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Un paseo por La Habana de la mano del escritor Leonardo Padura

  • El escritor cubano Leonardo Padura recuerda los barrios de su infancia en la autobiográfica Ir a la Habana (Tusquets)
  • La segunda parte del libro reúne reportajes sobre los aspectos más desconocidos y curiosos de la ciudad

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Página Dos - 'Ir a La Habana', la Cuba de Leonardo Padura

La Habana turística de las agencias de viajes poco tiene que ver, por suerte, con La Habana secreta y personal que el lector encontrará en el nuevo libro del escritor cubano Leonardo Padura. El autor escoge los barrios y calles más ligados a su infancia y recuerdos, y ocasionalmente los acompaña de fragmentos de sus anteriores novelas que mencionan esos lugares. Ir a La Habana (Tusquets) no es una guía de viajes, aunque pueda ejercer como tal. Se parece más a una biografía geográfica, que con una selección de paisajes y rincones es capaz de dibujar la historia de un país.

Padura nació en el barrio de Mantilla, que protagoniza un capítulo, igual que aparecen La Maestranza, Casablanca, El Calvario, el Castillo de Averhoff, los Chevrolets y los Plymouth, las calles Galiano, Belascoaín, San Rafael, Monte y la antigua Calzada de la Reina. El autor viene al mundo en 1955, y en 1959 se produce el triunfo de la revolución de Fidel Castro. La Habana aún conservaba entonces el esplendor de cuando sus gobernantes quisieron convertirla en el Montecarlo del Caribe; era más atractiva y asequible que Las Vegas, y Miami apenas existía aún como gran metrópoli.

El título de la novela nace de esa sensación de extranjero que tiene el habitante de un barrio periférico cuando hace una excursión al intimidante centro de la ciudad. Así lo explica Padura al inicio del libro: «(…) Advertía de la condición geográfica aunque también espiritual de mi barrio: en mi casa, a cualquier desplazamiento desde Mantilla hacia los centros comerciales, institucionales e históricos de la ciudad se le decía 'ir a La Habana'».

La Habana de los años cincuenta

El escritor define el libro como «una invitación, un recorrido espiritual que luego se convirtió en literatura. Cuenta lo que ha pasado en los últimos cincuenta, sesenta años en La Habana». Esa trayectoria política sucede en paralelo a la evolución de la vida personal y profesional de Leonardo Padura, uno de los autores de novela negra más relevantes de la actualidad, con su serie dedicada al detective Mario Conde. ¿Por qué esa preferencia por el género? «Este es un país politizado, y el noir tiene una mirada crítica a los contextos sociales y económicos.»

Más que evolución, fue decadencia

Leonardo Padura pertenece a una generación que conoció la Cuba más esplendorosa, y que luego vivió su lenta pero progresiva transformación. «Más que evolución, fue decadencia», cuenta el escritor. Y así lo narra en la novela: «Un dilatado tránsito hacia un extrañamiento que podría calificar de urticante sensación de 'ajenitud' que, sibilina y progresivamente, se ha instaurado en las percepciones sobre mi ciudad».

Uno de los títulos más populares del escritor cubano es el superventas El hombre que amaba a los perros (2009), que ahora cumple quince años y se publica con una edición conmemorativa. Esta historia sobre el revolucionario soviético León Trotski y su asesino Ramón Mercader está traducida a 23 idiomas. Con su editorial celebra también un aniversario de fidelidad: tres décadas junto a Tusquets. El autor, galardonado con el Princesa de Asturias en 2015, mantiene una relación muy estrecha con España, y dice tener una sentimental «doble ciudadanía», aunque no lo puede negar: «Soy un cubano total y no puede ser otra cosa.»