta con luz propia, ocupada durante siglos por romanos, cartagineses, visigodos... Una ciudad pintada con tonos pasteles, y donde mercaderes medievales de toda Europa dejaron su sello.

De tapas por España vuelve a tener como referencia una ciudad del Mediterráneo. Tras su paso por ciudades de interior como Córdoba, el Madrid de los Austrias, también en Madrid el Barrio de Las Letras, Sevilla o Salamanca, y después de un recorrido por urbes que se asoman al mar Cantábrico como Bilbao y San Sebastián, ahora es el turno del Mare Nostrum con Valencia como protagonista. Culminamos un viaje que también nos llevó por Barcelona, Málaga, Girona y Alicante.

La Lonja de la Seda hipnotiza a Adrienne

Entre el inmenso patrimonio que posee Valencia, Adrienne ha quedado, especialmente, maravillada con su visita a la Lonja de la Seda o de los Mercaderes. Tanto es así, que ya es para ella "uno de mis lugares favoritos de la antigua Valentia romana". "Esta joya de la arquitectura española de inicios de la Edad Moderna -continúa- lo tiene todo; si bonitas son sus líneas, impresionante es la historia de su construcción".

Sonia Jiménez, profesora de la Universidad de Valencia, explica que "una lonja es un edificio comercial, donde se llevaban a cabo intercambios comerciales entre mercaderes de distintos lugares. Lo que hace la ciudad de Valencia del siglo XV es construir un edificio que represente el momento de esplendor de la ciudad, especialmente el económico. Entre sus objetivos está el atraer a comerciantes que quieran ver este espacio tan suntuoso; que quieran hacer turismo a la vez que negocios".

Y lo cierto es que lo consiguieron porque se trata de uno de los monumentos más famosos del gótico civil que existe en Europa, y que además fue declarado en el año 1986 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

La principal figura que intervino en la construcción fue el arquitecto e ingeniero Pere Compte. Según Sonia Jiménez, su obra se caracteriza por "hacer una arquitectura que siempre supera lo existente tanto estética como técnicamente". Entre los elementos más destacados se encuentra la ‘escalera de caracol de Mallorca’ o de ‘ojo abierto’ por la que se sube a la torre de la lonja. La hace especial el hecho de "no contar con machón central que la hace más luminosa y a la vez, permite subir con elementos cargados", matiza Sonia.

Museo de Bellas Artes, la segunda mayor pinacoteca de España

Si especial y singular es la Lonja de la Seda, no lo es menos el Museo de Bellas Artes de Valencia. De hecho, se trata de la segunda mayor pinacoteca del país.

Pablo González, director de la institución, indica que el museo nace sobre el año 1835 y su primera ubicación fue el convento del Carmen. Tras la Guerra Civil Española se traslada a su actual ubicación, al otro lado del río Turia, al Colegio seminario de San Pío V. "El edificio -explica Pablo- tuvo muchos usos a lo largo de los años (cárcel, hospital...) hasta que acoge al museo por la prácticamente destrucción que había sufrido el convento del Carmen durante la Guerra Civil".

Sorolla descubre la luz de Valencia

Uno de los tesoros más importantes que alberga el museo es gran parte de la obra del pintor Joaquín Sorolla. De hecho, "se trata de la segunda colección pública más importante por volumen de España del valenciano Joaquín Sorolla, solo por detrás del insuperable Museo Sorolla de Madrid", puntualiza Pablo González.

La pinacoteca posee más de medio centenar de lienzos de Sorolla, "el pintor más internacional que ha dado la Comunidad Valenciana pintaba el mar como se hacía en aquel momento, es decir, poniendo el foco en los objetos: en los barcos, en el muelle, en la ciudad… Pero, a raíz de su contacto con artistas en París, además de hacer de la luz un tema, giró su objetivo y lo orientó hacia el mar. Gracias a su dominio del color y de la luz, es capaz de hacer un cuadro plasmando los reflejos de la luz en el agua", ilustra Pablo González.