Las familias de los presos de Sednaya buscan desesperados a sus seres queridos: "No sabemos dónde están desde 2013"
- Ubicada a unos 30 kilómetros al norte de Damasco, la prisión es conocida como "el matadero humano"
- Los rebeldes liberaron a decenas de prisioneros tras la caída de Al Asad, pero muchos continúan desaparecidos
Ubicada a unos 30 kilómetros al norte de Damasco, la famosa cárcel de Sednaya, conocida como "el matadero humano", es considerada el principal centro de exterminio del derrocado Bachar al Assad. En ella encerró a hombres, mujeres e incluso niños. En sus celdas había opositores, estudiantes, trabajadores, a los que sometió a las peores torturas. Los rebeldes, al tomar el poder, liberaron a decenas de prisioneros, pero hay miles de los que aún no se sabe nada y sus familias les buscan desesperados.
"Aquí estaba mi hermano y otros seis vecinos de mi pueblo", asegura un hombre a TVE. "Les trajeron en el 2013 y no sabemos dónde están", relata.
El director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderrahman, ha asegurado a la agencia Efe que "entre 40 y 50 cadáveres" han sido encontrados en la prisión durante las operaciones de rescate iniciadas poco después de la toma de Damasco. "La mayoría de los cuerpos eran de ejecuciones recientes", ha asegurado Abderrahman.
"Esta cárcel deberían derribarla", asegura a TVE el padre de otro de los presos desaparecidos. Los familiares se acumulan en la prisión desesperados y muestran las fotos de los parientes y amigos a los que buscan.
"Es difícilmente imaginable el sufrimiento de tanta gente durante tanto tiempo", ha asegurado al Canal 24 Horas el director de Amnistía Internacional en España, Esteban Beltrán. Cuando los presos entraban en la prisión, relata Beltrán, se celebraba una "fiesta" en la que se les recibía con balas de silicona, metal, con cables eléctricos... "Los vecinos de la zona aseguraban que les trataban como animales", afirma el responsable de Amnistía Internacional.
La peor época en Sednaya, asegura Beltrán, fue la comprendida entre 2011 a 2015 cuando se llevaban a cabo unos 50 ahorcamientos por semana. "Unas 13.000 personas fueron ahorcadas en ese periodo, la mayoría por motivos políticos", explica.
Las familias buscan escondites en cualquier agujero
Las familias han encendido hogueras para combatir el frío a las puertas de la prisión, donde llevan días esperando noticias de sus familiares presos. Confían en que puedan encontrarles en algún túnel subterráneo o en algún lugar secreto. No hay información oficial sobre una posible cárcel secreta, pero revisan cualquier agujero con la esperanza de encontrar algún escondite donde pueda haber vida.
La Defensa Civil siria, conocida como los cascos blancos, ha finalizado sus labores de búsqueda de posibles detenidos dentro de la prisión y asegura que no ha encontrado "pruebas de celdas secretas o sótanos ocultos".
En un comunicado, el grupo ha indicado que había llevado a cabo una "búsqueda exhaustiva en todas las secciones, instalaciones, sótanos, patios y áreas circundantes de la prisión" con la ayuda de "personas familiarizadas" con el recinto, gestionado por la Policía Militar siria y conocido por el uso de la tortura contra millares de presos.
En el interior de la cárcel, los enseres y ropas de los presos aún están en las celdas colectivas donde vivían. También hay restos de sogas, con las que ahorcaban a los reclusos o una prensa hidráulica donde les torturaban para que confesaran. Así se cree que mataban a decenas de detenidos cada día.
Amnistía Internacional calcula que la cárcel albergaba entre 10.000 y 20.000 presos y, en todo el país, hay más de 130.000 desaparecidos durante el régimen de Al Asad.