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Así se vengo Billy Wilder de Sigmund Freud: todo sobre 'Primera plana', su mordaz crítica al periodismo

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Días de cine clásico - Primera plana (preview)
Días de cine clásico - Primera plana (preview)

Billy Wilder terminó la década de los sesenta como uno de los hombres más influyentes de Hollywood: había rodado 23 películas, había optado al Oscar una veintena de veces y lo había ganado en seis ocasiones, como director y como guionista. Arrastraba el éxito de títulos como La tentación vive arriba, Con faldas y a lo loco, El apartamento e Irma la dulce, y el reconocimiento en Cannes y Venecia. Pero los setenta no fueron tan brillantes, y eso que lo intentó con películas que, a pesar del nivel, no sedujeron al público. Primera plana es una de ella. Está basada en The Front Page, la obra de teatro Ben Hecht y Charles MacArthur, que se había estrenado en 1928 en el Times Square Theater y luego se llevó al cine en dos ocasiones, primero por Lewis Milestone en Un gran reportaje, estrenada en 1931, y luego por Howard Hawks en His Girl Friday, estrenada en 1940.

La película hace una crítica mordaz y sarcástica al periodismo y la política, dos mundos que el cine y la televisión - también la literatura, por supuesto- han exprimido durante décadas. Curiosamente, el primer trabajo de Wilder tras terminar sus estudios en la Universidad de Viena, fue como cronista en un periódico austriaco.

Un reparto estelar y una química insuperable

Primera plana reunió por tercera vez a Jack Lemmon y Walter Matthau, que llegaron a rodar juntos diez películas, y con ellos vemos a una joven Susan Sarandon, en la que fue su quinta película, y a la gran Carol Burnett, que acababa de rodar Risas y lágrimas con Matthau. Otro de los actores, Austin Pendleton, dijo que la relación entre Jack Lemmon, Walter Matthau y Billy Wilder no fue del todo buena, pero otros le llevaron la contraria: fuera como fuera, siete años después volvieron a trabajar juntos en Aquí, un amigo, la última película de Wilder.

Completan el reparto estrellas como Vincent Gardenia y Charles Durning, y además actores como David Wayne, Allen Gardfield, Herb Edelman, Martin Gabel, Harold Gould, Cliff Osmond, Dick O’Neill, Jon Korkes, Lou Frizzell y Paul Benedict.

La crítica feroz al periodismo y la política

Para poner en valor la película hay que tener en cuenta el contexto en el que fue estrenada. Estados Unidos todavía tenía muy presente el escándalo del Watergate, que culminó con la renuncia del presidente Richard Nixon, acorralado por la corrupción y la malversación de fondos que afectaba al departamento de Justicia, FBI y jueces de la Corte Suprema, casos que investigaron y probaron los periodistas Bernstein y Woodward, convertidos casi en héroes. Pero Wilder, lejos de glorificar el oficio, hace una radiografía distinta y ofrece un retrato horrible de los periodistas que no buscan la verdad y con capaces de todo para obtener una exclusiva y vender periódicos a cualquier precio, ya sea con falsas noticias o con información conseguida ilegalmente. Wilder cuenta la historia de Hildy Johnson, interpretado por Jack Lemmon, que va a dejar el periódico para casarse e iniciar una nueva vida. Pero justo entonces se cruza en su camino la que podría ser su gran exclusiva y no duda en lanzarse a por ella. Una decisión que tendrá unas consecuencias que no esperaba.

Días de cine clásico - Primera plana (preview 2)

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Otras curiosidades del rodaje

De todas las versiones de Primera plana (The Front Page es su título original), esta fue la primera en mencionar la ciudad de Chicago y utilizar periódicos reales de esa ciudad, de la que Wilder pensaba que era el epicentro del periodismo del país. La película se rodó en Los Ángeles y San Francisco, aunque está ambientada en Chicago. Apenas hay escenas en exteriores, ya que la mayor parte de la trama se desarrolla en la redacción del periódico. En Los Ángeles se rodaron las escenas de los créditos iniciales (es la sala de impresión del Herald Examiner, que tenía una de las maquinarías más antiguas en ese momento), las del interior del teatro (es el Orpheum) y las de la cárcel. Se trata de la prisión de Lincoln Heights, en la que pasó una noche Al Capone y en la que se rodaron, años después, películas como L.A. Confidential y Pesadilla en Elm Street.

En San Francisco, que simula ser el Chicago de los años 20, se rodó la escena final, que contó con un tren antiguo que prestó un fanático coleccionista. Todos los decorados se construyeron en los Estudios Universal y varios de los que vemos en Primera plana se habían utilizado un año antes para rodar El golpe. Henry Bumstead fue el diseñador de producción de las dos películas.

Otra de las curiosidades es el personaje del doctor Eggelhofer, tratado por Wilder con un particular desdén. Esto se debe a que cuando trabajó como periodista en Viena y, a pesar de su insistencia, nunca logró que Sigmund Freud le concediese una entrevista. Un desaire que no olvidó y del que se se 'vengó' en su película "Levanté la vista y allí estaba Freud. Un hombre diminuto. Tenía una servilleta atada alrededor del cuello, se había levantado a mitad de la comida, y me preguntó: "¿Un periodista? ¿Es usted el señor Wilder, de Die Stunde?. Respondí: Sí, tengo unas cuantas preguntas para usted, y replicó: ¡Ahí está la puerta!, y me echó. ¡Fue el momento culminante de mi carrera!".

Recepción y legado

Aunque Primera plana no fue un gran éxito de taquilla, quizás debido a su tono crítico que chocaba con la glorificación del periodismo que imperaba en ese momento. Pero el tiempo ha jugado a su favor y hoy está entre las obras mejor valoradas de Wilder. Su retrato del periodismo sigue siendo relevante, especialmente en una era donde el sensacionalismo y las fake news son temas de preocupación global. Disfruta de ella de forma gratuita en RTVE Play junto a títulos recién llegados como El elegido, Worth, Memorias de un hombre en pijama, Mejor... Imposible, Astronautas.