Brihuega, el pueblo que celebra la floración de la lavanda
- Los campos de lavanda de la comarca de la Alcarria se cubren de morado en julio y Brihuega, uno de sus pueblos, celebra la floración con festividades
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La lavanda es desde hace años una seña de identidad de La Alcarria, una comarca de Guadalajara conocida por su riqueza de fauna y flora. El morado de sus campos cubre una parte significativa de la región.
Brihuega, uno de los pueblos de la zona, va un paso más allá y celebra la floración de esta planta por todo lo alto. Durante el mes de julio, la villa se tiñe de lila y se organizan actividades culturales relacionadas con la lavanda.
El auge del cultivo de la lavanda
El cultivo extensivo de la lavanda en la comarca es relativamente reciente. Fue hace tan solo unas décadas cuando el dorado del trigo se empezó a sustituir por el púrpura de la lavanda. Los agricultores locales vieron el potencial de una planta que encuentra en la Alcarria las condiciones ideales para crecer. Apostaron por ello y, a día de hoy, la provincia de Guadalajara es una de las principales productoras de lavanda en el mundo.
Actualmente, Brihuega y sus pedanías cuentan con más de 2.000 hectáreas de lavanda cultivada. De hecho, según datos del ayuntamiento del municipio, aproximadamente el 10% del aceite de lavanda a nivel mundial se produce en la localidad y sus alrededores.
Una fiesta multisensorial
En julio, Brihuega eclosiona. La floración de esta lamiácea empieza a finales de junio y es entonces cuando el pueblo arranca una festividad que se prolonga durante el mes siguiente. Las calles se decoran con motivos morados: sombreros, cestos, lazos, ramos…, todo sirve para engalanar las fachadas.
La cultura también invade los recovecos de la villa con conciertos, actos y actividades de todo tipo. Los campos de lavanda se abren al público para su visita y también se organizan muestras para conocer los procesos de cultivo, colecta y extracción del aceite esencial.
La lavanda es un recurso que sirve de base para multitud de productos. Mieles, perfumes, panes, cervezas, helados, vinos, aceites… Todos ellos se encuentran en el mercado que se celebra cada fin de semana del mes por las calles del pueblo.
Durante julio, Brihuega se convierte en un gran atractivo para miles de visitantes. Sin embargo, la actividad turística no deja de lado la producción. A finales de mes empieza el proceso de recolección de la lavanda y, con ella, la producción de aceite esencial. El proceso de destilación que se pone en marcha en esas últimas semanas hace que el aroma de lavanda inunde Brihuega. En el periodo de floración el pueblo gira en torno a la planta que les ha convertido en la Provenza española.