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Uno de cada mil hombres desarrollan cáncer de mama: "El protocolo debería ser igual en hombres y en mujeres"

  • Los hombres suelen ser diagnosticados en estadios más avanzados por falta de información y de revisiones médicas
  • Ellas y ellos pueden beneficiarse de deportes como el tiro con arco para su recuperación

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José Antonio Garcia, paciente oncológico
José Antonio Garcia, paciente oncológico

*Objetivo Igualdad, domingo a las 14.40 h en Canal 24 horas de TVE y en RTVE Play

"Me han amputado el pecho derecho y me miro al espejo y no me veo igual", dice José Antonio García, murciano operado de cáncer de mama.

Una de las preguntas que más escuchan los pacientes oncológicos masculinos es: "¿Un hombre puede tener cáncer de mama?" La respuesta es: sí. El riesgo promedio de los hombres de ser diagnosticados de cáncer de mama es mucho menor que en las mujeres (solo 1 de cada mil en comparación con el 1 de cada 8 de ellas) pero esto no elimina la posibilidad de desarrollar el tumor. Al ser un hecho menos común y ser atribuido a la mama femenina, muchos hombres no se autoexploran, ni intentan prevenir. Es la razón de que la mayoría de los varones que sufren este tipo de tumor, cuya edad promedio es entre 55 y 65 años, lleguen a consulta cuando el estadio está muy avanzado.

Cáncer de mama, también le afecta a hombres

Cáncer de mama, también le afecta a hombres

El caso de Jose Antonio García no fue este. Tuvo cáncer de colon hace 10 años y el miedo a recaer le hizo prevenirse. En cuanto se notó un bulto en el pecho que no desaparecía, fue al médico de cabecera. "Al ser hombre y tener cáncer de colon, me hicieron un estudio genético y di positivo en BCRA2" (gen asociado al desarrollo de cáncer de mama). En los varones la probabilidad de diagnóstico positivo es del 1% y en un 15-20% de los casos existen antecedentes familiares.

El paciente oncológico cuenta su experiencia, positiva en lo que respecta a las pruebas y procesos médicos, pero diferente cuando tras la operación. José Antonio García denuncia que los cirujanos no le daban una solución; le decían: "¿Qué vamos a hacer contigo?", sin darle la posibilidad de una operación estética. Esto le generó a José Antonio una inseguridad que ha influido en actividades diarias: "Yo ahora mismo, al ir a la playa, a la piscina... me dejo la camiseta porque me da vergüenza". Es sobre todo la sorpresa que percibe en los que ven a un hombre con mastectomía, lo que le genera incomodidad.

Yo ahora mismo al ir a la playa a la piscina...me dejo la camiseta porque me da vergüeza

¿Existe suficiente información?

Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) en 2024 se diagnosticaron 36.395 nuevos casos de cáncer de mama, siendo el tumor más frecuente en mujeres. Mientras van dando resultados positivos las campañas dirigidas a mujeres que explican la importancia de prevenirlo o tratarlo cuando está en bajo estadio, en hombres llega a diagnosticarse muchas veces en metástasis.

"Existe muy poca información. Me han ido llevando y no tengo queja ninguna médicamente. Pero es en la parte de los cirujanos es donde falta información", cuenta Juan Antonio. También reclama un refuerzo psicológico tanto para hombres como para mujeres. Durante todo el proceso sus principales apoyos fueron su familia y el club de tiro con arco "Amazonas" en Murcia. Allí conoció a mujeres en la misma situación que él, lo que le ayudó mucho mentalmente. "Yo creo que el protocolo debería ser igual para hombres que para mujeres", dice refiriéndose a las operaciones estéticas tras la operación.

Club tiro con arco de Puerta del Hierro

Club tiro con arco de Puerta del Hierro

Tiro con arco como terapia

El club de tiro con arco para pacientes oncológicos comenzó en 2018, cuando desde el Hospital Infanta Leonor se planteó que el uso de tiro con arco, en concreto, la vibración de la cuerda al tirar, podía ser beneficioso para pacientes con linfedema en el brazo (acumulación de linfa provocado por el cáncer de mama). La investigación se llevó a cabo con mujeres pacientes voluntarias en el club de tiro de Moratalaz, en Madrid, por la cercanía con el hospital.

Tras meses de evaluación, se comprobó que había una mejora. Hoy en día, son cada vez más las ciudades las que tienen estos clubes de tiro para todo tipo de pacientes, con o sin linfedema. Todas ellas coinciden en que es una terapia no solo física (gracias al ejercicio van progresando en los movimientos diarios tras la operación), también es psicológica, al ser un espacio que comparten con otras pacientes. En el campo de tiro pasan a ser arqueras y luchadoras. Es un espacio libre, donde mujeres y hombres, con o sin cáncer, se reúnen religiosamente cada semana para disfrutar y dejar de lado las preocupaciones derivadas del tumor.