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MasterChef Celebrity | Marina Rivers explica cómo sus padres le ayudan a tener los pies en la tierra

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Marina Rivers: "Mi padre es la persona que más admiro"

Marina Rivers llegaba al gran duelo final de MasterChef Celebrity 9 después de firmar un brillante trabajo en Mirazur, el Restaurante del prestigioso chef Mauro Colagreco, donde consiguió la segunda chaquetilla. Con su habitual sonrisa, la influencer preparó un menú para el último reto de la edición que dejó sin palabras a los jueces y a Dabiz Muñoz, chef invitado. Pero si alguien disfrutó del discurso de presentación del mencionado menú fueron los padres de Marina, que vieron con orgullo cómo su hija les dedicaba los dos primeros platos: el primero a la parte materna y el segundo a la parte paterna. "Soy tu madre y aún así me sorprende lo que eres capaz de hacer", confesó Marisa, la progenitora.

Marina Rivers: "Mi madre ilumina mi camino"

"Siempre he dicho que soy dos mitades. Y una mitad es mi madre. Este plato va por ella y por su familia". Así arrancó la creadora de contenido la presentación de su menú. El entrante era una tartaleta de pistacho con carne de buey de mar, mayonesa de su interior, huevas de trucha, emulsión de carabinero y sopa de salsa americana. Y lo llamó Navidad. La explicación fue la siguiente: "Se llama así porque nosotros ese día siempre hemos comido buey de mar y me ha hecho mucha ilusión poder utilizarlo. Mi madre es la persona que más luz me da en el camino, es la persona que más me apoya, la persona que más me recuerda todo lo que hago, porque a veces soy muy autoexigente y siempre está ella para decirme lo bien que lo estoy haciendo. Por eso, este plato va por su familia y por ella". Desde la galería, Marisa no pudo esquivar las lágrimas: "No puedo estar más orgullosa de ti. Me tienes obnubilada. Parece mentira que sea tu madre y aun así me sorprendas con lo que eres capaz de hacer".

"Es un plato de una persona que lleva mucho tiempo en cocina"

En la valoración nadie se guardó nada. Para Dabiz Muñoz fue un plato "increíble":"Me he quedado flipado. Está todo muy equilibrado porque pasas de la grasa del pistacho, al picante de la sopa de carabineros, la salinidad de las huevas de trucha, la parte más cárnica y yodada del buey de mar. Y estéticamente me parece delicado no, lo siguiente. Me ha puto flipado". La sonrisa se dejaba ver en la cara de Marina. Pero fue Pepe el que con contundencia e ironía destacó el impresionante trabajo de Rivers para su edad: "Esto es un plato de una persona que lleva mucho tiempo en la cocina, de alguien más maduro, y eso me joroba. Me joroba que tenga que ver a una niñata insolente haciendo un plato que no es de su edad. Y encima tener que decir que el plato es muy bueno".

Tras la resaca de estas grandes palabras, Marina tuvo tiempo para recomponerse y presentar el plato principal: "Se llama Riverita, en honor a mi padre. Mi padre puede ser la persona que más admiro en el mundo. Aspiraría a ser la mitad de lo que es él hoy en día. Y creo que todos los éxitos que tengo son gracias a él. Siempre me recuerda de dónde vengo". A la par que explicaba el sentido de su elaboración, miraba a la galería, donde un padre lleno de orgullo y emoción lloraba al escuchar las palabras de su hija. Pero lo más emocionante estaba por llegar, con el recuerdo a su abuelo. "Este plato explica quién soy yo. En la familia de mi padre somos más de carne y por eso he hecho cordero con cereza y licuado con gel de cereza. Y he hecho esto porque mi abuelo que murió hace no mucho, tenía un cerezo en su casa y comíamos allí barbacoas. Como se murió, vendimos la casa y es un homenaje a él porque nunca volveremos a juntarnos toda la familia en ese cerezo a comer. Por eso la cereza siempre me va a recordar a mi familia y a lo que soy y de dónde vengo", reveló Marina.

El resumen perfecto de la escena lo hizo Pepe Rodríguez: "Te has cargado a tu padre". Pero no solo el padre, todo el conjunto Rivera Saldaña lloraba emocionada al ver como Marina presumía orgullosa de familia.