Por qué no puedes hacer fotos con flash en los museos: Esta es la explicación científica
- Las características químicas de una obra, del lienzo, las pinturas y los pigmentos utilizados permiten datar el cuadro y saber si es falso o no
- Piedras preciosas y falsificaciones. ¿Cómo dar con el impostor?
Si una falsificación es buena -y las hay muy buenas- el ojo no es suficiente para detectar el fraude. Para ello, la tecnología permite investigar las características químicas de la obra, es decir, las propiedades químicas de sus materiales, del lienzo, de las pinturas y de los pigmentos utilizados y saber cuándo se pintó ese cuadro y si es auténtico o no.
¿Y qué hay que estudiar para saber si la obra se pintó hace 200 años o hace dos semanas? Entre otras cosas, las propiedades químicas y físicas de los pigmentos, que son compuestos orgánicos e inorgánicos que cambian según el tiempo que tengan, según lo envejecidos que estén.
Como explica la química Eli Prats en Órbita Laika -programa disponible en RTVE Play- el envejecimiento químico de los pigmentos puede suceder principalmente por: radiación, temperatura, oxidación y humedad. Pero también el tipo y composición de los mismos serán claves para destapar un posible engaño.
El envejecimiento de los pigmentos
La radiación puede afectar y envejecer a los pigmentos. Normalmente es la luz solar pero no siempre, también sucede con la luz artificial como las de los flashes de las cámaras y los móviles. Por eso en los museos no se pueden usar dispositivos con flash.
Antiguamente en las pinturas se usaban muchos pigmentos vegetales, que se decoloran enormemente con la luz solar. Por tanto, si en un cuadro hay zonas decoloradas es probable que se haya hecho con pigmentos vegetales y se haya pintado hace años y no hace días.
Para estudiar la decoloración de los pigmentos naturales se usa un proceso llamado antotipia. La Química Eli Prats muestra su funcionamiento en Órbita Laika.
Una humedad controlada es fundamental para la conservación de un cuadro y, por supuesto, también para la integridad de sus pigmentos, ya que algunos pigmentos atrapan el agua y cambian de color.
La temperatura y la oxidación también degradan los pigmentos y medir esa degradación puede ser una técnica clave para evaluar si el cuadro es falso o no.
El tipo de pigmento
Además del envejecimiento de los pigmentos, una manera clave de determinar si un cuadro es falso o verdadero es el tipo de pigmento. Existen expertos que estudian qué pigmentos se utilizaban según la época y según el pintor.
Por ejemplo, se sabe que Francisco de Goya usaba en sus obras un pigmento de plomo, carbonato de plomo, muy habitual en la época.
Ahora se usa óxido de titanio por seguridad, ya que el plomo es tóxico. Por tanto, si hay plomo en el cuadro sabremos que ‘suma puntos’ para ser verdadero.
Para analizar el tipo de pigmento y ver su composición se usa el radiancímetro, un dispositivo que mide el espectro de reflexión. Es capaz de analizar la luz reflejada, un espectro de luz que es único para cada material, como una huella digital óptica.
Al analizar el espectro de reflexión de un pigmento desconocido y compararlo con una base de datos de espectros conocidos, podemos identificar el pigmento con mucha precisión.
Más ciencia antifraude en el programa de Órbita Laika dedicado a las falsificaciones. Órbita Laika, los martes a las 22:00h en La2 y siempre disponible en RTVE Play.