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La riqueza submarina del Cabo de Palos-Islas Hormigas

  • Se trata de una reserva marina de interés pesquero de casi 1.900 hectáreas situada en Cartagena, Murcia
  • Entre los tesoros de sus aguas, los restos del Sirio, el Titanic español

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Cabo de Palos-Islas Hormigas: un tesoro protegido
El equipo del programa se prepara para ver los restos del Sirio, el Titanic español EL ESCARABAJO VERDE

Por sus altos valores naturales, la Franja Litoral Sumergida de Cabo de Palos reúne varias figuras de protección: Zona de Especial Conservación, Zona Especialmente Protegida de Importancia para el Mediterráneo y la Reserva Marina, que ocupa casi 1.900 hectáreas y está pendiente de una ampliación que hará que supere las 2.000. Pero una reserva no es solo declararla, también es gestionarla. En ello están implicadas la administración central y la autonómica, los departamentos de medioambiente y los de pesca de ambas.

No puedes crear una reserva marina de interés pesquero en cualquier lado

El técnico de la reserva marina, dependiente del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Javier Lorente, explica que “no puedes crear una reserva marina de interés pesquero en cualquier lado. Se tienen que dar unos condicionantes. Uno es que el ecosistema esté en buen estado y aparte que haya una flota artesanal que pueda aprovechar ese recurso. Aunque no es el objetivo principal, proteger el ecosistema para que este recurso pesquero se pueda regenerar”.

En el puerto del Cabo de Palos quedan solo 9 embarcaciones de pesca artesanal que cumplen las condiciones para faenar en la reserva.

Un cementerio de barcos hundidos

Hasta 50 barcos hundidos por accidentes o bombardeados por submarinos alemanes en las dos guerras mundiales duermen en las profundidades de la reserva. Algunos son inaccesibles, otros requieren de mucho conocimiento y experiencia en buceo técnico. El más conocido, el Sirio, al que llaman el Titanic español. Es la mayor tragedia naval de nuestro país, se estima que pudieron morir hasta 500 personas. Este buque de 6000 toneladas y 115 m de eslora cubría una línea regular entre Italia y Sudamérica. Y en agosto de 1906 iniciaba un nuevo viaje. Hizo escala en Barcelona y cuando estaba alcanzando la zona de Cabo de Palos, en un día de verano, con el mar en perfectas condiciones, a mediodía, el barco a toda máquina impactó con el bajo de fuera, con el arrecife rocoso tras las islas Hormigas. El impacto fue enorme, pero en el primer momento la mayoría de los pasajeros estaban en las cubiertas superiores, con lo cual pudieron sobrevivir al impacto.

Pero a partir de ese momento se desató el pánico a bordo y además la tripulación y el capitán no realizaron las labores de coordinación y salvamento. Así que fue el pánico realmente el que provocó el mayor número de víctimas, porque creyendo que el barco se iba a hundir de forma inminente, muchos pasajeros saltaron al mar sin saber nadar.

La periodista del programa, Soraya Rodríguez, bucea en El Bajo de Fuera

La periodista del programa, Soraya Rodríguez, bucea en El Bajo de Fuera

El pez guitarra, el Mediterráneo occidental

Pescadores y submarinistas pusieron sobre la pista a los científicos de la Universidad de Murcia sobre avistamientos de una especie que se creía extinta desde hace 30 años en el Mediterráneo Occidental, el pez guitarra. Así nació el proyecto Guitar Protect. Su fundadora, María Pozo, explica que “es fácil de reconocer porque realmente es como una especie de quimera, parece una mezcla entre una raya y un tiburón. Tiene una cola que es de tiburón, con las típicas aletas que podemos reconocer de los tiburones, pero luego la cabeza es triangular y aplanada, parece un poco el cuerpo de una guitarra. Las especies que podemos ver aquí pueden llegar a los 1,20 metros aquí en Murcia, pero se ha llegado a reportar hasta 1,40”

Este verano han instalado receptores en el mar y microchips en algunos ejemplares para poder estudiarlos.

Ejemplar de pez guitarra filmado por nuestro equipo

Ejemplar de pez guitarra filmado por nuestro equipo

Una amenaza que se puede resolver

La reserva es ejemplo de gestión pesquera y medioambiental, pero no hay que olvidar que está a escasos 3 kms de La Manga del Mar Menor. Son 17 kilómetros de Manga construidos por el reclamo del sol y playa a dos bandas: la parte mediterránea y la laguna marina. Pueden llegar a albergar a 300.000 personas en temporada alta. Diferentes episodios de contaminación desde hace décadas sitúan el mar menor como un lugar medioambientalmente vulnerable. Los ecologistas de Anse, la Asociación de Naturalistas del Sureste, nos explican que el emisario que evacúa las aguas residuales de la zona ha sufrido varias roturas. Su director, Pedro García, reclama una solución definitiva para evitar que esa contaminación llegue a las aguas cristalinas de la reserva del Cabo de Palos-Islas Hormigas.