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La naturaleza puede ser inaccesible para una parte importante de la sociedad

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La naturaleza puede ser inaccesible para una parte importante de la sociedad
Ruta adaptada para personas de baja visión con la Asociación Discamino y la Asociación Retina Salamanca.

¿Están preparados los espacios naturales para que todas las personas podamos disfrutar de ellos? La accesibilidad, ¿es realmente universal? La falta de información sobre accesibilidad y la necesidad de dotarla de recursos económicos y técnicos, así como impulsar la colaboración entre administraciones y especialistas en accesibilidad, están encima de la mesa. Aunque se han dado pasos positivos, aún queda mucho por hacer para garantizar que todas las personas podamos disfrutar de la naturaleza sin obstáculos. Las principales barreras no se deben solo al entorno físico en sí, sino también al transporte, la falta de servicios, o el acceso a la información en Internet. Nuestros protagonistas trabajan para eliminar barreras y hacer de la naturaleza un lugar inclusivo donde podamos disfrutar sin límites.

Accesibilidad en los espacios naturales

María José Aguilar es experta en accesibilidad y en medio ambiente: “La naturaleza no excluye a nadie, somos más bien las personas las que excluimos”. Aguilar tuvo un accidente de montaña hace 11 años y está terminando su tesis doctoral sobre accesibilidad en Parques Nacionales en la Universidad Politécnica de Valencia. Visitamos con ella el itinerario accesible de la Gola de Pujol, en el Parque Natural de la Albufera, donde comenta con el Director General de Medio Natural y Animal, Luis Gomis, la importancia del diseño de las rutas y, sobre todo, de su mantenimiento. María José afirma que “la accesibilidad universal es permitir que cualquier persona pueda desenvolverse y pueda ir donde quiera, pueda utilizar todo aquello que esté a disposición del público y vivir una vida que merezca la pena ser vivida”.

Accesibilidad en los espacios naturales

Itinerario accesible en La Albufera de Valencia.

El Camino de Santiago con barra direccional

Javier Pitillas es el impulsor de Discamino, una asociación que se dedica a conseguir que cualquier persona pueda cumplir su sueño de hacer el Camino de Santiago. Para él, lo que falta es la accesibilidad de las señales: “una persona que no ve, no va a irse sola nunca al Camino, va a tener que ir con alguien que le ayude, que le acompañe”. En el tramo que cruza la Comunidad de Madrid, Javier guía y acompaña a Mercedes Nieto y Toño Bernal, de la Asociación Retina Salamanca, que tienen baja visión, gracias a la barra direccional. Ambos coinciden en que todo sería más fácil si los carteles estuvieran en braille o con relieve, o tuvieran códigos QR que les informe y oriente. La tecnología va avanzando y también existen aplicaciones de guiado sensorial por sonido 3D para que las personas con discapacidad visual puedan acercarse a la naturaleza de forma más autónoma.

El Camino de Santiago con barra direccional

Mercedes Nieto en la barra direccional para personas de baja visión acompañada de sus guías.

Rutas adaptadas con silla Joëlette

Alan Serewa es un joven de 26 años con discapacidad intelectual. Repite cada año la ruta de senderismo adaptado de la Asociación Roble Moreno en el Camino Natural del Valle del Lozoya de Madrid. Ponen a disposición de los vecinos del valle la silla Joëlette para que las personas con algún tipo de discapacidad puedan ir por cualquier sendero, subir montañas o disfrutar de un paseo por el bosque. Para Aldona, la madre de Alan, la silla es libertad. Y para Daniel Moreno, de la asociación, esta actividad genera gran cantidad de beneficios físicos, emocionales y psicológicos: “hay una barrera social, se cree que es una actividad difícil, cuando para nosotros solo hay que organizarlo y salir al campo”.

Rutas adaptadas con silla Joëlette

Ruta adaptada con silla Joëlette con la Asociación Roble Moreno.