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La segunda muerte del Titanic: Por qué está desapareciendo del fondo marino

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Biología con Ricardo Moure: La segunda muerte del Titanic

Más del 20% del Titanic ha desaparecido y se estima que en 300 - 400 años no quedará nada de él por efecto de la corrosión.

No se trata sólo de una corrosión electroquímica por la oxidación del hierro, sino también biológica. La bacteria Halomonas titanicae, se está comiendo literalmente al Titanic, tal y como explica el biólogo Ricardo Moure en Órbita Laika – programa disponible en RTVE Play.

Cada año se deterioran, aproximadamente, entre 100 y 130 toneladas del Titanic.

El Titanic está a casi 4000 metros de profundidad, por lo que la concentración de sal es mayor. Y allí donde se juntan la falta de oxígeno y el exceso de sal… aparece el máximo enemigo de los naufragios: La Halomonas titanicae.

La Halomonas titanicae

Esta bacteria está devorando al Titanic. Se llama Halomonas porque es una bacteria halófila, es decir, que puede vivir en medios marinos con muchísima sal. Y se llama titanicae porque se descubrió en el Titanic, concretamente en los rusticles u oxidolactitas.

Los rusticles son como una estalactita de óxido de hierro, donde estas bacterias construyen sus estructuras. Estas bacterias obtienen energía oxidando al hierro. Luego van depositando sus excreciones de óxido de hierro, unas encima de otras, y formando nuevas estructuras.

Foto rusticles

Foto rusticles

Generan auténticas mansiones bacterianas, hasta tienen anillos de crecimiento como los de los árboles.

Además, los rusticles son porosos para que el agua y los nutrientes puedan moverse por dentro, un hábitat perfecto para las bacterias. No solo hay Halomonas titanicae, allí conviven hasta 27 tipos de bacterias y hongos.

Se calcula que las bacterias oxidan cada día entre 270 y 450kg de acero del Titanic.

Foo porosos

Foo porosos

Bacterias `amigas´: Las Pseudomonas extremaustralis y las Klebsiella

Las Halomonas titanicae no son las únicas bacterias con un apetito voraz y unos peculiares gustos alimenticios. ¡Y menos mal! Porque hay bacterias cuyo apetito nos puede servir para eliminar contaminantes.

Las Pseudomonas extremaustralis, por ejemplo, son unas bacterias capaces de degradar grandes compuestos orgánicos contaminantes, como los fármacos, y hasta pueden producir plásticos biodegradables.

Las bacterias Klebsiella también se estudian para usarlas en nuestro favor ya que tienen una tremenda capacidad para eliminar metales tan contaminantes como el plomo y el cinc de las aguas residuales.

Y no son los únicos casos. La comunidad científica sigue investigando y en Órbita Laika seguimos divulgando. Los martes a las 22:00h en La2 y siempre disponible en RTVE Play.