Centenario de María Dolores Pradera: así fue la vida de la gran 'Señora' de la música, cine y teatro
- Imprescindibles, de RTVE, repasa la vida de la artista y celebra su legado
- En este enlace puedes ver 'María Dolores, a pura voz', disponible en RTVE Play
Los periodistas y presentadores de los programas de televisión no encontraban suficientes adjetivos en el diccionario para calificar a esta artista, pero los más repetidos hacían referencia a la elegancia de su voz, a su fina estampa: María Dolores Pradera fue la gran señora de la canción, "nuestra Frank Sinatra", dice Luis Alegre.
El programa Imprescindibles celebra el centenario de su nacimiento haciendo un repaso por su vida y su trayectoria profesional mientras se pone en valor su legado artístico. En el arranque, tras los acordes de la guitarra, ella canta: "Yo no le canto a la luna porque alumbra, nada más. Le canto porque ella sabe. De mi largo caminar", y ese largo caminar es el que se repasa con las imágenes de archivo y los testimonios de quienes la conocieron. "Es la enciclopedia de la música", dice la productora ejecutiva Nieves García y Rosa León, cantante y productora, la define como "una feminista fuera de época", dos frases que definen muy bien a la artista y a la mujer.
A ellas se suman Felipe Cabrerizo y Santiago Aguilar, sus biógrafos, que remarcan la enorme valentía que tuvo desde muy joven para probar diferentes terrenos artísticos y triunfar en todos. "Todo lo que tocaba, como actriz o como cantante, estaba impregnado de una gran inteligencia y sabiduría", dice Ana Belén. "Ella inventó una manera de estar en el escenario, era única", añade Víctor Manuel.
María Dolores Pradera: su gran historia
Nació en Madrid el 29 de agosto de 1924 y creció con un padre ausente, mitificado, que tuvo que ir a trabajar a Chile. Cuando se enfadada con su madre cogía una maleta y caminaba por la calle de Alcalá hasta que la policía daba con ella. "Voy a Chile, con mi papá", les decía. A Chile fue en varias ocasiones, pero en barco, hasta que los problemas financieros de su padre le obligaron a regresar a España.
Pero la felicidad de la niña, la pequeña de cuatro hermanos, duró poco ya que su padre falleció cuando ella tenía solo 11 años. Luego llegó la Guerra y sobrevivió al desastre inventándose su propio mundo -creó al personaje de Petronila- y por supuesto cantando, soñando con ser gitana. "Cuando yo era pequeña veía a los gitanos que iban con la escalera y con la cabra y a las gitanas con los 'volantotes', y quería ser gitana, creía que era una carrera", recordaba muchos años después.
Pasó la adolescencia estudiando y formándose como las señoritas de la época, combinando las clases de Bachillerato con clases de piano y cursos de corte y confección, que aprovechó para hacer 'hábitos' y vestidos a las vecinas y para hacerse su propio vestuario para actuar. Pero la artista que llevaba dentro pedía paso y no pudo evitarlo, entró en el cine como figurante e hizo una interesante carrera trabajando con Juan de Orduña, José María Forqué, Florián Rey y José Luis Borau. "Conseguía sus primeros trabajos de figuración porque se hacía los trajes", cuenta Fernando Méndez-Leite, presidente de la Academia de Cine. "Tenía una imagen distinta al resto de actrices. Ella era rubia y daba un aspecto más internacional que las morenas con moño que había allí", añade su hijo Fernando.
Un esqueleto llamado Fernando Fernán Gómez
Cuenta Luis Alegre que María Dolores Pradera tenía como ídolo a Imperio Argentina, una de las artistas que mejor combinó el cine con la música. "Yo cantaba desde pequeña, sobre todo en el baño, y si tenía la ventana del patio abierta algún vecino decía: ¡Esa radio!, así que creo que cantaba bien", solía decir. Pero a diferencia de Imperio Argentina, ella tuvo un gran éxito en el teatro, cosechando grandes éxitos con todo tipo de papeles.
Pero hay una obra que marca su carrera y su vida, Los habitantes de la casa deshabitada, de Enrique Jardiel Poncela, donde coincide con Fernando Fernán Gómez, que hacía de esqueleto, un papel con el que no estaba contento ya que con esas pintas no podía conquistar a María Dolores Pradera, de la que se estaba enamorando. Pero lo logró. "Fue la gran pareja del siglo 20 español. Tenían los dos una agilidad mental, una una chispa e un sentido del humor absurdo e surrealista", dice Luis Alegre. "Es que tú imagínate esos dos seres en esa España, que es que tenían que ser más raros. Para empezar eran altos, rubia y pelirrojo. O sea, eso tenía que ser muy marciano", dice su nieta Helena de Llanos. "Lola Flores pensaba que eran hermanos", dice Helena, la hija de los dos artistas.
Más que una actriz, más que una cantante
María Dolores Pradera es conocida por el gran público como cantante, pero en el documental se subraya el gran éxito que tuvo en el teatro, interpretando a la Soledad, de Unamuno, y bordó papeles clásicos como Anastasia, Rosana y Doña Inés, en Don Juan Tenorio, obra que hizo durante años. El éxito de ella crece paralelo a de Fernán Gómez y la pareja decide casarse en 1945. Tuvieron dos hijos y María Dolores encontró otra fuente de ingresos en el doblaje de cine, sobre todo en el cine musical, llegando a doblar a Ana Mariscal. Lo hizo tan bien que Conchita Márquez Piquer llegó a pensar que la mujer que cantaba era su madre, la gran Concha Piquer.
María Dolores apostó por la música, pero porque tenía un objetivo. "Empezó a cantar porque quería ganar mucho dinerito para formar una compañía de teatro con sus amigos, sus amigos, actores. Y empezaron a contratarla", revela su hija.
La relación con Fernando Fernán Gómez duró 12 años y cada uno siguió su camino, aunque no se divorciaron hasta los años 80. "A mí siempre me preguntan por él, pero a él nunca le preguntan por mí", se quejaba. La artista siempre esquivó las preguntas de la prensa sobre su vida sentimental, pero se ha dicho que mantuvo una relación con un prestigioso abogado y otra con el periodista Luis Calvo, que fue director de ABC.
Cuando este murió, ella escribió una emotiva carta que público el diario. "Ojalá puedas leer estas palabras que son para decirte lo mucho que te he querido y admirado. También quiero significarte el gran vacío que me deja tu ausencia".
María Dolores, la cantante
En el cambio de los 50 a los 60 se da la gran revolución en la industria discográfica, motivada porque España entra en una cierto estado del bienestar. "Los objetos que hasta entonces eran de lujo, como podían ser los tocadiscos, empiezan a bajar de precio y la gente puede tenerlos en casa. Entonces, todo aquello conlleva un estallido en el que ella se ve arrastrada porque lleva ya diez años cantando, y cantando en locales y probando fortuna, y buscando una línea musical, dicen sus biógrafos. Y la encontró.
El resto es historia de la canción. María Dolores Pradera empieza a cantar con Santiago y Julián, Los Gemelos. Juntos lograron grandes éxitos, ajenos a las modas, y ella arrasó gracias a su personalidad, a su elegante forma de cantar y a su acertada elección de temas, que parecían escritos por ella. En América encontró compositores, cantantes y canciones que hizo suyas y dio a conocer al público español a artistas como Chabuca Granda y Alfredo Jiménez, entre muchos otros. "Una de las cosas que a mí me parecía muy generosa por parte de ella era que en todos los conciertos, cuando iba a cantar una canción nombraba al autor, cosa que no, que no es normal entre los artistas", recuerda Antonio Peña, su manager.
Con ustedes, "La Señora"
Sus cantes de ida y vuelta dividieron su corazón entre España y América Latina, tanto que muchos pensaban que era mexicana o argentina. Al otro lado del Atlántico era "La Señora", y ella se lo tomaba con humor. "Había sido y era actriz, y para ella cantar una canción era interpretarla", dice Ana Belén. Todos destacan su forma de 'decir' las canciones. "Más que cantar, cuenta".
Y 'contó' muchas historias, algunas tan famosas y recordadas como La flor de la canela, El rosario de mi madre, Fina estampa, Amarraditos. En el escenario se crecía, pero ella decía que era muy tímida. "Decía que era hombreriega, igual que hay hombres mujeriegos yo soy hombreriega", recuerda Rosa León, que remarca la independencia de la que hizo gala y su modernidad con tintes feministas. Con María Dolores Pradera han conectado artistas de todas las generaciones y muchos de ellos grabaron con ella los dos álbumes recopilatorios que salieron en 2012 y 2013. Raphael, Serrat, Sabina, Ana Belén, Miguel Bosé, Enrique Bunbury, Ana Torroja, Amaia Montero... todos prestaron sus voces a la voz de "La Señora'", que pudo disfrutar en vida del reconocimiento: Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes y otra al Mérito en el Trabajo, un Ondas a toda su carrera, el Grammy Latino, la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X El Sabio...
Del escenario a la cama
Antonio Peña, su manager, recuerda el último concierto que dio, que fue en 2012 en el Teatro Coliseum de Madrid. Ella llegó afectada por una neumonía que cogió semanas antes en un plató de televisión. Hubo que suspender la gira prevista y la artista permaneció en casa. "Me duele todo menos la voz", le decía a su nieta, con la esperanza de volver a pisar un escenario. Y lo hizo, y fue de la mano de Miguel Poveda en Las Ventas. La ovación que el público le dedicó fue tan larga como cálida y ese fue, para ella, el gran premio a toda su carrera.
Y en los últimos años, ya retirada, se aficionó a llamar por teléfono a Ana Belén o a Pablo Alborán, a los compañeros con los que tenía amistad pero también a presentadores de televisión que no conocía. "A mí no me gustaría morirme, me parece una cursilada morirse, y no hay derecho que una esté aquí pasándolas canutas para que luego te quiten esto", decía. Pero poco a poco fue perdiendo la cabeza y tras una caída tuvo que guardar reposo. Ana Belén estuvo a su lado, cogiendo su mano, y recuerda su hilo de voz al hablar y el chorro de voz al cantar. Murió en 2018 con 93 años. "Pero son muchos los que piensan que sigue viva, porque sus canciones siguen sonando", dicen en el esperadísimo documental.