Bad Gyal y un policía nacional, tremenda mezcla en La Revuelta | Mira el programa completo
- Broncano y La Revuelta recibieron ayer el Ondas al mejor programa de entretenimiento
La Revuelta es para todos los públicos, literalmente. En una misma semana hemos pasado de la ópera o la comedia de Andrés Pajares a un icono de la generación Z como Ester Expósito. Y este jueves se ha vuelto a producir este contraste con Bad Gyal, estrella de la música urbana, y Juan Enrique Soto, inspector de policía nacional y creador de la Sección de Análisis de Conducta (SAC).
El programa ha contado también con las secciones de Jorge Ponce, que ha pedido disculpas por un error cometido en el espacio, y Pantomima Full, que se han estrenado por fin después de dos intentos fallidos.
A las veteranas les gusta Bad Gyal
Es un icono para las generaciones más jóvenes y una estrella de la música urbana en las pistas de baile de todo el mundo. Pero Bad Gyal también cree que puede gustar al público más veterano: “tengo un par de temas que van muy bien para una verbena”, ha asegurado la catalana en La Revuelta. Su respuesta a la pregunta de David Broncano sobre las relaciones sexuales no solo ha causado sensación, sino que ha batido récords. ¡No te pierdas su entrevista!
El policía que analiza las conductas criminales
Juan Enrique Soto fue el creador de la Sección de Análisis de la Conducta en la Policía, un grupo de psicólogas y criminólogas que analiza al detalle el comportamiento de los criminales. Su trabajo se puede ver la nueva serie documental de RTVE Play Sac: En la mente criminal, que se estrena este 30 de octubre. El psicólogo y divulgador ha revelado en La Revuelta algunos detalles de sus casos más conocidos, como el de José Bretón.
Ponce renuncia al Ondas y se lleva un tortazo
En el programa de La Revuelta de este miércoles se produjo un grave error que Jorge Ponce no ha querido obviar: una errata en un rótulo. Una frontera que no se debió haber cruzado y ante la cual el cómico ha pedido renunciar al premio Ondas y se ha ofrecido a recibir un tortazo de una espectadora.