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Imanol Arias, Hugo Silva y Darío Grandinetti viven una auténtica pesadilla en 'Despido procedente'

  • Conoce la escena en la que Imanol Arias sufre un accidente en el rodaje
  • Despido procedente, esta noche a las 22:30 en La 2 y gratis en RTVE Play

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'Despido procedente': comedia de acción protagonizada por Darío Grandinetti, Imanol Arias y Hugo Silva
Darío Grandinetti, Imanol Arias y Hugo Silva, protagonistas de 'Despido procedente'

Javier es un alto ejecutivo español que trabaja en una empresa de telecomunicaciones argentina que espera un ascenso en los próximos días. Todavía no domina el acento argentino ni conoce las calles de Buenos Aires. Un día, llegando al trabajo, le indica mal la dirección de una calle a Rubén, un buen hombre que iba de camino a una entrevista de trabajo. Este hecho cambiará su vida y le lanzará a una terrible pesadilla.

Imanol Arias y su acento argentino

Imanol Arias interpreta a Javier y Darío Grandinetti a Rubén. Para el actor de Cuéntame no fue la primera vez que trabajaba en una producción argentina, pero sí la primera que tenía que adoptar el acento, como el que tendría un español que vive en Buenos Aires. “Ellos se empeñan en que yo, aunque haga de argentino, tengo que trabajar con mi acento”. 

Arias desveló en Versión española que en una de las primeras escenas de la película, en la que Javier va conduciendo y practicando el acento argentino, llegó a juzgarse a sí mismo. “Al imitar a Imanol haciendo de argentino me vengo abajo” aseguró el actor, conocido también por su papel como Antonio Alcántara en Cuéntame.

Un accidente en el rodaje

El director de Despido procedente, Lucas Figueroa, recordó el accidente que sufrió Imanol Arias dentro del set de grabación. Durante una escena en la que el personaje de Javier rompe una puerta con un extintor, el actor se hizo una herida en la pierna con los cristales rotos. “El vidrio no era de atrezzo. La acción era coger el extintor, en ese estado enajenado completamente, romper el picaporte de la puerta y entrar”. 

Imanol, a pesar de la “locura” que provocó el accidente y la sangre, continuó rodando la escena y fue la que se incluyó en la película. 

No recomendado para menores de 12 años Versión española - Despido procedente (coloquio) - ver ahora
Transcripción completa

(Música)

Brindando por su nuevo futuro dejamos a ese grupo de justicieros

que si algo han aprendido, es que uno nunca

se puede salvar solo y que conviene aliarse

contra el enemigo más poderoso.

Saludamos de nuevo a nuestros invitados,

Imanol Arias, Javier en la película

y Lucas Figueroa, director y guionista

de "Despido procedente". Imanol, buenas noches.

Buenas noches otra vez. Qué buen rato nos has hecho pasar,

Imanol y alrededores. Lucas, buenas noches.

¿Os sumaríais a ese brindis de los personajes?

¿Pensáis que la unión entre seres humanos,

aunque seamos muy distintos, hace la fuerza inevitablemente?

Yo le dejaría el turno a Lucas, porque yo quiero hacer un matiz,

yo siempre tuve una idea sobre ese final, fíjate.

Perfecto, pues vamos a matizar.

Sí, a mí el final me gusta, porque no es un final

superfeliz, si no, es bastante real,

pero sí muestra, más que la unión, para mí,

es que nadie es tan malo como parece

ni nadie es tan bueno como parece y que somos parte de lo mismo

y ese mensaje a mí como cierre creo que le hace bien a la historia.

A mí me gusta ese mensaje, pero pienso que hay algo de cíclico

en la vida, es verdad que no se pueden hacer las cosas solo,

de hecho, la evolución del ser humano se basa

en que no aprendimos a trabajar entre nosotros

sin ser dominantes todo el tiempo, si no, ir trabajando y ahora mismo

un objeto se puede hacer por miles de personas

en diferentes partes del mundo, diseño,

o sea, que toda esa capacidad de trabajar está,

a mí lo que me hacía gracia era que esta gente,

que había convertido una macroempresa en algo normal,

tendrá éxito, como es la telefonía, tendrá éxito

y luego vendrá la competencia que lo hará más barato

y habrá algún día que se reúnan y digan: "Sobramos 500,

¿qué hacemos?" Porque van a tener que empezar otra vez el ciclo,

estas son luchas cíclicas, entonces me hacía mucha gracia,

porque era como si se hiciera un "lumping" de varios finales

siempre lo mismo y cada vez quedando menos.

-¿Cuántos despidos? -Es un cuarto de cada plantilla,

mínimo y también tendremos fusión de áreas.

En realidad la película no habla de una crisis concreta,

habla de las patas rotas de un sistema

que exige, que tiene una exigencia que pasa por encima

del ser humano para crecer, para producir y para ganar dinero.

¿Dónde está el punto de partida que a ti te interesa?

¿De qué hilo quieres tirar y dónde quieres llegar?

El punto de dónde tirar para mí va más que nada

con un tema de crecimiento personal,

o sea, de llegar a una edad

siendo un tiburón ejecutivo

de multinacional y darte cuenta que en realidad

estuviste subiendo una escalera errónea

y ahora te tienes que bajar de ahí y empezar a subir la escalera

dónde realmente quieres estar,

alineado con quien realmente es tu yo interior.

Y ese es el camino que me gusta, que recorre Javier.

-No te vas a quedar sin trabajo, te lo prometo.

¿Y qué me dices tú de tu personaje rodeado de todas esas cosas?

Porque una cosa que impacta un poco al espectador

es que es un buen tipo, es que es una buena persona.

Por eso lo han mandado, es pateado a Argentina,

porque ya ese problema existió en la central en España

y saben que él fue lo suficientemente flojo,

o sea, que consiguieron hacerle.

-Yo mismo lo despedí.

Tiene una integridad, es un tipo así, pero llega un momento

que se quiebra y la sorpresa es que no se quiebra esta vez.

-¡Eso es lo que te falta a vos, huevos!

Y yo los tengo bien puestos.

¿De dónde sale el personaje de Darío Grandinetti?

¿Cómo lo construyes? ¿Cuáles son tus referentes?

Porque es un personaje que produce mucha angustia,

precisamente por su inteligencia, suspicacia.

-Si te mato ahora ¿qué no hiciste en tu vida

que te hubiera gustado hacer? -¡No, no, formar una familia!

A mí, bueno, me fascina Darío

con su entereza, es tan solemne

haciendo comedia, pero en ese tono,

o sea, que realmente él te cause gracia por el miedo que genera,

vamos a ver quién es este loco y puedes ir conociendo

que no está tan loco y lo que plantea

es bastante de sentido común

y el reírse de eso es por los propios nervios

que te genera ver esa realidad.

-Cuando le detectaron la enfermedad dijo que quería hacer

algunos cambios en la sociedad

y yo le prometí que lo iba a ayudar.

Un personaje así en una ciudad como Buenos Aires

con entre 14 y 19 millones de personas

que se levantan todas las mañanas a buscarse la vida

con las mismas dificultades que aquí o más,

eso produce una efervescencia en la ciudad...

Incontrolable.

En Buenos Aires es difícil que te roben la cartera,

pero que cuando vas a ir a un sitio ya ha llegado otro, te puede pasar,

porque todo el mundo va a los mismos sitios y a mucha velocidad.

En Argentina se da una mezcla, las patatas, los grupos

suelen tener parte judía, italiana y española,

incluso algo árabe, turca, incluso algo rusa, los judíos rusos,

con lo cual eso es una tortilla de patata con mucho picante,

con mucho dulce, con mucha salsa agridulce

y cada uno, al judío se le llama ruso,

al flaco es flaco, gordo, cabezón,

hacen una especie de... Ya el dibujo te lo dan los motes,

gordo, judío, flaco, cabezón, ¿qué haces, patitas?

Porque tiene las patitas cortas.

Claro y luego está el que es nuestro idioma,

solo que además tamizado por un idioma como es el italiano.

Cuenta la leyenda dos historias que voy a contar rapidísimamente,

el idioma en Argentina se decide que sea el español

en un momento determinado a través del circo,

entonces existía el circo criollo y el teatro español,

dos vecinos que se miran, desconfían, se detestan,

cuando se cruzan, cruzan la cara, hasta que un día algo en común

les hace mirarse y sale el teatro argentino español,

que es un teatro que habla no en lunfardo,

si no en clásico, en español de María Guerrero,

pero con acento. Bueno, pues con los personajes

pasa exactamente igual, estos dos se miran,

el español es como puro, se cree como puro,

no tiene ninguna mezcla, no tiene ninguna rinconada,

que digamos, estos están llenos de rinconadas

y entonces, cada uno y yo veo a Pozzi

y Pozzi es un judío ruso, aunque sea así de pequeñito,

le tienen que llamar el ruso, piensa como un ruso,

él piensa en La Torá, si la vida es tan difícil,

para que la vas a tener presente todos los días,

duerme un poquito por la mañana, cierra los ojos.

Luego está el Tano enloquecido.

-Este país se fue al carajo.

"Esto es terrible,

esto fue una cosa que se reventó todo".

Y amigo, yo esos tonos, había momentos

en que me paraba y decía: "No, el acento argentino

lo tienen ellos", porque yo caía en esa música.

-La concha de la lora ¿eh?

-Vamos a ver ¿qué es la concha de la lora?

Es el coño de un loro ¿no?

A quién no le apetece decir:

"¿Estás loco, boludo? ¿Qué decís?" Pero por favor,

es que además de una riqueza,

el lenguaje es tan bonito,

porque son personajes secundarios, Tomás Pozzi y Luís Luque,

Miguel Ángel Sólá, por supuesto,

es una cosa brutal la interpretación argentina,

la capacidad de los actores argentinos

que nos dejan con la boca abierta.

Han aceptado que son multirraciales. Ay por Dios, qué bien.

Más que incluso que acabaron con todos los indios suyos,

que eso lo aceptan menos que, que son diferentes,

es verdad que eso es una riqueza del país, quiero mucho a ese país,

he pasado mucho tiempo y espero pasar mucho tiempo,

espero pasar más tiempo del que nadie imagina en ese país,

espero que muy pronto pueda pasar mucho tiempo ahí trabajando

y disfrutando, porque han aceptado que son variados.

Bueno, estábamos con Darío Grandinetti,

cuéntame cómo es dirigir a Darío y cómo es trabajar con él.

Ah, muy fácil, muy fácil,

es, vamos, Imanol es el actor más generoso

que he conocido en mi vida y Darío también,

o sea, es ir a aprender, la puntualidad, el respeto

con los compañeros y sobre todo Imanol

que a nivel actoral es indiscutible,

pero a nivel humano y el equipo que genera,

eso es impagable.

-Vamos a hacer el último plano, ¿les digo una cosa?

Está el equipo acojonado,

en la puta vida se imaginaban que se iban a encontrar

con una panda de cabrones como ustedes,

lo han hecho increíble, se han portado increíble.

-Eso es llegar a un set y estar con todo el mundo

de buen humor porque él emana la luz y une, eso es,

es un placer y de entrega, bueno,

podemos contar miles de anécdotas como que casi te quedas sin piernas

en el rodaje, ¿viste la escena donde rompe la puerta

con el extintor? Claro.

Bueno, eso no era así,

tenía que romper, ¿la cuentas tú o la cuento yo?

La acción era coger el extintor

en ese estado enajenado completamente

y romper la puerta, el picaporte,

la manija y entrar

y venía tan enajenado

que no se había roto el picaporte,

entonces agarró, dio vuelta, el extintor, rompió la puerta,

se rompió el pie, no cortamos,

partió la puerta y atravesó el vidrio directamente,

el vidrio no era de atrezo, era de verdad,

o sea, se cayó el vidrio.

Luego me di cuenta que había hecho una locura, sí.

Y quedó.

¿Y es la secuencia?

Sí, porque la puerta no era de mentira,

rompió la puerta de verdad.

-La pierna no les dije que me sangraba

hasta que la script no vio un chorreo de sangre

que me bajaba por la pierna al calcetín,

porque yo no era muy consciente, yo sabía que había un golpe,

pero no sabía que había sangre.

-Bueno, eso para ejemplificar un poco la entrega.

-Bueno, pero yo le pedía a él una cosa y no me lo permitió,

digo: "Déjame que sea yo el que choque",

yo vi al especialista cómo chocaba con su protección el coche,

"déjame que yo" y me dijo: "No, no".

-Pero si él agarró el BMW en Buenos Aires en la Nueve de julio

e iba él con Luís Luque. -Y la Policía tuvo que decir:

"Muchachos, no podemos controlar esto,

la gente no sabe que están filmando".

-¿Qué dijiste, pelotudo? ¿Qué dijiste, tarado?

-No cambies el acento, galleguito arrepentido,

que la historia no se con vos.

Es muy curioso veros trabajar,

porque ese trío, Darío, Imanol y Hugo Silva,

en principio, no tienen nada que ver como actores

ni en su manera de afrontar los trabajos,

entonces, me gustaría que hablaras de eso a los espectadores,

bueno, pues para compartir un poco la forma distinta

de afrontar un personaje y una interpretación.

Darío es muy constructivo

y hierve el caldo, lo va reduciendo,

hace la reducción del caldo. Qué bonito eso, me gusta mucho.

Sí, reduce el caldo, digamos que yo soy

como las verduras de Tudela, a veces son escasas,

pero intento dar un poco de color

y Hugo es un hombre que se enfrenta al máximo

en cada escena como si tuviera delante

Shakespeare, en el sentido

de nunca está contento, es muy gracioso,

lo que pasa es que es buena gente, no protesta,

pero todo el sufrimiento y toda la cosa y la perfección

y luego como amigo tiene algo increíble, como compañero,

tiene el abrazo del oso sin ser un oso,

este hombre en medio de todo dice: "Ven aquí", te agarra así

y te coloca aquí un momento y te dice:

"¿Cuánto hace que no vas a Cádiz?"

Tiene algo que a mí me... Yo a Hugo le quiero,

a Darío le conocía hace mucho tiempo y Darío y yo tenemos ya

conexiones muy fuertes en muchas cosas,

pero Hugo ha sido un enorme descubrimiento.

Y luego un día te descubre y dice:

"¿Sabes que yo soñaba con 'Brigada Central' de pequeño?"

Entonces claro, te empiezan a hablar porque son gente más joven que tú,

al que llegas a admirar y eso en un compañero está muy bien

y luego es un golfo con él mismo

en el sentido de que hace la comedia desde un lado,

que se desnuda mucho.

-Relájate hombre, hoy has follado ¿eh?

Tienes buena cara, hoy has follado ¿eh? ¡Anda!

Pues hablemos del aspecto forma de la película entonces,

cuéntame cómo querías tú rodar esta película que mezcla

géneros realmente porque tiene un poquito de todo,

¿qué querías hacer y qué transmitiste

al equipo técnico, a los distintos departamentos para lograr...?

Yo quería rodar con muchísima más pasta, con 20, 30 millones

de dólares más, pero bueno. Bien, bien, bien.

Desde el aspecto formal,

ahí sí soy muy detallista,

eso me gusta mucho, vengo del mundo de la publicidad

donde esos juguetes, que dice Imanol,

ahí no hay problema presupuestario, es decir, que el helicóptero,

venga el helicóptero, no sé qué. Que a gusto ¿no?

-Esa es la óptica. -Claro y las ópticas para mí

son fundamentales, el ojo de la cámara.

Sí, eso en cada aspecto formal me gusta mucho cuidarlo,

como su fuera una "publi" con el presupuesto que toca

en cada proyecto.

En la peli, o sea, parece que está ambientado todo

en Buenos Aires pero se rodó la mayoría en Madrid,

está todo Madrid cambiado,

todas las matrículas de los coches, es carísimo, es un trabajo...

¿Cuál fue la secuencia más compleja para ti?

Las primeras porque las primeras dinamizaban algo en mí,

a mí me gusta vivir en Argentina, nunca me han dejado trabajar

con su acento, ellos se empeñan en que yo aunque haga de argentino,

tengo que trabajar con mucho acento del mío.

-Usted consiente.

-Y la concha de la lora de tu reputa madre en tanga, hombre.

-Empecé con ellos con mi acento y siempre ha sido así,

entonces yo quizá sea el actor

que más haya trabajado allí y que menos maneje,

yo veo a otros compañeros que consiguen hablar argentino

y yo cuando empiezo a decir "la malla amarilla".

-Yo voy a la playa en malla amarilla.

Empiezo a juzgarme y siempre decía:

¿Por qué no me dejarán hablar en argentino?

Sí, cómo me altera esto, ahora entiendo, me cuesta,

estoy alterado con "la malla amarilla",

no me gusta decirlo así, ¿cómo lo digo?

Como don Héctor Alterio: "La malla amarilla"

o voy a decirlo como Miguel Ángel: "La malla amarilla".

Amarilla, es que imita muy bien.

Pero al imitar a Imanol haciendo argentino,

me vengo abajo, o sea, me pasa como a los toreros,

porque me juzgo.

Porque no te quieres tanto a ti mismo como a tus compañeros.

Puede ser y esa secuencia, yo le iba diciendo: "Mídeme,

mídeme, vamos a ver", sí,

porque luego las cosas que pasaron en las calles en Buenos Aires,

había un momento en que yo tenía que empujar a una especie de moto

o darle a una cosa así que se cruzaba

y cómo íbamos sin que nadie se diera cuenta

y además íbamos diciendo bobadas con Luís Luque,

se acercó uno, como una especie de mensajero que no era el nuestro:

"Por favor, dejen ya de joder", no sé qué, no sé cuánto

y le hice "pam" y lo tiré al césped y no era el nuestro.

-Se pensó que era uno nuestro.

-No era el nuestro, no era el de la escena,

el de la escena venía atrás, se adelantó al de la escena,

eso y que me paró un Policía

en el bosque de Palermo,

porque aunque iba protegiéndonos, dice: "Señor Arias,

¿hace falta que vaya a 170, que es una zona urbana?"

Digo "ya, pero como es una recta", dice: "¿No lo pueden rodar

a una velocidad? Lo digo porque, están autorizados,

pero estoy preocupado por su integridad"

y le miré y dije: "Es verdad, voy a bajarlo un poco",

pero el Policía en vez de echar la bronca, dice:

"¿Tiene que ser tan rápido todo?

¿La camarita no puede hacer que sea más rápido?"

Claro, si hay algún truco tecnológico.

No, en todas las escenas de coche, Manu conduce, en todas.

El único doble de riesgo fue cuando se dio el golpe.

-Y yo pedía el último momento del golpe.

-Claro, él quería, o sea, cuando chocan los dos BMW estos,

él quería chocar.

-Hay un choque que es más general, que viene fuerte

y luego hay uno que estás aquí y "bum", este quería hacerlo yo,

porque vi las protecciones y yo soy muy amigo del especialista,

pero me dijo: "Si fuera más adelante,

no me importaba, pero es que ahora estamos a mitad de película

y no puede ser."

-Claro, si fuese la última escena, que te jodan ¿no?

Claro, no vaya a ser... Que tiene récord, no es por ti,

es por el récord, claro.

Mi padre cuando me acompañaba al cine le decía la gente:

"Cómo cuidan a los actores, que le dan batitas para comer"

y siempre decía mi padre: "No, porque son muy torpes, se manchan".

Claro, sí es que hay que saber las razones.

"¿Les mandan un taxi a casa?" "Sí, porque si no llegarían tarde,

se pierden, ellos van a otra cosa". Claro, claro,

que no es mimo en realidad, es para poder terminar la película.

Se vivió tensión en ese sentido,

Imanol y Luís Luque en un coche solos por Buenos Aires,

(Ríe)

es como... Luís Luque es punto y aparte

como actor, vos, igual ¿eh? Es que realmente.

Trabaja todo el barrio, todos los barrios de Argentina

están en Luís, en sus expresiones.

-Los gallegos están más locos que un plumero ¿eh?

En su corazón, en el sufrimiento en silencio,

en cosas que le pasan que se calla estoicamente

como un desprecio de alguien,

¿sabes? Cuando alguien no te conoce y te ve a las dos de la mañana

y le dice: "Mira, un actor argentino",

Y dice: "¿Usted argentino? ¿Cómo va a ser argentino y actor?"

Se quedaba así, me contaba y hacía esta cosa de...

Entonces, la perfección de esta película en América Latina

es una película de culto,

en el sentido de que la tienen en una plataforma

que haces así y dices: "España, Argentina, ya está",

Es como Argentina, Méjico o como...

Es una película que tiene esa... -Es una mezcla.

Es una mezcla, pero por tu parte absolutamente voluntaria,

es subrayar ese binomio en el que nos damos la mano

y construimos, bueno, este programa,

sabéis que es un puente que une las dos cinematografías,

desde el principio hemos puesto un foco de atención muy claro

como servicio público, de entender todo lo que nos une,

mucho más de lo que nos separa

y de hablar de nuestras cinematografías

con un cordón umbilical. No ha salido el tema,

pero al principio se podía pasar una película,

voy a hablar del humor y que dijeran: "Sí, muy gracioso,

pero hay cosas que no he entendido", ahora ya está tan mezclado,

ahora es difícil que alguien te diga que a un argentino no lo entiende.

Pero ya son 20 años de grandes apuestas compartidas.

Mucha gente viajando aquí y mucha gente que ya viajó allí.

El momento de esta película corresponde a un momento

en que todas las empresas gordas desembarcaron y había un barrio

lleno de rascacielos, Puerto Madero,

que eran los españoles.

-Claro, bueno a mí en ese sentido

para mí es muy natural, porque es un poco mi historia,

mira, mi padre es de Vigo, mi madre es de Almería,

yo nací en Buenos Aires y mi primer trabajo fue en Telefónica,

o sea, que es un poco esta jungla de esta película.

Como Pedro Almodóvar. (Ríen)

Pedro Almodóvar y él comparten eso. Por favor, claro.

Y vivo en España hace 20 años. -Y que su segunda película

la hicieron conmigo, comparte la dos cosas con Pedro.

-Ay, ese pelo, Pedro, ese pelo blanco.

-Sos una puta hormiga en el universo,

cuando entiendas eso, perderás el miedo

y sin miedo puedes hacer lo que quieras,

absolutamente todo.

Juan Grandinetti, que no se me olvide Juan Grandinetti,

el hijo de Darío Grandinetti, que es un excelentísimo actor,

que he tenido la oportunidad de trabajar con él

en una película de un compatiotra, de Beda Docampo,

que es un ser maravilloso también, educado, sensible,

inteligente y bueno,

que se llama "La maldición del guapo",

digo esto, obviamente, porque he conocido de cerca

a Juan, es un excelente actor y compañero también.

Juan es un grande, Juan es un grande,

hay un detalle que no se sabe,

en el proceso de casting con las directoras de casting,

el casting se hizo todo en España

con todos los actores argentinos,

Darío estaba en la peli

y Juan hizo casting, Darío nunca me dijo que era su hijo

y se hizo todo el casting y se eligió.

¿Qué me estás contando? Claro y se eligió,

dije: "Joder y aparte hasta se parece".

No te creo esto que me cuentas, pero qué bonito.

Sí, sí, Juan es buenísimo. Es buenísimo, es buenísimo.

-Dale, pásalo, que no es un chupete.

Pues que siga la creatividad,

que sigáis aportando muchas cosas buenas

a nuestra cultura y a nuestro cine

y que sigáis viniendo a "Versión española"

para compartirlo con nuestros espectadores

porque sin ellos, nada de lo que hacemos tiene ningún sentido,

así que por y para ellos, gracias. Muchísimas gracias.

Y a vosotros, no os despido, llega la hora del cortometraje

en "Versión española".

(Música)

Pues seguimos a vueltas con las reglas del juego

con las que vivimos y sus efectos colaterales,

"Gastos incluidos" es un trabajo de Javier Macipe,

un cineasta al que venimos siguiendo hace tiempo

y que nos vuelve a sorprender con una propuesta tan original

como perturbadora, una visión cómico distópica

y tal vez, no tan futurista

de hacia dónde va nuestra relación con el espacio que ocupamos

y con quién lo compartimos.

Que os guste mucho, nos vemos ahora.

(Hablan en inglés)

Estáis todos para el piso ¿no?

-Y cómo ves, aísla totalmente, es una burbuja.

-Y luego el tema de gastos, calefacción, ¿sería aparte?

-No, están incluidas, calefacción central,

la limpieza también, viene una muchacha divina,

que te va a dejar la casa niquelada, va incluido todo dentro del pack.

-Pues para un canario, que haya calefacción central

es el cielo ¿eh? -¿Entonces te interesa?

-Sí, claro, sí, a mí la verdad es que me ha encantado el piso.

(Suena el timbre)

-Te aviso yo, corazón.

-Bueno nada, que digo que me encantaría,

que supongo que tendrán que ver a otras personas ahora

y que ya me diréis, pero vamos, yo puedo pagar hasta un poco más.

-Pero te hemos citado ya el primero por compatibilidad,

por los datos de la aplicación, así que si te gusta, es tuyo.

-¿En serio? Joder, pues muchas gracias,

es que ha habido pisos que les ha faltado hacerme una prueba de canto.

-Ya tío, la gente es más fuerte...

Mira, te voy a pasar el contrato

y échale un vistazo. -Muy bien.

-Eso sí que te digo, es un contrato tipo,

es decir, no es negociable,

lo dejaríamos firmado ahora, yo ya te daría todas las claves.

-Sería para entrar entonces ¿cuándo? -Hoy.

Ahora si quieres.

-Pero...

¿vacían ahora todas las cosas

de la otra persona que está en el piso?

-¿Cómo?

-Sí bueno, la ropa, los libros,

supongo que tendrán que llevárselo todo,

a mí no me importa, lo digo por la persona

que a lo mejor le molesta.

-¿No has leído las condiciones en la web?

-Pues la verdad que tengo un poco de caos con tanto piso.

(Suena el timbre)

-Mira, corazón, que te he dicho que te aviso yo.

Bueno mira, ve subiendo y espérame en la puerta de arriba.

Léete la cláusula cinco, por favor.

-El arrendatario se compromete a ignorar la existencia

del otro de tal manera que ambos habiten la vivienda

como si de una de uso individual se tratase.

Están prohibidas las conversaciones entre sí,

el contacto físico de toda índole,

así como el mero contacto accidental o el contacto visual,

en definitiva, toda aquella manifestación

que conlleve el reconocimiento por parte del arrendatario

que comparte el uso de la vivienda con el otro.

O sea que, ¿sería para compartir?

-No exactamente.

(Suena el teléfono)

Hola, mamá.

Bien, bien, muy bien.

Bien, está muy bien.

Sí, sí, sobre todo está muy cerquita del trabajo,

que eso es fantástico, sí, sí, sí.

Bien, bien, además ¿sabes que me han pasado ahora

de la zona de libros a la zona de sushi?

Eso es superbueno, claro, porque así tengo más flexibilidad de horarios

para todo el tema de si me sale algo de lo mío.

Mamá, por favor, ¿cómo van a oler los libros a pescado?

¿Cómo?

Bien, bien, bien, bueno, es abuhardillado,

pero no es pequeño.

Sí, sí, sí, centro, es el centro, centro.

Sí, sí, calentito también,

así que...

Sí, sí, sí, la verdad es que vamos, estoy muy contento.

(Suena un ruido)

(Canta otra persona)

# Hoy he vuelto a pasar

# por aquel camino verde,

# que por el valle se pierde

# con mi triste soledad.

# Aquel camino verde. #

(Silba)

(Suena una alarma)

Qué sed tenías ¿eh?

# Hoy he vuelto a pasar

# por aquel camino verde. #

(Suena la puerta cerrándose)

(Música)

(Suena una canción)

# Por aquel camino verde,

# que por el valle se pierde

# en mi triste soledad. #

-Emi, ¿qué tal, sucia rata? ¿Cómo estamos, tío?

Nada que no hay forma de cuadrar al final para hablar contigo

ni con Osqui, que lo llamo y al final por H o por B,

nunca hablamos, nada, para contarle un poquito,

venga, tío.

(Continúa sonando la canción)

# Que yo te vuelva a encontrar.

José, ¿qué tal, amigo?

# Cumpleaños feliz,

# cumpleaños feliz,

# te deseamos tito,

# cumpleaños feliz. #

¡Felicidades!

Tito, te dejo que mañana tengo examen, un besito.

-Venga, yo también, que si no, no hay quien se levante,

muchas felicidades. -Hala, venga a descansar.

Y suerte con el examen ¿eh?

-Adiós, "cuñao". -Adiós.

Ya, no bueno, ya saben que soy válido, claro.

Sí, pues nada, me pilló en esa un día

y yo la verdad es que ya hacía muchas más cosas

de las que me tocaban, pero bueno...

Sí, pues muy buena noticia.

Sí bueno, no es jefe realmente, es más bien como encargado.

Sí, el sueldo, mira, el sueldo es casi igual,

pero lo chulo es que tengo más flexibilidad de horarios

por si me sale algo de lo mío.

Así que sí, ya me lo han confirmado además,

que cualquier cosa no tendría problemas para poder cambiarlo,

así que bueno, sobre todo contento

y satisfecho por eso, claro.

Que pasó por ahí Olga, sí,

Sí, sí, nos sacó el parecido solo por la cara, imagínate.

Bien, nada, que pasaba unos días por aquí de puente

y se llegó, no sé si por ti sabría que estaba trabajando en la tienda.

Y nada, muy bien.

¿Y estaba bueno por allí?

Sí, sí, mamá, que sí, me he comprado, digo.

(Música)

¿El qué, mamá? Que no se oye bien, dime.

Oye mamá, te llamo luego mejor ¿eh?

(El otro llora)

-Perdona.

-Oye, a lo mejor le apetece unirse,

si no os tocáis entre vosotros, no incumplís el contrato ¿no?

-No bueno, eso sería un poco "alegal",

de todos modos no creo que te ponga. -¿Y tú qué sabes?

-Bueno, es mayor que nosotros. -¿Cómo de mayor?

-Oye, no me apetece follar delante de un viejo.

-Que no, mujer, que no es un viejo, es mayor que nosotros.

Aparte, no te preocupes que hay tapones, hay antifaz, no se entera.

-Como en los aviones. -Sí.

-Si no lo conoces de nada ¿cómo sabes que no es un psicópata?

-Me preocupa más que no seas tú una psicópata con esa risa que él.

-¿Qué risa, esta? (Ríe a carcajadas)

-¿Está arriba?

-Sí.

Oye, pero qué bragas más bonitas ¿no?

Estas son bragas de follar.

-Aquí no hay nadie.

-¿Qué dices?

-Arriba no hay nadie. -¿Cómo que no está?

Coño, qué raro.

-Mejor ¿no?

(Música)

(Suena el timbre)

Hola, buenas, soy el vecino de arriba

y bueno, sé que puede parecer un poco raro,

pero ¿tú no conocerás a mi compañero, verdad?

Es que es un hombre de unos 60, tiene así bigote

y bueno, hace tiempo que no lo veía por casa y pensé que a lo mejor

tú sabías dónde trabajaba.

-Lo siento, mira, yo es que llevo poco aquí,

pero oye, si se queda la plaza libre ¿me avisarías?

-Sí, oye, tú compañera tampoco sabrá ¿no?

-¿Qué compañera?

De acuerdo, páseme con otro departamento, sí.

Sí, sí, sí, efectivamente, esta es la dirección.

Sí, el motivo de la llamada

era que, bueno, que quería dar...

Sí, mi nombre es Joaquín Montilla Muñoz.

Sí, sí, sí, no me importa que se grabe.

Hola, buenas ¿qué tal? Muy bien, muy bien.

El día muy bien, el día muy bien.

Sí, sí, yo quería dar parte de, bueno,

realmente, es que mi compañero de piso ha desaparecido.

¿He dicho? Bueno, no sé si he dicho compañero

o qué he dicho, pero sí.

El motivo de la llamada es que quería indicar

que mi compañero de piso ha desaparecido.

¿Que se lo explique más conciso?

¿Más conciso que lo que le acabo de decir ahora?

Sí, sí, no me importa que se grabe,

pero a ver si puedo hablar con alguien, por favor.

Yo le quería explicar que hace dos semanas

vi a mi compañero de piso llorando

y después de verle llorar ese día, desapareció

y no le he vuelto a ver hasta ahora,

eso es lo que yo quería comunicar a la empresa,

porque es una persona mayor ¿sí?

Sí, yo firmé una cláusula, sí,

yo firmé una cláusula.

Que sí, que ya he dicho por tercera vez

que no me importa que la conversación la graben.

Sí, pero ¿usted es la misma chica de antes?

Es que tiene la misma voz, ¿esto qué es?

Vamos a ver, se lo he explicado a tres chicas ya,

que todas tienen la misma voz, es que hace dos semanas

vi a mi compañero de piso llorar y es una persona mayor

y esa noche desapareció y no lo he vuelto a ver hasta hoy.

Estoy preocupado y simplemente era para si ustedes tienen

más información que yo ¿eh?

Que sí que he dicho compañero, hombre.

¡Por cuarta vez, he dicho compañero!

-Señor Montilla me veo obligada a registrar en su cuenta personal

una penalización de tipo dos, como usted sabe, la cláusula quinta

el contrato implica el compromiso del arrendatario...

-¡Oiga!

(Se escucha un ruido)

¿Qué haces tú en mi casa?

¿Me estás escuchando?

Oye perdona, estás en mi casa ¿esto qué es?

¡Oye!

¿Pero a ti te parece normal entrar en una casa así?

¿Qué es esto? -Bueno disculpa,

es que yo tenía registrados otros horarios y tienes que avisarme

de tus cambios de horario. -¿Qué le ha pasado a mi compañero?

-Eso no te lo puedo explicar. -¿Cómo que no?

-Eso no te importa. -¿Pero qué hace, hijo de puta?

-Chicos ¿qué tal vais? -¿Estos son seres humanos?

¿Ustedes son seres humanos? -Bueno mira, disculpa,

pero por favor, mándame tus horarios nuevos y tus cambios.

-Por favor, ¿alguien me puede decir qué le ha pasado a mi compañero?

Solo eso.

(Música)

# Hoy he vuelto a pasar. #

Pues después de tanta frialdad, de esa ausencia total de empatía,

el cortometraje nos acaba dando un pellizco de humanidad

y de emoción que nos sirve de consuelo

y de obligada reflexión.

Estupenda esta rara comedia que nos presenta Javier Macipe

y extraordinarios los dos protagonistas,

Ramón Barea y Roberto Cabrera

en su dificilísimo reto interpretativo

de estar y no estar.

Y nada más, hasta aquí nuestro programa doble de hoy,

ya sabéis que la semana que viene os esperamos

para seguir compartiendo el mejor cine español reciente,

hasta entonces un beso muy fuerte, chao.

(Música)

¡Lo han hecho increíble! ¡Se han portado increíble!

Versión española - Despido procedente (coloquio) - ver ahora

Hugo Silva y Darío Grandinetti forman parte del reparto de Despido procedente

Hugo Silva es Sam, compañero y compatriota de Javier. Es un chico muy pícaro que no dudará de dejar sus principios atrás para cumplir con sus intereses: representa lo peor de los argentinos y los españoles. Este personaje contrasta con Rubén, interpretado por Darío Grandinetti, un personaje muy misterioso e inteligente, con una gran evolución a lo largo de la película. 

Darío Grandinetti, Hugo Silva e Imanol Arias, protagonistas de 'Despido procedente'

Los protagonistas de 'Despido procedente': Darío Grandinetti, Hugo Silva e Imanol Arias

Madrid se transforma en Buenos Aires

La película está ambientada en Buenos Aires y se rodó entre la capital argentina y Madrid. Para dar credibilidad a la película hubo que transformar algunas calles del centro de la capital española y fue necesario cambiar las matrículas de los coches. Puedes disfrutar gratis de esta película esta noche a las 22:30 en La 2 o en el catálogo de RTVE Play, donde también podrás disfrutar de otros títulos como Isla Bonita, La mujer rey o El pacto