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'Pride', los hechos reales de la película y tres momentazos por los que es un referente LGTBI

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'Pride' llega a RTVE Play
Los protagonistas de 'Pride'

Un Orgullo LGTBI y de clase obrera. Es la bandera que hace ondear la aclamada película de Matthew Warchus, ganador del BAFTA al Mejor director novel, y que recuerda un acontecimiento real: la unidad en la lucha de los mineros de gales y un grupo de militantes lesbianas y gays en 1984. Pride (Orgullo) es, desde su estreno en 2014, un referente y clásico moderno del cine LGTBI, dirigida a todos los públicos, reivindica unión de las luchas sociales.

Pride nos sitúa a mediados de los 80. Margaret Thatcher gobierna y el Sindicato Nacional de Mineros ha convocado una huelga. Durante la manifestación del Orgullo Gay en Londres, un grupo de lesbianas y gais se dedica a recaudar fondos para ayudar a las familias de los mineros. Pero hay un pequeño problema: el sindicato no acepta el dinero. Los activistas no se desalientan. Deciden saltarse al sindicato e ir directamente a los mineros. Escogen un pueblecito de Gales al que llegan en una furgoneta.

Fotograma de 'Pride'

Fotograma de 'Pride'

Con los grandes del cine británico

Así empieza la extraordinaria historia de cómo dos comunidades totalmente diferentes se unen por una causa común. Con un reparto coral lleno de nuevos rostros como George MacKay (que después protagonizaría la oscarizada 1917) y brillantes secundarios como Imelda Staunton, Bill Nighy, Dominic West o Andrew Scott. Una historia conmovedora, llena de esperanza y salpicada por la comedia que, sin embargo, no cae en el mensaje naif. Pride también muestra la cruda realidad a la que se enfrentaba el colectivo, la amenaza del SIDA, el estigma y la repudia social que sufrían.

Bill Nighy e Imelda Staunton en 'Pride'

Bill Nighy e Imelda Staunton en 'Pride'

¿Cuánto hay de real en Pride?

Durante demasiado tiempo esta historia fue olvidada, pero la mayor parte de lo que cuenta la película es real. Su guionista Stephen Beresford cuenta que cuando descubrió la historia al completo, quiso ser lo más fiel posible. La LGSM: Lesbianas y Gais Apoyan a los Mineros existió de verdad. Un colectivo que surgió al amparo de las luchas LGTBI que había nacido 15 años antes con las protestas de Stonewall que inspiraron el primer Orgullo y como protesta a las medidas de Thatcher, cuyo gobierno tenía la intención de cerrar 20 minas, lo que suponía la pérdida de casi 20.000 empleos.

Al frente estaba el activista Mark Ashton que consideró que los enemigos del colectivo obrero y LGTBI eran los mismos: el Gobierno, la policía y la prensa. Ashton (interpretado por Ben Schnetzer) lideró el grupo Lesbianas y Gais Apoyan a los Mineros (LGSM, por sus siglas en inglés) que fundó junto a alguno de sus amigos en la Gay’s The Word bookshop de Londres. La librería regentada por su amigo Gethin Roberts (Andrew Scott) —la única librería LGTB en aquella época— se convertiría en el centro de operaciones del grupo. Lo que olvida la película, es que Mark Christian Ashton, el protagonista, era además de activista por los derechos LGTB, militante y miembro del Partido Comunista de Gran Bretaña.

Imagen de  Mark Christian Ashton: Fotografía real de 1984

Imagen de Mark Christian Ashton: Fotografía real de 1984

Los tres momentazos por los que amamos la película

Pride es una película convertida en clásico LGTBI desde su estreno y que ha inspirado a otras, como la cinta española Te estoy amando locamente. Una historia que emociona, hace reír y, sobre todo, ayuda a entender un poco más el mundo que nos rodea. Su presencia en plataformas como RTVE Play es esencial para que lleguen a todos los públicos. La película es todo un referente LGTBI y en especial la amamos por tres momentazos como estos:

1. El épico "zasca" de Imelda Staunton

"Podría dar la impresión equivocada", le dice al personaje de Staunton, cuando esta le dice que vaya a hablar y a conocer al grupo de gays y lesbianas que han apoyado su lucha obrera. Para el minero galés, si se junta con hombres gays, siendo hombre, “podría dar la impresión equivocada”.

Un argumentario que, por desgracia, aún podríamos escuchar hoy día. Pero atentos a la contestación del personaje de Imelda: “Claro, porque eres jodidamente irresistible, ¿verdad? Escúchame bien, te he visto bailar mil veces jugar en pelotas en mi jardín desde que eras un enano y te puedo asegurar que esos gays han rechazado ofertas mejores”. Sencillamente, genial.

2. El increíble baile de Dominic West

“Es la primera vez que lo veo, hombres en al pista de baile”, le dice una de las vecinas del pueblo al personaje interpretado por Dominic West, uno de los hombres gays del colectivo que va al pueblo minero. Ellas aseguran que los hombres galeses no bailan, ¡jamás! La conversación ocurre a ritmo de Karma Chamaleon de la banda de los 80 Culture Club, cuyo cantante era abiertamente gay. Pero el momentazo de baile que se marcha West, sucede con otra canción Shame, shame, shame de Shirley & Company. El actor británico se marca un baile de lo más sugerente y demuestra a los hombre cis hetero allí presentes que no hay mejor manera de conquistar a las mujeres que bailando. “Al final, todos acaban aplaudiendo y varios hombres piden aprender a bailar. ¡Nosotros también queremos bailar como él!

Dominic West dándolo todo en la pista de baile

Dominic West dándolo todo en la pista de baile

3. El emotivo himno feminista que aúna la otra lucha

Poco después del momento bailongo, hay otra escena en la que la música resulta conmovedora. Todos reunidos en el pueblo, hablando de la importancia de unir fuerzas para defender los derechos sociales de todos los colectivos, varias mujeres se levantan para entonar una canción. Se trata de "Bread and Roses", inspirada en un poema de James Oppenheim y vinculada históricamente a la lucha de las mujeres obreras.