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Así puedo integrar la psicología en mi día a día

  • Una guía con diferentes prácticas que podemos llevar a cabo
  • "Lo importante es probar y hacer las cosas nuestras"

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¿Puedo elegir mis sueños?
¿Puedo elegir mis sueños? iStock

La psicología es una rama sumamente importante para la ciencia, la medicina y también para aprender a conocernos y mejorar nuestra vida. Pero, ¿cómo pasamos de la teoría a la práctica?

En Tras la tormenta queremos servir de ayuda para mejorar el bienestar de todos aquellos caminantes que nos escuchan. No se nos ha ocurrido mejor compañía para cruzar la frontera entre lo teórico y lo práctico que la de Ana de Luis.

Junto a la psicóloga, vamos a elaborar una pequeña guía mediante la cual podamos mejorar tanto a nivel psicológico como emocional.

Primer paso: el despertar

Vivimos en un mundo fugaz y eso afecta a nuestro ritmo de vida. Nada más despertarnos ya estamos tratando de activarnos para cumplir con todas nuestras exigencias, pero debemos parar "ese piloto automático" y poner conciencia en lo que hacemos. "Yo lo que propongo es parar unos instantes, desde la cama, sin levantarnos y con nuestras manos, hacer una caricia al cuerpo. Puede ser llevando las manos al rostro, al pecho o a los brazos. Pueden ser 30 segundos, no hace falta muchísimo tiempo, pero esto ayuda de alguna manera a conectar con el presente", explica Ana sobre cómo darnos los buenos días a nosotros mismos.

Luego realizar una respiración lenta y profunda, con 3 repeticiones puede ser suficiente para enfocar el día de otra manera. Con estas dos pequeñas acciones apenas rellenamos un minuto y pueden cambiar notoriamente nuestras emociones.

Por último, debemos ejercitar la mente analizando cómo se presenta el día y preguntarnos: ¿Cómo me quiero sentir yo en el día de hoy?

Segundo paso: una mañana estirada

Ana hace hincapié en fijarnos en el momento en que nos levantamos y es el momento ideal para estirar. No se necesita ser experto sino "buscar ese movimiento intuitivo de a ver qué movimiento me sienta bien para aligerar y expandir el cuerpo, que podamos flexibilizarlo para luego ya ponernos en marcha".

Durante la mañana también debemos ser capaces de analizar el día en busca de un hueco que podamos ocupar para descansar mente y cuerpo.

Tercer paso: cuando cae el sol y nuestra energía

"Esas horas son súper importantes. Es cuando nuestros ritmos cerebrales, las ondas cerebrales van bajando, se van ampliando y entonces pues va bajando el ritmo. Si dejamos que así sea, si evitamos también pantallas y luces excesivas, el cuerpo ya va entrando en ese, en ese ritmo que va a ayudarnos a descansar", explica Ana de Luis.

Se acerca la hora de ir a la cama y el sueño es la principal herramienta de los humanos contra el cansancio. Es la fase de reparación y regeneración así como la forma de limpiar nuestra mente para poder seguir "rindiendo en el día a día". Además, el sueño es capaz de aportarnos soluciones e ideas por lo que cuidar esas 2 o 3 horas previas al sueño es de vital importancia.

Este tiempo lo podemos emplear en la recapitulación, es decir, recordar y analizar todo nuestro día con el fin de sacar algo positivo, algo que nos llevemos del día. "No quiere decir que lo tengamos que hacer de una manera súper obsesiva, pero seguro que si tú te paras a pensar en qué te llevas del día de hoy: te van a llegar cosas y te van a llegar momentos", explica la psicóloga.

Cuarto paso: lanzar pensamientos a lo onírico

Uno no puede elegir lo que sueña, ¿o sí?

"Es algo que hago siempre, trato de enfocarme en que quiero soñar cosas bonitas, incluso en ver qué es lo que quiero soñar y lo lanzo. Voy probando, se lo lanzo a mi mente más subconsciente, es una herramienta muy poderosa", explica Ana sobre una de las prácticas que lleva a cabo antes de dormir.

También se puede utilizar de modo resolutivo, es decir, si tengo algún problema del que no tengo ideas para resolverlo o si tengo falta de claridad se puede tratar de buscar ideas en los sueños con la manifestación.

Ana deja claro que lo más importante con este tipo de prácticas es probar. Las cosas no funcionan igual en todas las personas por lo que lo ideal es intentar las cosas y ver cuáles se amoldan a tu forma de vivir y cuáles no.