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Las Abogadas y las últimas ejecuciones del franquismo. 27 de septiembre de 1975

  • En 1975, se celebraron en España cuatro consejos de guerra con once condenas a muerte.
  • El miércoles 30 de octubre, último capítulo de Las Abogadas.

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1975. Los últimos fusilados del franquismo
Imagen publicada en los medios de los condenados en 1975 RTVE

España 1975: el dictador y su régimen agonizan. La dictadura se aferra al poder en un último intento desesperado de perpetuar el control. Acorralado por presiones internas y externas, Franco recurre a duros métodos represivos..

Lejos de abrir el camino hacia la democracia, la dictadura franquista, en su última fase, reactivó la justicia militar para procesar a civiles. El Tribunal de Orden Público (TOP), que hasta entonces había gestionado los llamados "delitos contra el régimen", quedó en segundo plano mientras el control judicial volvía a manos de los militares.

En el quinto capítulo de Las Abogadas, se narra cómo ese año el franquismo recuperó la justicia militar contra civiles y cómo se limitaban drásticamente las posibilidades de defensa. Como resultado, se llevaron a cabo cuatro consejos de guerra con once condenas a muerte.

Los antecedentes

La reactivación de la justicia militar impactó profundamente en la sociedad y en los abogados, como Cristina, Manuela y Paca, acostumbradas a defender ante el TOP, pero nunca frente a un tribunal militar. Aunque en 1970, durante el Proceso de Burgos, las penas de muerte fueron conmutadas debido a la presión popular e internacional, en 1975 la dictadura no mostró la misma clemencia.

La actitud de los abogados y los partidos ante los fusilamientos

El 26 de agosto de 1975, se aprobó el Decreto Ley 10/1975 contra el "bandidaje y la prevención del terrorismo". Este endurecimiento jurídico, en el que términos como "subversivo" y "comunista" podían aplicarse indiscriminadamente a cualquier opositor, llegó en un momento en que los partidos políticos, asociaciones y organizaciones seguían siendo ilegales.

Ante esta nueva situación, los grandes partidos de la oposición, que defendían vías pacíficas, quisieron marcar distancias con las organizaciones que apoyaban la lucha armada. En este contexto, enviaron una instrucción clara: los abogados de sus filas no debían implicarse en la defensa de los acusados en los consejos de guerra.

"Defiendo al delincuente, no al delito"

A pesar del rechazo total a la pena de muerte en los partidos de izquierda, la disciplina interna prevaleció, y pocos abogados se ofrecieron a defender en los consejos de guerra. Paca Sauquillo fue una excepción y asumió la defensa de María Jesús Dasca, una de las mujeres acusadas para quienes se pedía la pena capital. A pesar de la presión interna, Paca desafió la disciplina de partido e hizo prevalecer sus principios: “Defiendo al delincuente, no al delito. Estoy completamente en contra de la pena de muerte”. Finalmente, Dasca fue indultada al argumentar un posible embarazo.

La presión internacional y la opinión pública

En 1970, la presión internacional había logrado que Franco conmutara penas de muerte, pero en 1975, la dictadura no cedió. La opinión pública nacional e internacional se horrorizó ante las condenas. Varios países retiraron a sus embajadores y se pidió la expulsión de España de la ONU. En Lisboa, el palacio de Palhavã, sede de la embajada de España, fue atacado en protesta. El Papa Pablo VI intentó interceder por los condenados, llamando personalmente a Franco, quien no atendió la llamada. Su excusa fue que "estaba descansando". En respuesta a la presión, el dictador adujo que todo formaba parte de otra "conspiración judeo-masónica".

Los últimos tiros del franquismo

Tras la celebración de los consejos de guerra, en unos procesos de dudosa calidad jurídica, del 26 de septiembre se dictaron once condenas de muerte. Franco indultó a seis de los acusados, pero los otros cinco fueron ejecutados el 27 de septiembre: Ángel Otaegui, Jon Paredes Manot, Xosé Humberto Baena, Ramón García Sanz y José Luis Sánchez Bravo. Ninguno pudo pasar sus últimas horas con sus familiares ni recibir a sus abogados. Fueron las últimas cinco personas ejecutadas por el régimen dictatorial franquista.

La serie Las Abogadas relata algunos de los acontecimientos históricos más relevantes de la última década del franquismo, un período especialmente oscuro y complejo en el que la oposición clandestina, los despachos de abogados laboralistas y los movimientos obreros, estudiantiles y vecinales fueron fundamentales para construir la democracia española.