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Luis Martín-Santos, teorías de la conspiración, el supuesto asesinato de su mujer y su trágica muerte, ¿qué pasó?

  • Se cumplen 100 años del considerado renovador de la literatura española y brillante psiquiatra
  • Descubre su historia en Tiempo de silencio y destrucción, el documental que reconstruye su vida y obra

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La familia de Luis Martín-Santos, atravesada por la tragedia
La familia de Luis Martín-Santos, atravesada por la tragedia

Enero de 1964, el autor de la novela Tiempo de silencio, Luis Martín-Santos, fallecía en un trágico accidente de coche. Cuando se cumplen 60 años del accidente y el centenario de su nacimiento, el documental Tiempo de silencio y destrucción, de Impresincidibles acompaña a sus hijos en un viaje para reconstruir al escritor, al psiquiatra, al hombre más allá de la obra que le convirtió en promesa literaria. Un recorrido por la figura de Martín-Santos, su particular visión de la España de posguerra y su obra oculta durante años a partir de textos en parte inéditos.

Formado como médico, títulado como el más joven de España y gran impulsor de renovadoras teorías en psiquiatría, el donostiarra terminó por revelarse como un brillante y talentoso escritor. Considerado por muchos uno de los mejores autores del siglo XX y el mejor escritor de la posguerra en España, su futuro era prometedor, en especial, tras la publicación de su única y aclamada novela Tiempo de silencio, sin embargo, todo la proyección que se esperaba de él se trucó por culpa de un accidente de coche. Antes, la muerte de su mujer, del que llegó a decir que había sido asesinada por él, le había desestabilizado emocionalmente.

Luis Martín-Santos, su mujer Rocío y su hija

Luis Martín-Santos, su mujer Rocío y su hija

¿Qué pasó con Luis Martín-Santos?

El que fuera médico brillante, investigador sagaz, escritor capaz de cambiar el rumbo de la literatura en castellano, tuvo una vida personal marcada por la desgracia que, antes de acabar con él, se cebó con su familia. Su militancia en el partido socialista, durante la dictadura de Franco, le llevó a estar encarcelado en dos ocasiones y a encabezar la lucha antifranquista. Es la razón por la que muchos creyeron que su muerte, años después, en 1964, no fue un simple accidente de coche. Hubo quien dijo que se había matado intencionadamente, porque cuando su coche se estrelló contra un camión, en Vitoria, su mujer acababa de morir también, en circunstancias tan extrañas que nunca se supo si se trató de un suicidio o de un accidente; otros creyeron que se trató de un crimen, y que los servicios secretos del franquismo lo habían eliminado por su militancia en el PSOE.

Tal y como se cuenta en el documental de el documental de Imprescindibles, Tiempo de silencio y destrucción, se creó una leyenda tremenda que apuntaba a que Luis había matado a su mujer. El relato oficial es que Rocío sufre un accidente domestico y pierde la vida. Tras su muerte, Martín Santos se queda desolado y cae en una depresión. Bebía y tampoco ayudaron los rumores que apuntaron a que había muerte en extrañas circustancias y que él había podido asesinarla -puros rumores. La noche del accidente, Martín-Santos viajaba en su coche para ver a sus hijos, había dormido poco. Lo demás es resultado del infortunio, aunque como apuntan sus hijos, la figura de Martín-Santos siempre fue molesta para el régimen.

Rocio, mujer de Luis Martín-Santos

Rocio, mujer de Luis Martín-Santos

Dónde ver Tiempo de silencio y destrucción

Tras su paso por el Festival de San Sebastián, la película Tiempo de silencio y destrucción, de Joan López Lloret, llega a la plataforma de RTVE Play. De la mano de sus hijos, Luis y Rocío Martín-Santos, el documental transita por su memoria, recuperando alguno de sus textos inéditos y documentos de archivo familiar que nunca había visto la luz. Un viaje que nos permite conocer en profundidad la obra de un hombre que brilló como psiquiatra y como escritor donostiarra. Una reivindicación de su obra íntegra en un 2024 redondo: se cumple el centenario de su nacimiento en noviembre, pasaron 60 años de su muerte.