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¿Qué terroríficas historias esconden los hospitales?

  • ¿Qué explicación se puede dar a estos testimonios?
  • ¿Por qué Poveglia es "la isla de los muertos"?

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¿Cómo pudo una mujer predecir el fallecimiento de su marido?
¿Cómo pudo una mujer predecir el fallecimiento de su marido? iStock

Donde la vida y la muerte se cruzan, un lugar lleno de dolor y soledad pero también de esperanza. En Terror en blanco hablamos de esas historias con difícil explicación que han ocurrido en hospitales.

¿A quién le agrada visitar uno? Seguramente a nadie. Y más cuando vives experiencias inexplicables que te hacen preguntarte sobre quién o qué está detrás: sombras, golpes, voces, risas...

"¿Es todo producto de una alteración por la medicación? O, por el contrario, ¿estamos ante la prueba de que hay algo sobrenatural e invisible capaz de manifestarse en esos ambientes hospitalarios?", expone María Paredes.

Historias basadas en testimonios reales

Juan Gómez nos acompaña en este tour hospitalario pero antes nos advierte que es un tema controvertido. Muchos de estos testimonios son de personas que trabajan en sanidad y cuyas vivencias han tenido lugar en su jornada laboral. Habrá quien diga que puede ser fruto del cansancio o de los largos turnos de trabajo de este colectivo, pero serán los mismos que si el testimonio es de un paciente dirán que es fruto de la medicación.

Juan cuenta historias reales que han recorrido el mundo en base a testimonios reales de quienes lo han vivido. Empezamos en Tenerife, en el hospital de la Candelaria donde Dulce trabaja como enfermera y donde ha visto cómo puertas se abrían y cerraban sin parar hasta el punto que "parecía que se venían abajo" o, también, cómo vio la figura, perfectamente nítida, de una mujer que había fallecido en ese hospital minutos antes de que ella entrara a trabajar.

Otro caso muy particular es el del hospital Gonjiam, en Corea del Sur, considerado como un lugar maldito en el que los relatos aseguran que hubo brutales abusos y torturas a pacientes por parte del personal. En los años 90, el hospital cerró de manera sorpresiva y sin dar ninguna explicación. Según cuentan personas que se han adentrado en las instalaciones abandonadas de este lugar, se escuchan ruidos, risas, el eco de las puertas cerrándose e incluso se ven sombras. "Hay quien está dispuesto a asegurar que las almas de esos pacientes, quizá atormentados, quedaron atrapadas en ese mismo lugar y sus espíritus ahora rondan y rondarán los pasillos abandonados buscando venganza", explica Juan.

Esto son solo partes de las muchas historias que puedes escuchar en este capítulo.

Las habitaciones malditas

Nos adentramos en las historias pero concentrando todo ese misterio en una sola habitación. La primera de la que hablaremos es del ya mencionado hospital de Gonjiam y como buen lugar misterioso, también tiene su habitación maldita: la 402. "No se puede abrir y aquellos que lo intentan experimentan un terror inexplicable. Los que han logrado entrar aseguran que han sentido una energía oscura y que a menudo ven sombras o figuras dentro de la misma", narra.

El sanatorio de Waverly Hills en Kentucky tiene una habitación muy conocida pero, en este caso, es la 102. En ella, se ahorcó una enfermera en la década de 1920 porque, al parecer se había quedado embarazada y no era capaz de lidiar con la situación. Pero esto no es lo único que han visto esas paredes porque, según cuentan, otra enfermera se lanzó desde la ventana de ese cuarto. También se han recogido testimonios de personas que dicen haber oído voces, sentido una extraña energía y visto sombras en su interior.

En un hospital de Santa Clara (México) hay una habitación donde murió una anciana en "circunstancias misteriosas" y, desde entonces, varios testigos han podido sentir presencias extrañas. También hay quien dice haber visto el fantasma de la anciana sentado en la esquina de la cama.

Poveglia: la isla de los muertos

Lorenzo Fernández Bueno es el director de la revista Año/Cero y es el narrador de esta historia. El periodista nos lleva hasta finales del siglo XV y nos explica que Venecia era una ciudad sumamente importante y la peste bubónica, una plaga incontrolable que mató a más de 25 millones de europeos. El consistorio de Venecia se dio cuenta de que necesitaba un lugar para almacenar los cuerpos de todos los fallecidos y, como todos sabemos, Venecia no tiene mucha tierra. Entonces, decidieron que la isla de Poveglia sería su destino y en menos de seis meses llegaron más de 160,000 cadáveres.

Estos cuerpos no pueden ser enterrados porque los virus viajarían por la tierra, llegarían al agua y más gente enfermaría, por lo que los cuerpos debían de ser quemados. "Dicen las crónicas que el suelo de la isla llegó a subir entre 10 y 15 centímetros sólo en base a las cenizas de los quemados", explica Lorenzo. Desde ese momento, Poveglia tuvo un período "tranquilo" pero en 1922 se levantó allí un hospital para enfermos mentales peligrosos. El director comenzó a recibir reclamaciones de los internos porque veían muertos pero no los hacían caso, en parte por las enfermedades que padecían.

Venecia - Paloma

Todos los testimonios se relacionaron con los trastornos de los internos y el director intentó corregirlo con cirugías y "mano dura", lo que acabó con muchos fallecidos. "La historia nos dice que este hombre, en un momento determinado y aparentemente enloquecido, se arrojó desde la única torre que hay en el hospital psiquiátrico ya abandonado. Lo hizo al grito de que le perseguían los fallecidos, pero no aquellos que él había matado, supuestamente, sino de aquellos que murieron en este lugar cinco siglos atrás", finaliza.

Una explicación de un escéptico

David Cuevas se autodenomina como escéptico pero aclara: "es el que duda, no el que niega". El escritor de Ella sonrío para que tu no llores nos cuenta historias ocurridas en hospitales que pueden tener, o no, explicación pero antes advierte que se debe mirar cada caso de forma individualizada.

Cuenta que una mujer padecía un cáncer terminal y su hijo y su marido la visitaron en el hospital pero luego se fueron. A las horas, la mujer comienza a decir que su marido ha fallecido pero el personal sanitario no le hace mucho caso porque la morfina, que estaba tomando, puede producir alucinaciones. El desenlace es estremecedor: «horas después el hijo llama al hospital para comunicar que ha tenido un accidente de tráfico y que su padre, es decir, el marido de esta señora, acaba de fallecer. Justo a la misma hora que esta señora decía que su marido había muerto. Cuando le comunican la triste noticia a la paciente, no se sorprende demasiado y dice: "Ya os lo dije, vino a despedirse"».

David también cuenta el relato de una persona que estaba convulsionando y que estaba "clínicamente muerta" pero finalmente la consiguieron estabilizar y salvó su vida. Pero la sorpresa es cuando esta persona es capaz de narrar con todo tipo de detalles esos momentos e incluso decir al personal la ropa que llevaban puesta.

Para crédulos y escépticos, estas historias con tan interesantes como aterradoras. Y sino que se lo digan a la historia que David nos cuenta de su amiga Olivia. ¡Ah!, que no os he hablado de ella pero si yo fuese vosotros iría corriendo porque escapa de todo entendimiento. El caso es que nos dejan muchas preguntas como "¿qué habrá después de la muerte?" o "¿se pueden comunicar los muertos con nosotros?". No tenemos la respuesta pero mientras la encontramos, sigamos disfrutando de historias como estas.