'Última noche en Milán': el 'spaguetti noir' de Pierfrancesco Favino, thriller con acento italiano
- Dirigida por Andrea Di Stefano y protagonizada por Pierfrancesco Favino
- En este enlace puedes ver 'Última noche en Milán', ya en RTVE Play
La cámara sobrevuela la ciudad. No es un dron, es un helicóptero. Durante cinco minutos vemos millones de luces, carreteras vías de tren, coches, o lo que es lo mismo: las arterías, los ojos y la sangre que surgen del asfalto. Es Milán, pero podría ser Nueva York e incluso Hong Kong... apenas hay música, solo el aliento. La urbe late. La cámara se detiene en uno de los edificios, con cinco ventanas a la calle que convierten al espectador en una especie de voyeur. A través del cristal entramos en una casa y el aliento deja paso a la música festiva. Familia, compañeros y amigos de Franco Amore le han preparado una sorpresa: es su última noche como teniente de la policía, la última noche antes en activo antes de jubilarse.
Amore llega a casa en chándal, ha estado corriendo y no se esperaba la sorpresa de sus dos familias, la del corazón y la de la placa. Se le escapan dos lágrimas, porque no va de tipo duro ni de rancio machista. Todo es felicidad hasta que suena el teléfono: "Comisario. Sí, de acuerdo. Vale". Estas palabras cambiarán el destino, cambiaran su última noche en Milán.
Entre dos tierras
Así arranca Última noche en Milán: un thriller curioso por muchos motivos y una historia especial, por varios motivos. Diez días antes de esa llamada está sentado en el coche escribiendo su discursos de despedida, el que leerá en el cuartel tras 35 años, o más, de servicio. Un discurso que tendrá que aplazar y, tras lo ocurrido, rehacer.
Amore vivirá una noche que jamás olvidará, la noche que cambiará el resto de su vida. El teniente tendrá que manejarse en las dos orillas, la del bien y del mal, y será víctima y verdugo, mostrando su fuerza y su fragilidad, sopesando su integridad y su miedo. A lo largo del metraje sobrevuelan otros aspectos, como el desgaste y los efectos secundarios de una profesión que, en muchos casos, obliga a sus activos a aceptar la jubilación anticipada.
El actor Andrea Di Stefano decidió dar el salta la dirección en 2014 con Escobar, protagonizada por Benicio del Toro, y confirmó su talento para enganchar al espectador y mantener el suspense con The Informer, con Clive Owen, Rosemund Pike y Ana de Armas. Pero lo mejor estaba por llegar y en 2023 arrasó con Última noche en Milán, que se estrenó en la Berlinale (Festival Internacional de Cine de Berlín). El título original de la película es L'ultima notte di Amore, que solo en España se tradujo de forma diferente, evitando la palabra Amore, Amor, que es el apellido del personaje protagonista.
Pierfrancesco Favino, el actor italiano de moda
Hablamos de Franco Amore, interpretado por Pierfrancesco Favino, uno de los actores más demandados del cine italiano y con una amplia trayectoria internacional: Las crónicas de Narnia: el príncipe Caspian, dirigida por Andrew Adamson; Milagro en Santa Ana, Spike Lee, Ángeles y demonios, dirigida por Ron Howard, Guerra mundial Z, de Marc Forster; y Rush, dirigida por Ron Howard, entre muchas otras. En casa, Italia, no ha parado de trabajar y sus compañeros se quejan, con humor, de que cada vez hay menos papeles disponibles porque el romano "lo hace todo".
Poco después de ganar la Copa Volpi por Padrenostro, aceptó rodar Última noche en Milán por dos motivos: el guion le enganchó y le gustaba interpretar a un policía que se alejaba de los tópicos que solemos encontrar en el cine. "Es un antihéroe, un hombre que en un momento crucial de su vida tiene que tomar una decisión importante. Es honesto, obediente y un tanto tímido, y me gusta la relación que mantiene con su pareja, de igual a igual, porque no es nada machista", decía en el estreno.
La otra cara de Milán
Favino lleva todo el peso de la película, un thriller trepidante que la crítica italiana definió como "cine en estado puro" y hubo quien se aventuró a decir que era la máxima expresión del spaguetti noir. La cinta significó un renacer del género en Italia, ajena a este tipo de historias que hasta entonces se ambientaban en Estados Unidos o Francia.
Milán juega en un papel importante, ya que la ciudad tiene mucho protagonismo. Hablamos de la capital de la moda y del lujo, un lugar que provoca a la gente a querer más, a llenarse los bolsillos, a prosperar. La ciudad, en esta ocasión, muestra su otra cara, la más oscura, la que ocurre cuando se apagan las luces de las tiendas y los escaparates, la que transcurre, fuera de la ley, de forma paralela a la del resto de los milaneses y turistas: una ciudad donde campa a sus anchas la mafia china.
Junto a Pierfrancesco Favino, vemos a Linda Caridi en el personaje de Viviana, a Antonio Gerardi como Cosimo Forcella y a Francesco Di Leva, que interpreta a Dino Ruggeri. Este actor llegó a la película recomendado por Favino, pues habían trabajado juntos en Nostalgia, estrenada poco antes, y la química entre ellos había sido excelente. "Es como un hermano pequeño para mí, y por eso hice algo que nunca hago, sugerir su nombre para el papel de Dino".
La música de Santi Pulverenti
Toda la trama central de la película se rodó de noche y la oscuridad envuelve las mejores escenas, muchas de ellas 'aliñadas' con una buena banda sonora compuesta por Santi Pulverenti, en la que destacan los temas Fate Tiptoes to a Party (usado en el inicio de la película), Last Night, Fathers y The Mechanics of Amore. Para la fiesta sorpresa se escogió In alto mare, uno de los éxitos que Loredana Bertè que lanzó en 1980.
Son muchos los que ven influencias de Frank Capra (Sucedió una noche), pero el director desveló su pasión por Akira Kurosawa y Alfred Hitchcock. Su película tiene todos los ingredientes del cine clásico -un asesinato, el bueno, el malo y la chica guapa-, pero todos se perfilan con nuevos códigos, huyendo de estereotipos y frases manidas. Última noche en Milán ( o La última noche de Amor) ya está disponible en RTVE Play.