Black Friday y moda eco: debate en Galicia
- La empresa portuguesa ALTRI quiere instalar en la provincia de Lugo su nueva fábrica de tejido ecológico
- Una asociación vecinal ha presentado 25 mil alegaciones en contra
Vuelve el Black Friday. Este viernes, 29 de noviembre, miles de compradores llenarán los comercios en busca de las “mejores gangas”. Aparatos electrónicos, libros, bisutería… y muchísima ropa. A lo largo de su vida, una persona consume de media una tonelada de tejidos, pero toda esta actividad tiene un precio.
Según un informe de la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo, la industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo, representa el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero y consume alrededor de 215 billones de litros de agua por año. Estos datos han hecho crecer la demanda de tejidos más amigables con el medio, como el lyocell. Pero incluso estas soluciones, aparentemente perfectas, provocan controversia. Especialmente, en los territorios que tendrán que acoger las plantas de producción de estas telas, como es el caso del municipio gallego de Palas de Rei.
La fábrica de la fibra eco
Una multinacional portuguesa llamada Altri ha elegido esta región para desarrollar el proyecto Gamma, basado en la construcción de una macrocelulosa. El 30% de su producción estaría destinada al lyocell, (también conocido como tencel) una fibra de origen es natural, a partir de la pulpa de madera de eucalipto, capaz de descomponerse de manera más fácil en comparación con las fibras sintéticas como el poliéster o el nylon, que tardan cientos de años en degradarse. De ser aprobado, este proyecto contaría con el apoyo económico de la Xunta de Galicia.
Los vecinos de la región, en contra de Altri
Pero esta iniciativa ha despertado el rechazo de gran parte de los vecinos de la región y la plataforma Ulloa Viva, ha recogido las voces discordantes presentando 25.000 alegaciones. Ellos denuncian que, pese a que la empresa quiera presentar una imagen “verde”, su actividad tendría un enorme impacto en la zona. Los portavoces de la plataforma no solo están preocupados por las 360 hectáreas que ocupará el complejo (algo que podría suponer la expropiación de parcelas de algunos ganaderos y agricultores), sino que aseguran su actividad requerirá la captación de 46.000 metros cúbicos al día de agua del río Ulla y un vertido de aguas residuales de 30.000. Además, necesitará 1,2 millones de toneladas de eucalipto anuales, lo que provocará el aumento de plantaciones de esta especie invasora.
La empresa insiste en los beneficios de esta nueva fibra frente a sus alternativas todavía más perjudiciales para el medio, pero los vecinos la zona parecen no estar dispuestos sacrificar su territorio por “intereses privados”. Este caso ha abierto el debate sobre si es compatible el desarrollo industrial con la conservación de la naturaleza. Y por ello, el Escarabajo Verde se ha desplazado hasta la zona para conocerlo de cerca.
Y es que, con el Black Friday, la fiesta del consumo, a la vuelta de la esquina, debemos preguntarnos, ¿podemos seguir produciendo a un ritmo frenético y, a la vez, reducir el impacto en el medio ambiente? ¿Los avances tecnológicos y la aparición de estas nuevas fibras serán suficientes para paliar el problema?