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Cuatro bulos sobre la ingesta de insectos que probablemente tú también te has creído

  • ¿Consumimos insectos en otros productos sin que nosotros lo sepamos?
  • El nutricionista Aitor Sánchez dice cuál cree que es la proteína del futuro y no, no es la de los insectos

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Comer bichos: la Unión Europea permite el consumo de cuatro tipos de insectos
Comer bichos: la Unión Europea permite el consumo de cuatro tipos de insectos KBEIS - ISTOCK

Ya es costumbre que el nutricionista Aitor Sánchez llegue a El gallo que no cesa con su sección "Las penas se van yantando" a disiparnos todas nuestras dudas sobre alimentación, a enseñarnos a comer mejor sin renunciar al sabor ni a la calidad y a elegir los productos más saludables en el supermercado. En esta ocasión nos adentramos en el mundo de los bichos, concretamente en el uso de estos para alimentarnos. Aitor Sánchez nos desmiente cuatro bulos que han surgido desde que se pusieron de moda.

El gallo que no cesa - Las penas se van yantando: Bulos y futuro de comer insectos - Escuchar ahora

¿Comemos insectos de forma encubierta?

Ya puedes silenciar todas tus alarmas porque no, no comemos insectos de forma encubierta o "al menos no de la manera en la estas fake news nos quieren vender", señala Aitor Sánchez. Con esto se refiere a todas las veces que hemos escuchado que algunos alimentos como las barritas de cereales, concentrados para sopas o premezclas para productos horneados llevan insectos en sus ingredientes, pero nada más lejos de la realidad: "Los pocos ingredientes que obtenemos a partir de insectos no son nada novedosos, sino que tienen una presencia más tradicional", afirma el nutricionista y lo ejemplifica con la miel, un producto muy consumido en España y que está producido por las abejas, que son insectos.

También se dice que hay yogures que utilizan bichos machacados como colorantes, ¿es esto cierto?. Aitor Sánchez lo califica más bien de "impreciso" porque sí que es verdad que existe un colorante alimentario que se obtiene a partir de la cochinilla y se suele utilizar en helados, yogures y repostería, por lo que el nutricionista puntualiza: "Se usan desde hace mucho, así que no puede responder a esta conspiración de que el globalismo o la Agenda 2030 nos quiere hacer comer insectos".

Recordamos que el fin de la Agenda 2030 es cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y algunos de ellos están relacionados con la comida, por ejemplo, la búsqueda de fuentes de proteína más sostenibles para sustituir la proteína cárnica. Pero esto no quiere decir que haya que sustituirla por insectos, "se habla de darle más espacio a las legumbres, de explorar opciones tecnológicas como setas o algas. En definitiva que no tengamos que depender tanto de la proteína animal que, por cierto, los insectos seguirían siendo proteína animal", aclara Aitor Sánchez.

Cuando España los comercializó, ¿funcionaron?

Es muy difícil pensar que los insectos pasen a ser parte de nuestra dieta porque no forman parte de nuestra cultura, de igual manera que en otros países sienten rechazo hacia alimentos que nosotros ingerimos normalmente como son los caracoles, las vísceras o las morcillas. Por lo tanto, "los pasos en España serán ir hacia comer un poco más de legumbres y no más saltamontes", dice el especialista.

Aún así, en 2023 empezamos a ver esta novedad alimentaria en los supermercados de manera que podías encontrar en sus estanterías insectos preparados para su consumo, concretamente en cajitas pequeñas. Quizás en su momento fue un boom y la gente lo compraba más bien para ver la cara que ponían sus familiares en casa, sin embargo, "se nota que esté el insecto entero, en larva o en formato desecado, no tiene buena acogida", cuenta el nutricionista.

Esta es la razón por la que, según Aitor Sánchez, casi toda la comercialización está orientada a la producción en forma de barritas o para consumo animal ya que la harina de insectos se suele utilizar para reforzar los piensos de nuestros animales.

¿Está permitida la venta de todo tipo de insectos?

No todos los tipos de insectos se pueden vender a día de hoy, o al menos en los países de la Unión Europea. Actualmente solo se puede comercializar con cuatro tipos de insectos. El primero es el gusano de la harina, el cual se puede consumir entero o en polvo; la langosta migratoria que tiene también varias preparaciones; el grillo doméstico que lo puedes encontrar como snack o como harina y, por último, las larvas del escarabajo del estiércol enteras o en formato harina.

¿Son la proteína del futuro?

¿Los insectos son más sostenibles que la carne? Sí, simplemente porque se utiliza el 100% del cuerpo, tiene menos emisiones y porque comen mucho menos que una vaca pero, ¿esto significa que son el sustituto perfecto a la proteína cárnica?

El nutricionista lo tiene claro: "Tenemos una solución mucho más real, como es la proteína de las plantas, que está más estudiada, está mejor aceptada, no implica riesgos ecológicos porque hay que tener en cuenta que una granja con miles de saltamontes o grillos tiene más peligros que un cultivo de garbanzos". Por lo que Aitor Sánchez considera que la proteína del futuro es la vegetal y no la proveniente de los insectos porque, además, "es completa, es barata, está estudiada y aceptada por todo el mundo, crece con la energía del sol, te secuestra el CO2 atmosférico..."