Trienal de Brujas 2024: explorando los espacios de posibilidad
- Arte contemporáneo y arquitectura han transformado la ciudad histórica de Brujas
- Doce artistas reflexionan sobre el futuro de los espacios urbanos a través de instalaciones site-specific
Entre el 13 de abril y el 1 de septiembre de 2024, la ciudad de Brujas y la playa de Zeebrugge acogieron la cuarta edición de la Trienal de Brujas, un evento en el que el arte contemporáneo y la arquitectura dialogaron con el espacio público de esta histórica ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. A lo largo de casi cinco meses, instalaciones artísticas y arquitectónicas creadas por doce artistas y estudios internacionales transformaron plazas, calles y parques, proponiendo nuevas formas de interactuar con la ciudad y su entorno.
Metrópolis ha visitado la edición de 2024, titulada Espacios de Posibilidad, comisariada por Shendy Gardin y Sevie Tsampalla, que se centró en cómo preservar la habitabilidad de Brujas y otras ciudades en un contexto donde la sostenibilidad y el cambio son imperativos. En una ciudad conocida por su riguroso enfoque en la conservación patrimonial, los organizadores plantearon preguntas sobre cómo se puede garantizar un futuro sostenible sin comprometer la identidad histórica de Brujas. El objetivo fue explorar cómo el arte contemporáneo y la arquitectura podrían ofrecer un marco renovado para abordar estos desafíos, y cómo, a través de las intervenciones artísticas, los espacios poco utilizados podrían recuperar su vitalidad.
Arte en el espacio público: instalaciones e intervenciones
Los doce artistas y arquitectos seleccionados para la trienal exploraron la morfología y el carácter urbano de Brujas, trabajando en sitios específicos y creando instalaciones que se integraron en el tejido urbano. Estas obras fueron concebidas no solo para dialogar con el patrimonio histórico de la ciudad, sino también para invitar a los espectadores a reconsiderar su relación con el entorno urbano y natural.
Entre las intervenciones más destacadas, se encontraba la obra ‘Who?’ del artista colombiano Iván Argote, que presentó unos monumentales botines de bronce colocados de manera inesperada en el canal Speelmansrei. La pieza provocó una reflexión sobre quiénes tienen derecho a ser representados en el espacio público, al sugerir la ausencia de una figura identificable. La instalación planteaba interrogantes sobre el legado y la memoria en los monumentos urbanos.
Por su parte, la artista mexicana Mariana Castillo Deball creó ‘Firesong for the bees, a tree of clay’, una instalación escultórica que exploraba la historia de la apicultura, convirtiéndose en un refugio para las abejas en el parque Sebrechts. A través del uso de materiales como cerámica y madera, la obra vinculaba la tradición artesanal con los desafíos contemporáneos en torno a la biodiversidad y la sostenibilidad.
En la playa de Zeebrugge, la monumental estructura ‘Star of the Sea’, del artista británico Ivan Morison, evocaba búnkeres costeros, invitando al público a interactuar con el entorno marino de una manera más íntima y reflexiva. Esta instalación monumental en concreto se integraba en el paisaje de Zeebrugge, proporcionando un espacio contemplativo donde los visitantes podían experimentar una conexión más profunda con el entorno natural.
Otra obra relevante fue ‘empty drop’, de los arquitectos japoneses Shingo Masuda + Katsuhisa Otsubo, una estructura geométrica de ladrillo ubicada en el parque del Hospital de San Juan. Esta instalación celebraba la "vacuidad" en el denso entramado urbano de Brujas, proporcionando un espacio de encuentro y reflexión para residentes y visitantes.
Brujas y el futuro
La edición 2024 de la Trienal de Brujas destacó por su enfoque en el potencial transformador del arte contemporáneo y la arquitectura en un contexto patrimonial. A través del tema Espacios de Posibilidad, los artistas y arquitectos participantes exploraron cómo las ciudades pueden adaptarse a las exigencias del futuro sin perder su carácter histórico. En una ciudad como Brujas, donde el pasado y el presente se entrelazan en cada rincón, este tipo de intervenciones ofrecieron una nueva perspectiva sobre la interacción entre patrimonio, sostenibilidad y creatividad.
La trienal dejó claro, como ya lo hiciera en sus anteriores ediciones, que, aunque Brujas está firmemente anclada en su historia, también es un lugar de constante cambio y adaptación, donde el arte y la arquitectura contemporáneos pueden abrir nuevos horizontes de posibilidad.