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Objetivo Igualdad

Mujeres en la policía, logros y retos hacia la igualdad: "Aún nos queda mucho trabajo por hacer"

  • En 1979 entraron las primeras 42 mujeres en el Cuerpo Superior de Policía. Hoy son 12.000 agentes en la Policía Nacional
  • Aún queda camino para la paridad. ¿Cómo ha sido la evolución de la situación de las mujeres en los cuerpos policiales?

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Dos agentes de la Policía Nacional en un operativo junto a su vehículo.
Mujer en un operativo policial

Objetivo Igualdad, el sábado a las 11 h en La2 y el domingo a las 14,40 h en Canal 24 horas

¿Tenemos normalizada la figura de la mujer dentro de los distintos cuerpos policiales? A día de hoy, ver una mujer realizando una detención o involucrada en una investigación no sorprende; pero su incorporación en la policía es bastante reciente. En 1971, por primera vez el ayuntamiento de Córdoba decide contar con mujeres únicamente para controlar el tráfico. Iban vestidas con falda y tacones, algo de lo que se quejaban por la incomodidad que suponía dicha vestimenta en este tipo de trabajo. En la Policía Nacional la apertura tardó un poco más. Fue en 1979 cuando por primera vez el Cuerpo Superior de Policía, la actual Policía Nacional, lanzó una convocatoria en la que se podían presentar hasta 100 mujeres. Asunción Sordo, quien siempre quiso ser militar, vio la llamada en el periódico y no dudo en inscribirse. Las pruebas, a excepción de la de cuerda, eran iguales para hombres que para mujeres. Acabaron entrando 42 mujeres que fueron las primeras policías nacionales de España, convirtiéndose en un capítulo importante de la historia de la lucha por la igualdad.

"No teníamos uniforme. Paralelamente, estaba la Policía Armada, un cuerpo civil con mandos militares y con uniformes de color gris. Los llamaban los grises", explica. En 1986, ambos cuerpos se unificaron. Previamente, los agentes del Cuerpo Superior de Policía ejercían de policía secreta. Vestían de paisano y colaboraban en los casos de terrorismo, desmantelamientos y operaciones especiales. Aunque Asunción Sordo se siente muy orgullosa de formar parte del cuerpo policial, admite que los primeros años tuvo que "aguantar muchísimas cosas... me tuve que imponer a mis compañeros, decir: si yo he hecho una oposición, yo hago lo mismo que tú".

Esos comentarios machistas por parte de compañeros, jefes o los propios ciudadanos fueron disipándose, pero aún quedan comportamientos que marcan desigualdades en el trato. Laura García, portavoz del sindicato policial JUPOL, lleva quince años en la Policía Nacional, como parte de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), encargada de restablecer la seguridad ciudadana. Es una de las pocas mujeres de su unidad. Según relata, la mayoría de mujeres que acceden al cuerpo acaban en roles más administrativos. ¿Existe algún impedimento para las mujeres a día de hoy? Legalmente, ninguno; pero muchas de las pertenecientes a ese 19% de mujeres dentro de la Policía Nacional, optan por estar lejos del trabajo de campo. Laura García cuenta que durante sus años de trabajo se ha encontrado situaciones en las que los detenidos rechazaban que fuera una mujer la que les detenía. Aunque esto cada vez es menos habitual.

Evolución de la igualdad

En el Cuerpo de Mossos d´Esquadra se incorporaron por primera vez 43 mujeres en 1986, en su segunda promoción. Al contrario que en la Policía Nacional, casi desde el principio de la creación del cuerpo las mujeres estaban entre sus filas, por lo que ha ayudado a una normalización de la existencia de mossas en su estructura, que son actualmente 4.550, un 23,8% de mujeres. Aunque, según cuenta la inspectora Montserrat Escudé, aún queda por hacer. Si se compara con otros países de la Unión Europea: "Aún nos queda mucho trabajo por hacer, si hablamos por ejemplo de Lituania o Letonia están en un 40%, Países Bajos, Suecia o Estonia están en un 35% y otros países como Reino Unido o Noruega tienen alrededor de un 25%".

Respecto a los requisitos de acceso, hoy en día están más igualados, pero hace 30 años a los hombres de la Policía Local se les exigía para acceder una estatura tres centímetros por debajo de la media nacional, mientras que a las mujeres se les exigía una estatura tres centímetros por encima de la media. Con el tiempo, se han ido incorporando cada vez más leyes y programas para promover la igualdad. La Oficina Nacional para la Igualdad de Género (ONIG), creada en 2018, buscar a la erradicación de cualquier tipo de discriminación contra las mujeres en la Policía Nacional.

Ascender en la policía siendo mujer

¿Es fácil acceder en la policía siendo mujer? El miedo al abandono de los hijos, las preocupaciones familiares y la falsa creencia de que las mujeres no pueden llegar a esos puestos son algunas de las barreras que las aspirantes a altos cargos se encuentran, cuenta Paqui Borrero. Ella misma, como inspectora jefa de la comisaría, recuerda: "Estaba en reuniones y comenzaba a llover y yo me he acordado de la ropa que tenía tendida". Cuando le preguntaba a sus compañeros si se estaban acordando de la ropa: "Todos me miraban con caras de espanto". Quitar esa responsabilidad socialmente asignada a las mujeres es lo más complicado porque, cuenta la inspectora jefa: "Se nos inculca desde pequeñas y es la educación la que tiene que ir quitando este tipo de roles".

Estar en reuniones y comenzaba a llover y yo haberme acordado de la ropa que tenía tendida

En los años que lleva en la policía municipal ha vivido un incremento en las incorporaciones de mujeres a la plantilla, aunque todavía la proporción en la Policía Local es solo de un 13% de mujeres. También ha experimentado un retroceso en lo que respecta a la concienciación, visible sobre todo en las clases de educación secundaria, en la que va a dar clases sobre seguridad vial e igualdad. Cuenta cómo los chicos dejan entrever ideas y comportamientos machistas aprendidos inconscientemente de sus entornos familiares: "Por ejemplo, en una de las clases, un niño me preguntaba: Maestra, ¿a no está bien qué mi padre no quiera que mi madre trabaje? Ahí, con el tutor, detectamos un caso".

Atención a la víctima

No se puede hablar de la evolución de la igualdad dentro de la policía sin hablar de la evolución de trato hacia las víctimas de violencia de género y personas vulnerables. La atención de los casos que afectan directamente a las mujeres ha ido cogiendo peso en todos los cuerpos policiales. Además del 016, todos los cuerpos tienen sus teléfonos propios de atención a la víctima y unidades especializadas en este tipo de casos.

La comisaria de Almonte, El Rocío y Matalascañas ha recibido una condecoración como Comisaria Promesa gracias a su trabajo multidisciplinar en la atención de víctimas. Paqui Borrero Núñez es su inspectora jefa. En la comisaría de Almonte, la unión de los distintos departamentos de atención y la Jefatura de Policía en el Edificio de Servicios Sociales Municipales ayuda a que haya una constante comunicación y los casos se detecten antes. El análisis y cotejo de los datos de abandono escolar o las problemáticas en el hogar, aproximan a la detección de los casos de violencia de género que pueden afectar a uno o varios miembros del núcleo familiar. Para la inspectora jefa es clave la investigación en todos los sectores y tener tan a mano los distintos servicios de protección ayuda a prevenir. Aunque aún se necesitan más recursos, más tiempo e investigación para "que no haya que actuar".

En el caso de la Policía Nacional, las Unidades de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) son las especializadas en toda violencia ejercida por parte de un hombre a una mujer. Estas violencias psicológicas, domésticas o sexuales, se atienden en un horario concreto; fuera de ese horario, los casos pasan a ser responsabilidad de la policía municipal del lugar de los hechos. En el caso de Madrid, los casos de violencia de género se reparten en un 50% entre Policía Municipal y Nacional, independientemente de la envergadura del caso.

"Nosotros empezamos a trabajar en los casos más graves, de riesgos extremos, cuando la vida de la persona corre peligro" explica Ana Padilla, comisaria del centro de Atención y Protección a la Mujer, el Menor y el Mayor. "Estamos 24 horas custodiando a la víctima y protegiéndola. Según va evolucionando el riesgo, vamos adecuando los recursos". A cada caso se le asigna un agente protector que hace el seguimiento. Este puede variar, reactivarse, según la situación de cada víctima.

En el caso del centro especializado de la Policía Municipal de Madrid, las llamadas de violencia de género se reciben en la "sala 900". Otras dos salas: la del menor y la del mayor, atienden a los colectivos vulnerables, en el caso de que lo necesiten. La proporción de mujeres policías es de 33% de los 100 agentes que operan en el centro, especializados en este tipo de atención, un porcentaje un poco más alto que en el resto de unidades de la Policía Municipal. ¿Son las mujeres policías mejores en este tipo de unidades? Para la inspectora Escudé es indiferente el sexo para la atención de víctimas, aunque cuando se trata de mujeres recientemente agredidas, se plantea un procedimiento en el que se les pregunta con quién se sienten más cómodas hablando.

Estamos 24 horas custodiando a la víctima y protegiéndola

"Sobre todo en las agresiones sexuales, cuando la víctima todavía tiene ese shock, es mucho más fácil que una mujer esté con ella, pero por ejemplo en los delitos de violencia de género es indistinto porque al final los compañeros hacen el mismo buen trabajo que las compañeras", dice Laura García. También cuenta cómo el trabajo en la calle marca de una forma especial a los agentes que atienden los diferentes casos y para ello hay que estar formado y dotado de empatía.

En los centros especializados de atención a las víctimas, la formación y la vocación están aseguradas. No pasa lo mismo cuando los casos tienen que ser atendidos por comisarías al uso, donde aún se necesita una formación específica para tratar con colectivos vulnerables.