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¿Cómo cotilleaban en la antigua Roma?

  • ¿Cómo se difundían estos rumores en aquella época?
  • ¿Qué surrealista queja une a Séneca con los divorcios?

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¿Cómo han influido los cotilleos en nuestro conocimiento de la historia?
¿Cómo han influido los cotilleos en nuestro conocimiento de la historia? RTVE.es

En Gente Despierta nos interesa mucho todo lo que involucra a la Antigua Roma pero también somos muy de cotilleos. Hay quien puede pensar que ambas cosas tienen poco en común pero hemos traído a Paco Álvarez para demostrar que se equivocan.

Gente despierta - La crónica rosa en la Antigua Roma con Paco Álvarez - Escuchar ahora

Paco es investigador, geógrafo e historiador pero sobre todo es "romanólogo". Junto a él, vamos a tratar de averiguar qué tipo de cotilleos había en esa época, cómo se comunicaban este tipo de informaciones y también a desmentir muchas cosas que consideramos veraces solo porque han llegado a nuestro tiempo.

"Somos cotillas desde tiempos inmemoriales"

Portada de 'Cronica Rosa Rosae'.

Portada de 'Cronica Rosa Rosae'.

Esta es una de las frases de Paco para dar a entender qué cuenta en su libro, Crónica Rosa Rosae. Pero el caso es que el cotilleo y lo que popularmente llamamos como "chismes" es algo tan antiguo como la propia historia.

Nuestra cultura, si la comparamos con la romana, es cuanto menos similar ya que hemos heredado muchas costumbres que ya ellos tenían y usaban como los pasos de cebra, los días de la semana o incluso beber vino en chatos. Pero, ¿cómo eran sus cotilleos? Pues la respuesta es que eran muy similares a los nuestros y algunos eran tan grandes que 2000 años después, y sin usar redes sociales, han sobrevivido.

¿Qué tipo de cotilleos había en la Antigua Roma?

En aquella época los "chismes" ya tenían siempre a personas famosas como protagonistas y los temas solían ser similares a los de nuestros días: "¿Quién se acuesta con quién no debiera?, ¿Quién roba?, ¿Quién quema una ciudad?, ¿Quién se pasa de listo? o ¿Quién se pasa de excéntrico?".

¿Cómo se difundían todos estos rumores?

En Roma había distintas maneras para difundir este tipo de rumores, además del más usado a lo largo de la historia que no es otro que "el boca a boca". Por aquel entonces ya había una especie de periódico llamado "acta diurna" mediante el cual se colocaba una hoja en las grandes plazas de los pueblos y ciudades con las noticias del día. "Al principio se ponían las noticias serias pero claro, a la gente le aburría y entonces empezaron a tener que poner cotilleos", explica el autor.

Algo curioso es que también aparecían los matrimonios que se divorciaban. "Séneca se queja, por ejemplo, de que como si te divorcias sales en el periódico, hay gente que se divorcia con tal de hacerse famoso", cuenta Paco sobre el filósofo romano.

Los romanos no solo tenían su propio "periódico" sino que también tenían algo similar a la radio. El caso es que en las ciudades tenían la figura del pregonero que contaba noticias e información de interés público a la población y, justo al lado de donde estos hablaban, estaban los subrostani: "¿Qué hacían estos? Pues tomaban nota de la noticia y se iban a otro lado, a otro barrio o al mercado y ahí gritaban esa noticia y la mezclaban con publicidad". Esta figura también era utilizada con el fin de extender los rumores y cotilleos de las grandes personalidades de Roma.

Ya sean verdad o mentira, los cotilleos nos han contado la "historia"

Todos los cotilleos tienen alguna intención y esto nos hace pensar que sabemos muy poco de nuestra propia historia. Hemos basado todo nuestro conocimiento sobre el pasado en obras y textos que han llegado a nuestra época y los hemos validado como ciertos por ello pero, ¿lo eran?

No tenemos la certeza para saber si Julio César era alto, bajo, guapo o si le gustaba el laurel, porque ninguna ciencia ha podido probarlo. Nuestra historia está basada en informaciones que bien podían ser cotilleos pero, como han perdurado en el tiempo, las damos como ciertas cuando bien podría ser el trabajo de clase de un joven que vivió hace 15 siglos.

Uno de los mejores ejemplos es el de Cleopatra. Su vida está repleta de cotilleos y habladurías como que se bañaba en leche de burra, lo cual ni siquiera es cierto. "La razón de todos esos cotilleos no es otra que Augusto, cuando todavía era Octavio, se dedicó a cotillear sobre Cleopatra para que le cayera mal a Roma. Y como era la pareja de Marco Antonio, pues al final pudiera, digamos, iniciar una guerra contra él", explica el historiador sobre el por qué de las excentricidades que se le atribuyen a la faraona egipcia.

Y si alguien cree que conocemos mucho sobre la historia que trate de debatir sobre la identidad del verdadero asesino de Kennedy. Si no podemos afirmar con rotundidad algo que pasó hace 60 años, ¿qué podemos esperar de algo que pasó hace más de 2000 años?