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El macabro secreto detrás de la nueva misión de 'Detective Touré': tercer capítulo ya disponible

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Hovik Keuchkerian y Gorka Otxoa en una escena de 'Detective Touré', sentados en una mesa de una comisaría.

Si ya alucinaste con los primeros episodios de Dective Touré, el tercero no va a dejarte indiferente. Esta vez, un respetado comerciante acudió a Touré para pedirle que localice a Juliet, una joven de origen nigeriano que lleva varios días en paradero desconocido.

Touré aceptó el encargo y tanto Samuel como Ada, hermana de la desaparecida, le explicaron que su condición de migrante sin papeles les empujó a pedir ayuda fuera de la ley. Así que armado de buena fe y sabiendo cómo actúa la Ertzaintza, Touré comenzó una investigación para encontrarla, ponerla a salvo y alejarla de cualquier tipo de peligro al que pueda acercarse. Para ello tuvo que recorrer el prostíbulo de Loles, la librería de Enare y multitud de lugares del barrio de San Francisco.

Lo que no sabían es que tras el encargo de búsqueda se escondía un macabro secreto: un giro de los acontecimientos que dejó a Touré entre la espada y la pared. ¿Quieres saber qué ocurrió y cómo salió ileso de esa situación? No te pierdas el programa.

¿De qué va Detective Touré?

Hasta hace dos años, Touré no había salido nunca de su aldea de Guinea. En busca de una vida mejor, este guineano decide cruzar el Estrecho junto a su hija mayor Sira. Sin embargo, los dos tuvieron que tomar caminos diferentes y mientras ella vive en París con unos conocidos, su progenitor acabó en Bilbao, concretamente en el barrio de San Francisco. En la ciudad bilbaína, malvive en un piso compartido con otros inmigrantes.

Para sobrevivir, Touré acepta cualquier trabajo que se le presenta por delante: desde disfrazarse de toro de fuego en las fiestas de Rekalde, hasta hacer de hombre anuncio, como también cantar en el coro de Orfeón. Pero, ¿cómo llega a ser detective? Principalmente de casualidad. Él no tiene formación alguna como investigador, pero gracias a sus dotes, no le hace falta. Resulta que hay algo en él que inspira confianza en todo aquel que se le acerca, que incluso llega a ganarse la de la Ertzaintza.

Rodada en lugares emblemáticos de Bilbao y alrededores, está dirigida por los cineastas Esteban Crespo y Violeta Salama, con la participación de Flora González Villanueva en el guion, y es la primera adaptación para televisión de una obra de Jon Arretxe.