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Marisol cantando en japonés, su "Yorishou Tokiwa" y la conquista de Hollywood con Ed Sullivan

  • Quienes exprimieron a la joven Pepa Flores, no conocían fronteras
  • El documental Marisol, llamame Pepa rescata la imagen de Marisol más allá del mito

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Marisol, una imagen de su viaje a Japon en 1966
Marisol de viaje en Japón en 1966

Muy a su pesar, Marisol fue la niña prodigio del franquismo y una de las mejores marcas que la España del régimen pudo soñar. Aquella niña pizpireta, de cabellos de oro, que apareció cantando en los televisores de todo el país en los años sesenta, se convirtió en la imagen perfecta de apertura, modernidad y ascenso social que la dictadura española quería mostrar al mundo. A Pepa Flores le arrebataron su nombre y su infancia para lanzarla a un star system en el que no solo debía cantar y bailar, también tenía que ser la perfecta embajadora.

El documental Marisol, llámame Pepa, diridido por Blanca Torres, que ya está disponible en la plataforma de RTVE Play, ahonda e una Marisol nunca vista antes, explorando la construcción del mito y poniendo de relieve la explotación a la que fue sometida durante su infancia y juventud, dentro y fuera de nuestras fronteras. Bajo el amparo de Manuel Goyanes, el hombre que la catapultó a la fama, lucrándose a su costa, Marisol se trasnformó en muy poco tiempo en un fenómeno social sin precedentes en nuestro país, con un merchandising increíble para la época -tuvo hasta su propia muñeca Marisol-, pronto vieron que "el producto" podía exportarse fuera.

Marisol durante su visita a Japón

Marisol durante su visita a Japón

Con Ed Sullivan y Harpo Marx

Su aparicion en la película Un rayo de luz, cuando tenía ya 12 años, fue el arranque de su proyección internacional. La gira de promoción fue tan ambiciosa que la la llevó hasta Hollywood, con su aparición en el plató de Ed Sullivan, el presentador más famoso de Estados Unidos. Era el año 1961, cuando, ante millones de espectadores cantó la canción Corre, corre, caballito, convirtiéndose en la Shirley Temple española. Durante aquella actuación, también compartió plano con Harpo Marx, invitado al programa aquel mismo día.

Yorishou Tokiwa, Marisol canta en japonés

Es una de las imagenes más extravagantes de Marisol. Con su kimono azul y un maquillaje al estilo nipón, en 1966, Goyanes le organizó un viaje a Tokio, donde sabían que la joven tenía ya un nutrido grupo de seguidores. De aquel viaje surgieron dos canciones, una títulada Wakaite Subarashi, que versionó en español, con el título de Yo a ti también; y la balada Me conformo, que arranca con unos versos en japonés y que se convirtió en número uno en Japón.

Marisol durante su viaje a Japón en 1966, con 18 años

Marisol durante su viaje a Japón en 1966, con 18 años

Por entonces, Marisol ya había alcanzado la mayoría de edad y la imagen que querían proyectar de ella tenía que empezar a adecuarse a lo que se esperaba de las mujeres de la época. Ese era el otro objetivo de su star system, hacer marca España, pero también simbolizar el modelo moral del régimen. Atendiendo a la letra, resulta aterradoramente machista, apela a un tipo de mujer sumisa que, prácticamente, vive para el otro: "Me conformo con estar a tu lado / Me conformo con hacerte feliz / Me conformo".

Una identidad robada, un producto perfecto

“Era un producto absolutamente español, aunque muy moderno, liberador en muchos sentidos para la juventud, el franquismo la utiliza como una imagen de marca y para transmitir los valores que pretendía", cuenta su biógrafo, Luis García Gil. Es decir, una mujer de renovada feminidad, con aparente modernidad, pero "bien entendida": sin apartarse de la idea de ama de casa, sometida al marido. Como ella misma escribiría de adulta: "Me robaron mi identidad para ser la referencia, de una generacional despersonalizada, continuadora del modelo de mujer franquista".

Marisol, llámame Pepa: Dónde ver el documental de Pepa Flores

El documental que tuvo su presentación oficial en la pasada edición del Festival de Málaga aterriza en la plataforma de RTVE Play, tras su emisión en Imprescindibles, de La 2. Todo el mundo sabe quién es Marisol, pero pocos conocen a Pepa Flores, una mujer que decidió apagar el foco de la fama en 1985, cuando solo tenía 37 años. Hasta ese momento, su imagen era una constante en nuestras pantallas y en las portadas de las revistas, una sobreexposición que la convirtió en un mito, difuminando los límites entre el personaje y la persona.

Para contarnos quién era Pepa Flores y analizar su impacto en nuestra sociedad, el documental recurre a material de archivo inédito y a entrevistas con personas cercanas a la actriz, como su hermana Vicky Flores, y a entrevistas con personas a las que ha influido como la escritora Elvira Lindo o la cantante Amaia.