¿Es el hidrógeno verde la solución a la descarbonización?
- Recientemente se ha confirmado la existencia de una variedad de hidrógeno que surge de forma natural en el subsuelo
- La industria es uno de los sectores que más desafíos afronta en la implementación de energías sostenibles
El hidrógeno es un recurso muy ligado a la producción industrial, pero su problemática emisión de gases contaminantes implica un replanteamiento de su manejo para luchar contra el cambio climático.
En esta línea, una de las medidas que se ha planteado con más ahínco en los últimos años es el uso del hidrógeno como vector energético. Aunque se han dado algunos intentos de consolidación de su explotación, hasta ahora parece que no se está produciendo realmente un cambio de paradigma.
¿Una solución?
Desde hace décadas es una materia prima habitual para producir ciertos instrumentales, fabricar fertilizantes o refinar petróleo, por ejemplo, pero siempre elaborándose a partir de combustibles fósiles, que emiten dióxido de carbono y contaminan. Ante este panorama, se ha planteado un cambio al hidrógeno verde, mucho más sostenible. Pero, como señala en ‘El Cazador de Cerebros’ Steve Hamburg, director científico del Environmental Defense Fund, a pesar de que “la necesidad de descarbonización es cada vez mayor, el hidrógeno verde no es una solución mágica”.
El desafío de la energía sostenible en la industria
Una de las áreas que afronta mayores retos en el proceso de descarbonización es el del transporte. El marítimo, por ejemplo, consume actualmente el 3% de los gases de efecto invernadero a lo largo del planeta. El hidrógeno líquido ha sido una materia prima presente en este sector “desde los 60, en los cohetes, y veinte años después en los submarinos”, como apunta Madadh MacLaine, CEO en Zero Emissions Maritime Technology Ltd.
Aunque se ha empezado a extender en ámbitos públicos de transporte pesado y en camiones o aviones, para esta experta la clave de la transición está en los puertos marítimos, porque “hay montacargas, grúas, camiones que entran y salen, locomotoras, buques, remolcadores… Tenemos muchos agentes distintos que precisan energía, y puede crearse una base sólida para el consumo de hidrógeno en una instalación portuaria”.
Pero según puntualiza Hamburg, “el uso del hidrógeno es una opción importante, pero hay que plantearse las alternativas y hacer las cosas bien, averiguar dónde usarlo, cuáles de sus aplicaciones pueden ser realmente eficaces para la descarbonización y cuáles no tanto”. Para ello, es necesario diseñar una estrategia realista en aquellos sectores más difíciles de descarbonizar, donde no es posible usar determinados procesos o métodos considerados más sostenibles.
Y es que no siempre lo más útil es lo más fácil ni lo más sencillo, sino que la industria requiere un análisis pleno de todos sus procesos productivos, y no vale apostar por una energía sostenible si su desarrollo implica gastar más recursos en otro marco. Por ejemplo, lo más fácil sería fomentar la fabricación de coches de hidrógeno, pero, a la práctica, quizás su construcción requiere más esfuerzos que otro enfoque inicialmente menos útil, como los barcos u otras industrias.
“Hay que plantearse dónde puede ser más útil el hidrógeno“
“Hay que plantearse dónde puede ser más útil el hidrógeno. Cada paso, cada transformación, requiere más energía. Es importante garantizar eficiencia, debemos ir con cuidado y tener en cuenta el coste energético añadido. Queremos asegurarnos de que el sistema se use allá donde carezcamos de alternativas, porque, de lo contrario, al usar demasiada energía no estaremos cumpliendo nuestros objetivos de descarbonización”, concluye Hamburg.