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¿Por qué nos gusta tanto pasar miedo en los Parques de Atracciones?

Por
Neurociencia, Xurxo Mariño: Cerebro y parques de atracciones

¿Por qué nos gustan tanto los Parques de Atracciones si, en muchas ocasiones, hasta lo pasamos mal? La respuesta es sencilla, la mayoría de las atracciones de estos parques temáticos generan un conjunto de sensaciones que no solemos experimentar de manera tan intensa en nuestra vida cotidiana.

Son, esencialmente, como explica el neurocientífico Xurxo Mariño en Órbita Laika -programa disponible en RTVE Play- tres tipos de sensaciones:

  • El miedo.
  • Potentes (y a veces bruscas) variaciones en nuestro sistema del equilibrio, que detecta la posición y los movimientos de la cabeza.
  • Y una estimulación muy particular del sistema visual, que nos transmite, sobre todo, sensación de velocidad.
El miedo

El miedo

El miedo

El miedo es una de las emociones humanas más estudiadas. Desde el punto de vista evolutivo, su función es procurar que evitemos cosas que nos pueden hacer daño: un animal agresivo, una altura amenazante, una araña peluda…

Cuando se activa la emoción de miedo, la respuesta normal del cuerpo en todos los mamíferos es evitar esa situación, huir, escapar. Pero los seres humanos somos tan peculiares que a veces encontramos placer en la sensación de miedo.

En atracciones donde pasamos miedo, el cerebro también libera endorfinas y dopamina, que se asocian con el placer y la recompensa

Sin embargo, esto no es tan sencillo, tiene algo de trampa. Podemos encontrar placer en el miedo pero siempre que se trate de una situación controlada. Es decir, que sepamos que en realidad no existe una amenaza real. Por eso vamos al cine a ver películas de terror y nos subimos a las sillas voladoras o a cualquier otra atracción de los parques. 

El equilibrio

El equilibrio

El sistema del equilibrio

Otra cosa que se estimula cuando montamos en una atracción intensa es el sistema del equilibrio.

Podemos visualizarlo mejor si pensamos en nuestros teléfonos móviles o tabletas y en cómo detectan los movimientos, los giros y la posición del aparato. Eso se debe a que tienen acelerómetros, pero nuestras cabezas también los tienen. Y no son pocos, contamos con 10 acelerómetros, 5 a cada lado de la cabeza.

En cada oído interno tenemos tres canales semicirculares para detectar los giros de la cabeza y dos órganos otolíticos, para detectar aceleraciones lineales y la orientación de la cabeza.

Los órganos del oído interno encargados del equilibrio y la orientación espacial conforman el 'aparato vestibular'

Por eso, cuando nos subimos a una atracción que se mueve mucho, este sistema de acelerómetros se estimula con una intensidad poco habitual, lo que puede producir todo tipo de sensaciones, como vértigos y mareos.

El sistema visual

En estas atracciones se estimula también de una forma muy pronunciada nuestro sistema visual, que nos da pistas del entorno y, en estos casos, de la velocidad, lo que puede provocar efectos muy intensos (como reproduce el neurocientífico Xurxo Mariño en Órbita Laika mediante un sistema de realidad virtual).

Sensación de Velocidad

Sensación de Velocidad

Sin embargo, como hemos visto, los humanos buscamos activamente todo ese conjunto de sensaciones. No somos, por así decirlo, unos mamíferos al uso ni demasiado cautos, a los que una sensación de miedo les haga huir.

Todas estas curiosidades sobre el funcionamiento de nuestro cerebro y muchas más, son las que nos enseña cada temporada Xurxo Mariño en Órbita Laika, los martes a las 22:00h en La2 y siempre disponible en RTVE Play.