Rosa Bonheur, la pintora travestida del siglo XIX
Noticia Saber y Ganar
- Rosa Bonheur destacó como pintora de animales y, aunque no ocultó su homosexualidad, necesitó permiso de las autoridades para “vestirse de hombre”
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Las celebraciones del Orgullo LGTBI siguen a lo largo de todo el mes de julio y en ‘Saber y ganar’ recordamos algunas figuras de la cultura que han sido importantes en la creación del colectivo. Hoy hablamos de Rosa Bonheur, la pintora francesa que demostró un gran talento dibujando animales y que, a pesar de ser mujer en pleno siglo XIX, pudo vivir su homosexualidad de forma abierta ante la sociedad de la época.
Ideas feministas y calificativo de “marimacho”
Rosa Bonheur nació el 16 de marzo de 1822 en Burdeos, Francia, en el seno de una familia dedicada a las artes ya que su padre y sus hermanos también destacaron en el ámbito de la pintura. De hecho, se crio rodeada de ideas en favor de la mujer ya que los Bonheur comulgaban con un grupo político cristiano y socialista que abogaba por la llegada del mesías en forma femenina.
No es de extrañar que, de bien jovencita, Rosa creyera en la igualdad de género y defendiese los derechos de las mujeres que, en pleno siglo XIX, vivían a expensas de los hombres. No obstante, sus formas no eran las que cabía esperar de una señorita de la época y en su localidad se ganó el apelativo de “marimacho”.
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Una talentosa pintora travestida
Siendo niña, su familia se mudó a París, donde su padre fundó una escuela de dibujo. Rosa, que había comenzado a pintar para superar sus problemas de aprendizaje, se reveló como una gran dibujante de animales y tomó toda la inspiración que pudo visitando el Louvre (para observar óleos de animales) así como mataderos y zoológicos.
Realizó sus primeras exposiciones con gran éxito y su virtuosismo sobre el lienzo la llevaron a conocer a personalidades como la reina Victoria, la emperatriz Beatriz o a Buffalo Bill.
Uno de los hechos destacados de su biografía es que Rosa Bonheur consiguió que la policía le diera permiso para travestirse, es decir, para usar pantalones y así poder infiltrarse en las ferias de ganaderos y observar con detalle a los animales para perfeccionar sus dibujos.
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Abiertamente gay
Rosa Bonheur nunca ocultó su homosexualidad ni pretendió encajar con el paradigma de señorita de la época. Llevaba el pelo corto, vestía pantalones y fumaba puros, y además tenía fama de tener mal carácter. Afortunadamente, también pudo vivir el amor en libertad.
Su primera relación fue con Nathalie Micas, a quien conoció cuando tenía 14 años y con quien mantuvo un romance hasta la muerte de esta en 1889. Tras ella, empezó otro amorío con Anna Elizabeth Klumple, también pintora, quien permaneció a su lado durante 10 años, hasta la muerte de Bonheur en 1899. Los restos de ambas descansan juntos en el cementerio de Père Lachaise.
Reconocimientos
Rosa Bonheur gozó de gran reconocimiento en vida y a día de hoy es considerada una de las pioneras en el movimiento LGTBI. Más allá de decir, literalmente, que creía en un “Jesucristo andrógino”, nunca escondió su naturaleza y la reivindicó viviendo en libertad.
Son diversas las condecoraciones que logró en vida, como la de la Legión de Honor, la Cruz de la Orden de San Carlos, la Orden de Lepoldo de Bélgica o ser miembro honorario de la Real Academia de Acuarelistas de Londres, entre muchos otros logros.