Conservas milenarias, sanas y efectivas: el truco de María Lo para no derrochar alimentos
- La ganadora de Masterchef 10 explica en Podría ser peor cómo fermentar verduras fácilmente en casa
- La fermentación transforma a las verduras en una importante fuente de probióticos
Comer sano no tiene por qué ser ni aburrido, ni difícil, ni tampoco caro. Al contrario, es posible disfrutar de algunos de los sabores de moda en el mundo gastronómico sin salir de la cocina de casa. Solo hay que fermentar. Así lo explica la ganadora de Masterchef 10, María Lo en Podría ser peor. "La fermentación es una ciencia en cada bocado", asegura. ¡Dale al play para conocerlo!
Se trata de una técnica ancestral que gracias a sus enormes propiedades ha sido pasado, es presente y será futuro en el mundo de la cocina. "Permite conservar verduras durante un largo periodo de tiempo, además de convertirlas en una fuente maravillosa de probióticos", apunta. Y lo mejor, que apenas requiere esfuerzo, materiales e ingredientes.
"En principio se puede utilizar cualquier vegetal fresco: zanahorias, coles, rábanos, pepinos…", explica. Lo más complicado es, por tanto, elegir qué comer, pues después únicamente habrá que tener un poco de sal marina sin refinar, un tarro de vidrio con tapa y agua filtrada, en caso de que se opte por algún vegetal que no se componga de mucha agua.
El proceso es sencillo. Tras lavar y trocear los ingredientes, habría que agregar la sal. Las cantidades, no obstante, variarán en función del agua que suelta la verdura.
De esta manera, se distinguen dos métodos: el método en seco, que es el ideal para "los vegetales rallados con mucha agua, como por ejemplo las coles", y el método en salmuera; el más recomendado para "los vegetales enteros o en trozos grandes".
En el primero de los supuestos, con la técnica en seco, la cantidad de sal a agregar es únicamente del 2% sobre el peso de las verduras. Por ejemplo, un kilogramo de col necesitaría 20 gramos de sal, aproximadamente, que se deberán, eso sí, "mezclar en un bol y masajear rompiendo las fibras para poder introducirlo todo muy bien apretado en el fondo del tarro de cristal", cuenta Lo.
En la segunda opción, sin embargo, con incorporar entre un 1 y un 2% de sal por litro de agua es suficiente.
Los pasos a seguir también difieren un poco, puesto que en esta ocasión lo que se debe hacer "es verter esa agua sobre los vegetales dentro del tarro quedando bien cubiertos, y dejar fermentar".
Y si bien la fermentación requiere entre tres y ocho días a temperatura ambiente, su complejidad es casi nula. No hay más que cerrar el tarro con su tapa, pero sin cubrirlo del todo, para permitir que empiece la actividad y aparezcan sus características burbujas, que indican que todo va por buen camino. Un camino al que le pondrá fin el paladar, ya que a partir de entonces, cuanto más tiempo pase en fermentación, más ácido será.
Tras encontrar el punto justo, solo restará cerrar bien el bote y guardarlo en la nevera.