Agustín Jiménez es ministro en 'Un Oscar para Óscar'
- La obra se puede ver los fines de semana, hasta el 3 de noviembre, en los Teatros Luchana
- La sorprendente inspiración del cómico a la hora de formar su personaje
¿Sabes esas escenas en las que una escort acompaña a alguien fingiendo ser su pareja? En Un Oscar para Óscar llevan ese momento a la realidad, bueno, más bien a las tablas de los Teatros Luchana.
Las tardes de RNE reciben a Agustín Jiménez para hablar de esta comedia con la que comenzó a trabajar hace más de dos años pero cuyo éxito sigue siendo implacable. También repasamos la carrera del humorista por el cine, la televisión y la radio, pero siempre, con la comedia por bandera.
Un Oscar para Óscar
Óscar Manzano (Kino Gil) es un joven director cuyo cortometraje se encuentra nominado al premio Oscar. A la gala, acude acompañada por Guillermo Barrientos (Agustín Jiménez), ministro de Cultura, e Irene Navarro (Mara Guil), ministra de Hacienda. Ambos mandatarios no harán sino crispar el ambiente de un momento tan importante en la carrera de un cineasta.
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Entre los continuos rifirrafes de ambos políticos, que no se soportan, y a pocas horas de la ceremonia aparece en la habitación de Óscar una joven llamada Pauline (Rebeca Sala). Ante la sorpresa del director, que no sabe quien es, se presenta como una escort que, a escondidas, ha sido contratada por Guillermo para que finja ser su novia durante la gala y la alfombra roja.
Agustín es Guillermo Barrientos
No cualquiera vale para ponerse en la piel de un ministro pero alguien como Agustín es capaz de casi cualquier cosa. Su madre lo define como "ingeniero del entretenimiento" y es porque no se ha limitado a nada, eso sí, siempre con la comedia como hilo conductor.
Agustín Jiménez habla de Guillermo, su personaje, como maravilloso y faltón: "Es un ministro de Cultura pero se nota perfectamente que son de esos cargos que se los han dado a dedo". Una de las curiosidades que cuenta sobre cómo formó el personaje es en quién se inspiró: "en un bailecito de Iceta". Aunque también reconoce que se inspiró en antiguos representantes que ha tenido o en tratantes de ganado.
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Pero dentro de todas las faltadas de su personaje, el feedback que ha recibido de la gente se puede resumir así: "el personaje cae mal pero lo adoro".
Una carrera tan graciosa como dilatada
Agustín se aleja de polémicas como la actual entre David Broncano y Pablo Motos sentenciando: "Es un cambio generacional". Y en ese intercambio entre generaciones dice que se asemeja a un pez porque está todo el día en las redes, esas, que sus hijos lo ayudan a gestionar.
Una carrera llena de aprendizajes en muchos medios, llena de gente brillante y llena de risas y momentos graciosos. El humor y la risa es el motor que mueve a Agustín y, por lo que parece, quedan mucho kilómetros por andar.
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El humorista aboga por la importancia de renovarse tras 30 años de carrera pero también de fijarse en los detalles y "tener oído en la calle". Para él, la inspiración es la vida en sí misma: un paseo en autobús, una comida en un bar o un paseo por cualquier ciudad española.
Ha hecho cine, teatro, televisión y radio pero aboga por estar siempre en continuo aprendizaje. De hecho nos cuenta que se propuso hacer deporte de una manera especial: "Me apunté a lucha escénica para aprender a luchar con sable por si algún día cae algo de piratas, ¡yo qué sé!".
Por último, nos deja un aprendizaje: "no hay que reírse más, hay que reírse siempre".