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Geoparque de la Costa Vasca, tesoros de roca

  • El reino del flysch y el karst, un paisaje único en el noroeste de Guipúzcoa
  • Acantilados de vértigo que cuentan una historia de 60 millones de años
  • Podcast: escucha el programa monográfico de Nómadas en RTVE Audio

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Ermita de San Telmo, en el borde de los acantilados de Zumaia.
Ermita de San Telmo, en el borde de los acantilados de Zumaia. Álvaro Soto

La esquina noroeste de la provincia de Guipúzcoa esconde un territorio único, un secreto a voces que aúna paisaje, ciencia, cultura y tradiciones vivas. Desde el mar hasta el interior, los 90 kilómetros cuadrados de Euskal Kostaldeko Geoparkea deparan una interminable sucesión de sorpresas. La más icónica y visible es el flysch, término derivado del alemán flissen (fluir) que se aplica en geología a las formaciones rocosas compuestas por una sucesión de capas de distinta dureza.

La gran crónica en piedra de nuestro planeta

En el caso de este Geoparque Mundial de la Unesco, el flysch es el resultado de un proceso de sedimentación submarina de decenas de millones de años. Fruto del choque de las placas continentales, la inmensa lasaña de capas pétreas se elevó y generó los espectaculares acantilados que caracterizan este tramo de la costa vasca que conecta los pueblos vecinos de Mutriku, Deba y Zumaia.

Asier Hilario, director científico del Geoparque de la Costa Vasca.

Asier Hilario, director científico del Geoparque de la Costa Vasca.

Como explica el director científico del geoparque, Asier Hilario, el flysch es "un libro en piedra" que relata, con precisión notarial y sin elipsis, el devenir de nuestro planeta. Fenómenos como la extinción de los dinosaurios por el impacto de un meteorito tienen su reflejo en esta sucesión de láminas que podemos contemplar desde el mar, en una de las excursiones en barco que se organizan, o en tierra firme. Sacaremos todo el jugo a la experiencia en compañía de un guía especializado.

Los senderos permiten recorrer todo el geoparque a pie.

Los senderos permiten recorrer todo el geoparque a pie. Foto: Geoparkea.

El senderismo es una excelente opción para recorrer la línea costera y los verdes valles interiores, porque el Geoparque de la Costa Vasca también presta atención a la naturaleza, el paisaje kárstico y las tradiciones que habitan este entorno tapizado de bosques y campiña.

Alberto Luengo, biólogo y autor de 'Apuntes sobre biodiversidad'.

Alberto Luengo, biólogo y autor de 'Apuntes sobre biodiversidad'.

El biólogo Alberto Luengo, autor del libro Apuntes sobre biodiversidad (disponible en las oficinas de turismo), nos ayuda a entender los cinco ecosistemas presentes en la zona. Otro rasgo de Geoparkea, además de sus reducidas dimensiones, lo apunta su gerente, Leire Barriuso: "una gran densidad de población humana".

Leire Barriuso, gerente de Geoparkea.

Leire Barriuso, gerente de Geoparkea.

Lo cierto es que estos contornos llevan habitados desde la prehistoria, como atestiguan las pinturas rupestres de la cueva de Ekain, declaradas Patrimonio de la Humanidad, o los colgantes magdalenienses hallados en Praileaitz. Para dar más relieve a esta realidad se ha puesto en marcha una ruta musealizada llamada El Valle de la Prehistoria (Historiaurreko Bailara) que parte de la playa de Deba.

Un geoparque habitado

Pórtico policromado de la iglesia de Santa María (Deba).

Pórtico policromado de la iglesia de Santa María (Deba). Foto: Álvaro Soto.

En esta villa, ubicada en la desembocadura del río homónimo, nos espera la informadora turística Nerea Lazkano para acompañarnos por un escueto casco histórico que luce joyas como el pórtico policromado de la iglesia de Santa María.

El puerto de Mutriku tiene su origen en el siglo XIII.

El puerto de Mutriku tiene su origen en el siglo XIII. Foto: Geoparkea.

El extremo occidental del geoparque lo ocupa Mutriku, un encantador pueblo de intenso sabor marinero cuyos palacios y coloridas viviendas escalan las laderas del monte. Su plaza principal, dedicada al olvidado héroe de Trafalgar Cosme Damián Churruca, concentra el ayuntamiento, la neoclásica iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y la oficina de turismo. Su responsable, Marta Amonarriz, nos invita a conocer el puerto y los fósiles gigantes expuestos en el museo Nautilus

Marta Amonarriz, responsable de la oficina de información turística de Mutriku.

Marta Amonarriz, responsable de la oficina de información turística de Mutriku.

De camino hacia Zumaia –dirección Donostia–, debemos detenernos en el entorno de Sakoneta, una de las estampas más famosas de esta costa, donde las lomas verdes moteadas por ovejas dan paso al hojaldre gris de los acantilados y al azul oscuro de un Cantábrico que, en marea baja, deja al descubierto la impresionante plataforma conocida como rasa mareal.

Paraje de Sakoneta.

Paraje de Sakoneta. Foto: Álvaro Soto.

Ya en territorio zumayano, son visitas imprescindibles la playa de Itzurun y las casas torre que brotaron al calor del puerto y los astilleros de la ría del Urola.

Zumaia vista desde la ría del Urola.

Zumaia vista desde la ría del Urola. Foto: Álvaro Soto.

Tradición, cultura, lengua...

Damos un buen paseo con la guía Jone Esnal antes de conocer a Inazio Manterola y Beñat Ibaieta, de la asociación Beduola. Este colectivo de locos románticos se dedica a resucitar embarcaciones tradicionales y sobre todo a preservar el saber de los desaparecidos carpinteros de ribera.

Imanol Azkue, técnico de normalización lingüística.

Imanol Azkue, técnico de normalización lingüística.

Porque lo inmaterial, la cultura, es el gran tesoro de este rincón de Euskadi; también lo es su antiquísima lengua, de la que hablamos con el traductor y técnico de euskera Imanol Azkue.

  • Más información en la página web del Geoparque Mundial Unesco de la Costa Vasca: www.geoparkea.eus