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¿Qué sabes de la dismorfia corporal?: el trastorno que sufren 1 de cada 50 personas

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1 de cada 50 personas sufren dismorfia corporal
Una chica joven mirando insegura su reflejo

Liane es una joven de 29 años que sufre Trastorno Dismórfico Corporal (TDC), una enfermedad mental que afecta a 1 de cada 50 personas en el mundo. Este trastorno obsesivo-compulsivo empuja a las personas a buscar la perfección y hace que se preocupen por uno o más defectos físicos o de apariencia que perciben de sí mismos. Esta obsesión, que se convierte en patología, es el tema que aborda el documental ¡Qué fea soy! Mi vida con dismorfia corporal, en el que se cuenta la historia de Liane y su proceso de terapia con el profesor David Veale, psiquiatra consultor en terapias cognitivo-conductuales. 

Confrontar a tu propio yo

Los pacientes con este trastorno se enfrentan a diario a su propio reflejo, que en algunos casos acentúa sus obsesiones. Mitch es la pareja de Liane y recuerda un episodio vivido en el que la joven trataba de arreglarse el pelo y no le gustaba el resultado. “Cogió un mechero y le prendió fuego”. “En los años que llevo con ella, cuando se pone así he aprendido a no reaccionar, a no hacer nada”. 

Hablamos de un reflejo alterado en la cabeza de las personas con TDC, que en los últimos años se ha acentuado por el auge de los filtros en redes sociales. Estas herramientas de realidad virtual modifican los rasgos físicos de las personas para ajustarlos a los cánones de belleza actuales. 

El tratamiento de la dismorfia corporal

La atención médica y psicológica es fundamental para que los pacientes puedan conocer qué les ocurre y cómo tratarlo para superar su obsesión. “Llega un momento en el que empiezas a preguntarte qué es lo que pasa dentro de tu cabeza y por qué te sientes así”, dice Alanah, que fue diagnosticada con TDC a los 17 años.

Un dato alarmante es que tan solo el 5% de los diagnosticados con TDC reciben tratamiento por parte de servicios de salud mental. “Debemos intentar ayudar a la gente a salir de su cabeza y centrarse en lo que ocurre en el mundo real, en lugar de poner el foco en lo que siente interiormente. Al cambiar la forma de pensar y actuar se puede cambiar la forma de sentir” cuenta el profesor David Veale

Sin embargo, es común que durante la terapia surjan algunas dudas. “¿Y si me enseñan todo esto y entiendo todos los procesos pero no soy capaz de superar esa imagen negativa que hago?”, se pregunta Liane. Por ello es imprescindible buscar el apoyo emocional como alternativa a la búsqueda de reafirmación ante el problema. 

Gareth, diagnosticado con dismorfia corporal hace 8 años, cuenta que el objetivo de la terapia es conseguir “ser normales, encajar, pasar desapercibidos, creer que podemos entrar en una habitación sin que la gente gire la cabeza porque piensa que somos repugnantes”.

¿Cómo afecta el TDC en las relaciones sentimentales?

La dismorfia corporal también influye en la forma en la que una persona se relaciona con su entorno, en especial en su vida amorosa. “Abres tu corazón a una persona y tienes miedo de que un día se despierte y se de cuenta de lo horrible que eres” explica Omari, quien lleva 6 años con TDC diagnosticado. “Es difícil querer estar con alguien que no se quiere a sí mismo” asegura. 

Para Mitch, pareja de Liane, el principal problema reside en la intimidad. “Desde hace dos años nuestra vida amorosa es inexistente, lo que naturalmente acabará separándonos”. A consecuencia de sus inseguridades, Liane ha perdido la libido y siente la necesidad de estar tapada cuando mantienen relaciones sexuales. “Me preocupa que si me ve sin ropa sienta repugnancia”. 

Según expone el profesor Veale, el papel que ejerce la pareja de una persona con dismorfia corporal es esencial para la recuperación y aceptación propia del paciente. “Si eres pareja de alguien con TDC tienes que ser muy comprensivo y compasivo, y ser capaz de prestarle un gran apoyo para ayudar a esa persona a cambiar”. 

La noche temática aborda el tema de la salud mental con este documental y #Happy: la dictadura de la felicidad en las redes sociales, ambos ya disponible en RTVE Play, junto a otros documentales recién estrenados como Megamix brutal, Studio 54 y Yo, Ocaña.