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Aislamiento en los jóvenes: causas, indicadores y soluciones

  • El aislamiento no deriva en adicción a la tecnología ni viceversa. Ambas tienen un origen común
  • Elisa Fontecha, psicóloga y experta en intervención con menores, te explica cuál es la solución al problema

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Es responsabilidad del adulto informar al joven que aislarse no es bueno para él
Es responsabilidad del adulto informar al joven que aislarse no es bueno para él Fcafotodigital - iStock

Existe un problema grave con nuestros jóvenes hoy en día y es que muchos de ellos se aíslan voluntariamente para vivir enganchados a un mundo virtual, el de las redes sociales. Una situación que la psicóloga forense y experta en intervención con menores, Elisa Fontecha, ha visto en consulta innumerables veces. En Mente abierta nos explica cuáles son las causas, los indicadores y las soluciones ante esta situación tan desoladora.

Un uso de los móviles prematuro

La experta Elisa Fontecha ha detectado que la edad a la que se le proporciona un móvil a un niño hoy en día es a los nueve años. "No significa que sea el promedio, el promedio afortunadamente es a los 12, pero nosotros recomendamos a los 14 años", señala Elisa Fontecha.

De hecho, los niños empiezan a utilizar el móvil incluso antes, lo que pasa es que no son titulares y lo usan de vez en cuando para jugar. Una acción inocente cometida por los padres pero que puede ir en detrimento del menor porque "aprende una forma de divertirse que no tiene parangón, porque cuando juega con un niño no resulta tan estimulante".

Teniendo en cuenta que hace relativamente poco los niños preferían quedarse viendo la tele porque se sentían más atraídos, cómo no iban a preferir quedarse con algo con lo que encima están interaccionando.

La causa del aislamiento

Ni el aislamiento deriva en adicción al móvil ni el uso del móvil deriva en aislamiento. Elisa Fontecha afirma que existe "un perfil más personal para la adicción a cualquier cosa". Es decir, una persona no es adicta exclusivamente a una sustancia o a una conducta, sino que "es más bien un perfil personal de tendencia adictiva".

Aunque lo que sí han detectado es un origen común que lleva al aislamiento y, consecuentemente, a una búsqueda de tecnología u de otros recursos: ese es el malestar emocional.

"Siempre hay un malestar previo que, como te decía, origina que incurra en conductas de riesgo que puede ser el uso de las tecnologías o puede ser el aislamiento", aclara la experta.

Los indicadores de que algo no va bien

Cualquier cambio es un indicador, ya sean cambios en la forma de vestir, en la manera de hablar, en el lenguaje que utilizan, en las amistades, en el peso o en la apariencia.

"Al final los cambios repentinos son los que nos marcan. Cuando un niño empieza a sentirse mejor desaparecen esos hábitos", afirma Elisa Fontecha.

La solución de los jóvenes a su malestar: aislarse

Según Elisa Fontecha, un estudio detectó que la búsqueda de ayuda profesional no es la primera opción para los jóvenes cuando sienten malestar emocional. Más de un 45% optaba por aislarse e, incluso, autolesionarse.

También prefieren buscar en internet, un grave error porque, tal y como señala la especialista, si yo busco en internet la solución a mi problema y tengo 12 años me falta conocimiento y me falta experiencia. Además, el algoritmo de la red es bastante negativo y pernicioso y "esto hace que el niño tenga un efecto lupa y por tanto esa negatividad empieza a ser su realidad cotidiana", afirma.

Educar para evitar futuros aislamientos

Desde bien pequeños hay que enseñar a los hijos que tienen unas obligaciones y que deben seguir unas rutinas con unos quehaceres diarios. De esta manera les estamos ayudando a que sean conscientes de su valía. Es decir, si el niño no hace la cama o no prepara la comida nunca se va a dar cuenta de que lo puede hacer bien y eso va en detrimento de su autoestima.

"En el síndrome de la puerta cerrada, pero también en menor proporción cuando se aíslan, pasa un poco lo mismo. Quiero decir, cuantas menos cosas haga, menos oportunidades tengo de verme valioso. Y esto afecta radicalmente a tu autoestima, a la adquisición de habilidades sociales y un menor desarrollo de habilidades sociales", afirma la psicóloga.

Qué debemos hacer si esto ocurre

Elisa Fontecha lo tiene claro: "el primer paso es escuchar". Muchas veces nos adelantamos y les metemos un sermón en el que tenemos mucha razón, pero esta no es la solución, "si hablas más tú que él es que nos estamos equivocando". Lo importante es escucharles y preguntarles.

"Hay que mirar dentro del armario, dentro de esa cabeza. Hay que ver dónde está la ropa, por qué la tiene colocada así, por qué está decidiendo esto, por qué me lo comenta de esta manera, por qué ha habido este cambio, porque está enfadado mucho tiempo... La ira es un gran indicador", explica.

Si tu hijo está completamente aislado estaríamos ante lo que Elisa Fontecha denomina nivel rojo. Ella recomienda en estos casos graves quitarles el móvil directamente a la primera: "Se plantea y se razona con ellos. Ellos son chicos súper inteligentes y a la primera lo entienden. Que lo entiendan no significa que les guste".

Y es que recae en los adultos el comunicarles que pasar tanto tiempo solo con el internet no es bueno, porque ellos realmente no lo saben. "Lo único que hacen es compararse y cuando se comparan con el compañero resulta que utiliza el mismo tiempo prácticamente o un poquito menos. Al final ellos no pueden saberlo. No es que no lo sepan, es que es imposible que lo supieran", apunta.

Pero si estás buscando explicaciones y no las encuentras por ningún lado o ves que todos tus esfuerzos no están dando resultados es el momento de buscar un profesional.