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El drama de los Guillén Cuervo: tras 15 años de matrimonio, un hecho cambia la vida de la familia

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Gemma Cuervo y Fernando Guillén
Gemma Cuervo y Fernando Guillén

Hay un año que cambia para siempre la vida de la familia Guillén Cuervo: 1975. Tras triunfar sobre los escenarios de toda España y en Televisión Española trabajando en Estudio 1, Fernando Guillén se traslada a Barcelona para rodar una serie, La saga de los Rius. Basada en las novelas de Ignasi Agustí y dirigida por Pedro Amalio López para Televisión Española, hizo historia por varios motivos. Fue la primera serie de nuestro país rodada en color y una de las más caras hasta la fecha: 70 millones de pesetas se invirtieron en esta ambiciosa producción de 13 capítulos, con una media de 5 millones por episodio.

Fernando Guillén interpretó a Joaquim Rius, el protagonista, abordando la vida de una familia de la burguesía catalana dedicada a la fabricación de telas a lo largo de tres generaciones. Además, es el primer papel con texto de Fernando Guillén Cuervo (que por aquel entonces tenía 12 años), que aparece en el episodio piloto representando el personaje de su padre cuando era niño. Por su interpretación, Fernando Guillén conseguiría en 1976 un TP de Oro a mejor actor.

La libertad de Barcelona

La estabilidad familiar que habían conseguido desde 1960, cuando la pareja de actores contrae matrimonio, se ve entonces alterada por esta decisión laboral que provocará un gran cambio en sus vidas: "El matrimonio de Fernando y de Gemma fue un matrimonio muy feliz: crearon su familia, crearon sus negocios… hasta que llegó un día en que Fernando se mudó a Barcelona" comenta la periodista Beatriz Cortázar. "Fue un rodaje largo y él se instaló en Barcelona. Y después de eso ya vino el teatro en Barcelona y ya mi padre prácticamente vivió en Barcelona. Pasamos a tener lo que yo he bauticé como 'un padre los lunes'" explica Natalia Guillén Cuervo, que vivió la ausencia de su padre en plena adolescencia. Barcelona fue, para el actor, la ciudad que le ofreció una libertad y una forma de vida que no encontró en Madrid.

Una discreta historia de amor

Beatriz Cortázar da más datos de aquellos años. "Fernando, en un momento dado, conoce a una persona, una mujer, una admiradora que llega a su camerino. Todo empieza con un autógrafo y termina con una historia de amor que hace que se mude a Barcelona y tenga una historia de amor sumamente discreta, de la que apenas hay ningún tipo de huella ni de rastro". Una relación de la que ningún miembro de la familia ha dado declaraciones públicamente en todos estos años, pero de la que sí habla Lari Onto, la tata de los hermanos Guillén Cuervo: "Gemma se volvía loca, porque era un matrimonio de quererse tanto tanto tanto que no podías ni pensar siquiera que podía ocurrir eso. Aunque no pasó nada, no se movió ningún papel, no se separaron más que de hecho, lo tuvo que aceptar. Pero lo llevó muy mal, y los hijos también".

Sin embargo, todos los periodistas del corazón destacan el vínculo tan especial que unía a Fernando con su familia, a la que regresó durante sus últimos años de vida: "Para él, aunque viviese en Barcelona y tuviese otras circunstancias sentimentales, lo primero eran sus hijos. Y con Gemma siempre ha tenido una relación muy especial, muy suya". "Lo bonito en el caso de mi familia, en el caso de mis padres, es que hayamos, a pesar de todo, seguido teniendo ese sentimiento de unidad". explica su hijo Fernando, que siempre se preocupó por cuidar del corazón de sus padres por separado, "al cincuenta cincuenta".