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El consumismo y su inmediatez manipulan nuestro comportamiento

  • El filósofo Carlos Javier González explica cómo desafiar al consumismo y a la cultura de la inmediatez, que nos impiden pensar
  • Nuestras actividades son apresuradas y están al servicio del consumo, por lo que nuestra forma de pensar queda sujeta a los poderosos

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Para Todos La 2 - Una filosofía de resistencia al consumismo

Vivimos en una sociedad esclavizada que sirve sin cesar a los poderes económicos, que han implantado una lógica de mercado para explotar al máximo las necesidades compulsivas de la gente, generadas por algoritmos y estrategias de mercado que manipulan la forma en la que nos comportamos. Todo ello nos impide tener un pensamiento propio y tomar decisiones razonadas y meditadas. ¿Cómo podemos hacer frente? El filósofo Carlos Javier González explica en 'Para Todos La 2' las claves para combatir el consumismo.

Desafiar el consumismo

El consumo influye en nuestra forma de ser y en cómo nos relacionamos con el mundo. Muchas personas buscan acumular riqueza y mostrar su poder adquisitivo a los demás. El modelo económico está diseñado para que los sectores poderosos aprovechen las insatisfacciones de la sociedad, por lo que oponer resistencia al consumismo se convierte en una forma de rebelarse contra el sistema.

Esta rebelión no se reduce únicamente en no comprar compulsivamente. El objetivo final es que se produzca un cambio de mentalidad profundo y replantearnos nuestra forma de actuar. La misión es ir en contra de los valores neoliberales que nos han inculcado desde pequeños y cuestionar las narrativas publicitarias y la cultura capitalista. Porque el valor de una persona no radica en lo que posee o consume.

Los sectores poderosos se aprovechan de las insatisfacciones de la sociedad.

Dos personas con muchas bolsas de compras.

Desafiar la cultura de la inmediatez

Nuestra vida diaria está marcada por la instantaneidad. Las actividades que realizamos, de manera apresurada, están al servicio del consumo, y nuestra subjetividad queda esclavizada en cierto modo. Además, las relaciones personales han quedado afectadas. La rapidez y la inmediatez nos llevan a competir en una carrera sin fin hacia el próximo estímulo, generando una sensación de urgencia constante. Este enfoque nos impide reflexionar detenidamente y nos lleva a tomar decisiones impulsivas e inconscientes.

Con esta situación, es crucial generar espacios de calma, diálogo y reflexión para contrarrestar esta tendencia. Enfrentar la inmediatez implica pensar y, por ende, decidir de manera consciente, habilidades que han sido influenciadas por algoritmos y estrategias de mercado que buscan manipular nuestro comportamiento.

Desafiar para aprender a prestar atención

Si queremos tener un pensamiento propio, es necesario contribuir a la creación de 'contrahegemonías' que desafíen la narrativa económica predominante. El poder también se ejerce mediante la difusión de ideas, normas y valores que provoque a las personas replantearse sus percepciones y prácticas. Esta actitud nos ayudará a prestar más atención en lo que realmente nos beneficia como sociedad y rehuir de aquello que nos mantiene sumisos a una lógica de mercado que se aprovecha de las insatisfacciones de la gente generadas por la cultura de la inmediatez, de querer todo al momento.