Truman Capote: centenario de una leyenda
- Leila Guerriero y Josep Colomer recuerdan su paso por España
- Regresamos a 1924, el año de Drácula y Fritz Lang
"Soy alcohólico. Soy drogadicto. Soy homosexual. Soy un genio". Así se presentaba Truman Capote (Nueva Orleans, 30 de septiembre de 1924-Los Ángeles, 25 de agosto de 1984) en la archiconocida cita de su novela Música para camaleones.
Pero en Memoria de delfín ampliamos necesariamente esta definición, porque fue uno de los escritores estadounidenses más brillantes del siglo XX, autor de títulos imprescindibles como Desayuno con diamantes (1958) y A sangre fría (1966), obra cumbre que abrió las puertas al nuevo periodismo.
Parte de esas páginas las escribió durante su estancia en la Costa Brava, en su casa de Cala Sanià, ahora convertida en la Residencia Literaria Finestres. Allí ha estado una de nuestras invitadas, Leila Guerriero, escritora y periodista argentina. De ello da fe en La dificultad del fantasma (Anagrama), su peculiar investigación sobre el paso de Capote por nuestro país.
Un reportaje sobre la manipulación de la memoria, en la que también bucea Josep Colomer, propietario del Hotel Trias, donde el escritor se alojó nada más llegar a Palamós.
Además, regresamos a 1924, año en el que nació Capote. Unos meses marcados por la muerte de Vladimir Lenin como recuerda Mara Peterssen. Lucía Sancho nos acerca a un estreno teatral, el de Drácula; y Marta Belenguer nos lleva al cine con Los nibelungos, de Fritz Lang. En su capítulo de Historias mínimas, David Zurdo sorprende al mundo con unos peculiares falsificadores, y terminamos con la selección musical de JPelirrojo.