El pueblo de España que cambia a sus gigantes para adaptarse a los nuevos tiempos
- Los hermanos Cadaval visitan la tierra de su madre en la quinta etapa de La Ruta Morancos
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En su quinta parada de La Ruta Morancos, César y Jorge Cadaval llegan a Solsona, en el corazón de la comarca del Solsonès, donde el Carnaval se vive de una manera única. A diferencia de otros carnavales, en Solsona los disfraces tradicionales se sustituyen por coloridas batas, y las calles se llenan de gigantes que mezclan tradición y sátira. Durante su visita, los hermanos descubren esta fiesta que es todo un símbolo cultural y se sumergen en la irreverencia y el humor que la caracterizan.
César, al mando de los gigantes del Carnaval
Uno de los momentos más emocionantes para los Morancos es cuando César tiene la oportunidad de llevar uno de los emblemáticos gigantes de Carnestoltes. Ya sabemos que César no pierde nunca la oportunidad de probar una nueva profesión. Los gigantes del Carnaval, que en su origen se crearon para burlarse de los majestuosos gigantes oficiales de la Festa Major, han evolucionado para representar la realidad actual con un toque de humor, algo que César disfruta mientras se adentra en esta tradición cargada de sátira.
Tradición, juventud y modernidad
El Carnaval de Solsona es un reflejo de cómo la juventud ha sabido dar continuidad a la tradición, pero también adaptarla a los tiempos modernos. Los Morancos conocen a David, un antropólogo local que les explica cómo las nuevas generaciones han mantenido la figura de los gigantes, adaptándolos a la cultura contemporánea. Un estudio hecho desde la perspectiva de género e imaginería festiva que ha dado lugar a la primera pareja de gigantas: Chiamanda y María. Además, Jorge, siempre curioso y dispuesto a aprender, se interesa por la historia detrás de los personajes carnavalescos, admirando la capacidad del pueblo para mantener vivas sus costumbres mientras las transforman y hacen propias de cada generación.
La fuerza de los Trabucaires
El espectáculo no estaría completo sin los Trabucaires de Solsona, que con sus trabucos disparan al aire para marcar momentos importantes del Carnaval. Con más de 450 años de historia, estos grupos llenan de estruendo las calles, ahora con una mujer en sus filas por primera vez desde su creación. Entre risas y pólvora, los hermanos disfrutan de este festival único, que conecta el pasado y el presente de una manera vibrante y llena de vida.