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Paca Sauquillo, Manuela Carmena y Cristina Almeida recuerdan cómo vivieron la matanza de Atocha en 1977

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Las abogadas. La verdadera historia - Episodio 6: Abogacía, polarización y democracia

Manuela Carmena, Cristina Almeida y Paca Sauquillo, tres abogadas laboralistas que ejercieron en el Madrid de los años 70, rememoran el auge de los despachos especializados en derecho laboral que emergieron durante esa década en el último episodio de Las Abogadas. La verdadera historia.

Con sus oficinas ubicadas en el centro de la capital, las protagonistas recuerdan las largas colas de trabajadores que se formaban en las calles, esperando asesoría y defensa en un contexto de grandes tensiones laborales y sociales. Su método de trabajo destacaba por un sistema de cobro y reparto de ganancias igualitario entre ellas, además de su firme compromiso de ofrecer representación gratuita a presos políticos, asumiendo el riesgo que implicaba en un periodo de constantes cambios.

El antes y el después de la matanza de Atocha

Durante esos años, Madrid respiraba un ambiente de profunda polarización ideológica, potenciado por el inicio de la Transición y la efervescencia de distintos movimientos políticos y sociales. La llegada de la democracia coincidió con una escalada de violencia en las calles y en este contexto, Manuela, Cristina y Paca no solo defendían a sus clientes en los tribunales, sino que también se encontraban en el centro de una ciudad visiblemente dividida.

Uno de los momentos más impactantes que comparten estas abogadas es el recuerdo de los asesinatos de Atocha, una tragedia que dejó una huella imborrable en sus vidas y en la historia del país. El 24 de enero de 1977, tres pistoleros de extrema derecha irrumpieron en el número 55 de la Calle Atocha, abriendo fuego contra quienes estaban reunidos en el despacho de Manuela Carmena. En el atentado murieron Enrique Valdelvira Ibáñez, Luis Javier Benavides Orgaz, Javier Sauquillo, Serafín Holgado y Ángel Rodríguez Leal y resultaron gravemente heridos Miguel Sarabia, Alejandro Ruiz-Huerta, Luis Ramos Pardo y Lola González Ruiz.

Ese ataque contra un grupo de abogados laboralistas comprometidos con la defensa de derechos básicos se convirtió en un punto de inflexión. Para las protagonistas, aquella tragedia no solo simbolizó la urgencia de una transformación política y social, sino que reafirmó su compromiso con la justicia y la defensa de los derechos humanos en un periodo de profunda transformación para el país.