La película, con Gregory Peck y Charlton Heston, que cambió el cine western y le dio un nuevo enfoque
- Horizontes de grandeza (1958) de William Wyler supone un punto de partida para el genero western
- La cinta está protagonizada por unos brillantes Gregory Peck y Charlton Heston
El tiempo en la gran pantalla solo se mide por la calidad del filme. Las buenas películas nunca se hacen largas. Horizontes de grandeza (1958) es un ejemplo de ello, un largometraje de 166 minutos de duración que resulta trepidante y cautivador para el espectador y consigue que sus más de dos horas pasen en un suspiro. Dirigida por el gran William Wylder y con banda sonora de uno de los iconos del género, Jeronme Moross, The big country, su título original, es una vitalista y épica película que cambió el paradigma de los western del momento, para dar nombre a lo que posteriormente se denominaría el western pacífico.
Con un reparto envidiable, Horizontes de grandeza luce en pantalla actores como Gregory Peck, Jean Simmons, Carroll Baker y Charlton Heston para hablarnos, con cabalgatas, romances y extensos paisajes de por medio, de las disputas por la tierra en el Lejano Oeste. Esta es la historia de James McKay, un capitán naval retirado, que llega a las vastas llanuras de Texas para casarse con Pat Terrill, la hija de un rico ganadero. El choque entre McKay, hombre pacífico y educado, y los violentos y toscos rancheros es inevitable. No sólo tendrá que enfrentarse con el capataz Steve Leech, sino que, incluso su novia se sentirá decepcionada por su comportamiento. Mientras tanto, el padre de Pat y el clan de los Hannassey luchan encarnizadamente por el control del agua para abrevar el ganado.
¿Un western pacifista?
El western de William Wyler supone un punto de partida para lo que posteriormente se denominaría "western pacifista". No hay duelos a revólver al típico estilo fronterizo, como en la inmensa mayoría de las películas del Oeste, y el personaje de James McKay se ve enfrentado a un mundo salvaje que le es desconocido. Basada en la novela de Donald Hamilton, esta larga e inmensa película contiene muchos matices, las historias se ramifican y los personajes, magníficamente interpretados, se van haciendo cada vez más complejos en un camino a la autodestrucción. Tragedias vitales que, en su resolución, pueden construir mundos más habitables, en definitiva, la respuesta en el amor.
Una alegoría de la guerra fría
Es una de las apreciaciones que siempre se ha hecho a la película, la película se rodó en los años más duros de la Guerra Fría, y según el propio Peck esto se debe a que el director William Wyller quería que la película fuese una alegoría de la Guerra Fría. En ese sentido, el personaje de Charles Bickford representa al presidente Eisenhower.
La película favorita de Eisenhower
Como coincidencia, el entonces Presidente de los Estados Unidos vio la película cuatro veces seguidas en la Casa Blanca y la definió como: "La mejor película que jamás se había hecho. Es mi película favorita".
Una relación difícil
Gregory Peck y William Wyler se habían hecho amigos durante el rodaje de Vacaciones en Roma (1953) pero en este caso las cosas no fueron tan bien. Wyler dijo que no volvería a dirigir a Peck ni por un millón de dólares, pero tres años después se reconciliaron.
Horizontes de grandeza (1958), de William Wylder, se suma al amplio catálogo de cine de RTVE Play. Descubre las colecciones que de películas internacionales y nacionales que puedes encontrar en la plataforma. Entre ellas, títulos que acaban de incorporarse como Close, Bullet Train, Objetos o Dolor y Gloria. Además, no te pierdas el catálogo especial dedicado al cine clásico con películas como Un perro anzaluz, Johnny Guitar o La decisión de Sophie.